El juicio a los violadores de Gisèle Pelicot ha dado un giro esta semana, porque se han emitido algunos de los vídeos que grabó su exesposo, Dominique Pelicot. Dominique, que drogó a Gisèle de manera regular durante una década para que desconocidos de internet acudieran a violarla, registró muchos de los abusos en vídeos. Gisèle llevaba desde el inicio del juicio exigiendo que se viesen algunos de sus vídeos, porque demuestran gráficamente que ella estaba inconsciente durante los encuentros y era, por lo tanto, incapaz de dar consentimiento. Las imágenes forman parte de las pruebas fundamentales de la acusación para el caso que está siendo juzgado en la corte criminal del Vaucluse, en Avignon.
Desde el inicio del juicio el pasado 2 de septiembre, 51 hombres de edades comprendidas entre los 26 y 74 años están siendo procesados, incluidos aquellos que, como Dominique Pelicot, participaron en los abusos. Se trata de “hombres normales” de profesiones variadas; algunos tienen antecedentes penales, otros no, y lo único que tienen todos en común es que pertenecen a la misma región francesa. De ahí que el caso de Gisèle haya sembrado el terror y la ira entre los defensores de los derechos de la mujer: demuestra que el agresor podría ser cualquiera y que incluso las regiones pequeñas están repletas de hombres que se acostarían con una mujer sin su consentimiento explícito.
La defensa, por los suelos
A lo largo del proceso, la defensa de algunos de los acusados ha sostenido que fueron manipulados por Pelicot y que no sabían que Gisèle estaba inconsciente o drogada. Pero los vídeos contradicen muchos de sus argumentos: según el tribunal, que ha estado revisando las perturbadoras imágenes, las grabaciones muestran a Gisèle Pelicot completamente inconsciente mientras es violada por diferentes hombres. La víctima no presenta reacción alguna, lo que confirma la afirmación de que estaba bajo el efecto de drogas administradas por su marido.
Las imágenes, que han sido reproducidas esta semana ante el tribunal, también han sido proyectadas ante el público y la prensa, después de que los abogados de Gisèle Pelicot lograran que se levantara el “huis clos” (sesión a puerta cerrada). Esta decisión fue tomada tras debates sobre si la proyección de estas imágenes era necesaria para “la manifestación de la verdad”. Los defensores de la víctima argumentaron que las grabaciones eran la única prueba tangible que quedaba, dado que Gisèle no recuerda nada de lo sucedido.
En el caso de algunos de los acusados, como Didier S., un hombre de 68 años, las declaraciones han sido contradictorias. Didier afirmó que acudió a la casa de los Pelicot para tener relaciones con Dominique Pelicot, sin saber que su esposa estaría presente. Sin embargo, los vídeos muestran claramente su participación en los abusos. A pesar de esto, Didier insiste en que nunca tuvo intención de violar a Gisèle y que fue manipulado por Dominique.
Encuentros sin consentimiento
Desde la defensa, un psiquiatra experto sugirió ante el juzgado que varios de los acusados pensaron que estaban participando en encuentros consensuados. Según explicó, varios de los acusados habrían sido manipulados por Dominique Pelicot, quien los convenció de que las relaciones sexuales con su esposa eran consentidas. El experto llegó a afirmar que “muchos de ellos pensaban que Gisèle estaba fingiendo estar dormida“. Sin embargo, esta afirmación ha sido fuertemente cuestionada por los abogados de la víctima.
Y en muchas ocasiones son los propios acusados los que lo contradicen. Por ejemplo, uno de los acusados, un hombre de 55 años, declaró ante el tribunal que al llegar al domicilio de los Pelicot, pensó que Gisèle estaba muerta o fingiendo estar inconsciente. Pero a pesar de esta impresión, el hombre procedió a cometer actos sexuales sobre la víctima sin cuestionar la situación.
También Dominique Pelicot, el cerebro detrás de estos crímenes, tumbó la defensa de los violadores. En su intervención, negó haber manipulado a los otros hombres y afirmó que todos sabían perfectamente lo que estaban haciendo. “No los manipulé, son cómplices”, declaró, insistiendo en que los videos grabados por él mismo son prueba de la consciencia de los acusados sobre lo que estaba ocurriendo.
El juicio también ha abordado los casos de otros acusados con diferentes perfiles, como Karim S., un informático de 40 años, quien, a diferencia de otros acusados, parece haber estado al tanto del estado de sumisión química de Gisèle Pelicot. Según los registros encontrados en su ordenador, Karim S. había sido informado previamente por Dominique Pelicot sobre el estado de la víctima.
A lo largo de esta semana, la tensión en el tribunal ha ido en aumento a medida que se reproducían más vídeos. Muchos de los acusados han mantenido su postura de desconocer el estado real de la víctima, a pesar de las imágenes que parecen contradecir sus versiones. Mientras tanto, Gisèle Pelicot ha estado presente en las audiencias, soportando el dolor de revivir los abusos a través de los videos proyectados en la sala.