Con el patriarca ecuménico Bartolomé, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, habló sobre la situación de los prisioneros de guerra ucranianos y los menores secuestrados por el Kremlin. “Sabemos que rezáis por todos ellos”, le dijo el mandatario ucraniano. Con los representantes de los países africanos se afanó en explicar la importancia de la integridad territorial de Ucrania para garantizar la seguridad alimentaria. Y con los líderes del mundo occidental quiso poner de relieve la cuestión de la seguridad nuclear como nexo de unión.
Durante los últimos dos días, el presidente ucraniano ha mantenido un auténtico maratón de encuentros –bilaterales y también grupales– con las delegaciones de los cien países y organismos internacionales que han acudido a la ciudad suiza de Bürgenstock para participar en la Cumbre de Paz. Otros sesenta, en cambio, declinaron la invitación; y algunos de los que sí acudieron no vieron con buenos ojos que Rusia no estuviera sentada a la mesa, y sólo enviaron a representantes de bajo nivel –como Brasil o India–.
Rueda de prensa final en la cumbre de Paz en Suiza: El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en la cumbre de paz en Stansstad, cerca de Lucerna, Suiza
Pero, sin duda, la multitudinaria foto de familia que se ha captado este fin de semana en Suiza es un espaldarazo para la causa ucraniana, que ha dejado claro que su integridad territorial no es negociable en ningún camino hacia la paz, y ha estrechado relaciones con líderes de Latinoamérica, África o Medio Oriente.
Un soplo de esperanza para una Ucrania europea
Fuentes diplomáticas ucranianas aseguran que el rechazo a la fuerza bruta de Rusia y a sus ultimátums ha sido unánime en el seno de este encuentro diplomático. Sin embargo, no se ha logrado firmar un acuerdo que incluyera a los 92 países asistentes: 12 estados, entre los que se incluyen México y Brasil, así como Suráfrica –zonas de influencia de la Federación Rusa–, la Santa Sede, Armenia, Bahrein o Emiratos Árabes, entre otros, no han rubricado el documento con las conclusiones finales.
“Ucrania está recibiendo el apoyo europeo en su lucha contra la agresión rusa, lo que significa que hay muchas posibilidades de que reciba un apoyo consolidado en el asunto de la adhesión a la Unión Europea”, aseguran, destacando la parte positiva del encuentro. “La cumbre demuestra que Europa se ha unido y está dispuesta a seguir apoyando a Ucrania en su aspiración de formar parte de la UE”.
Con este encuentro, Kiev también espera ampliar el número de socios afines que condenen la invasión unilateral rusa que empezó hace 28 meses, tanto entre los Estados individuales como entre las estructuras internacionales que promueven iniciativas humanitarias –lo que permitiría devolver a los niños secuestrados y garantizar que se procese a los responsables de los numerosos crímenes de guerra que se han documentado en este tiempo–.
Familiares y amigos lloran en el funeral de Ivan Paramonov, voluntario en las Fuerzas Armadas de Ucrania
Los ucranianos no esperan milagros
Aunque valoran el esfuerzo diplomático, en Ucrania, a pie de calle la percepción de este encuentro internacional no ha supuesto un cambio sustancial en sus vidas. “¿Sabes qué sería una verdadera Cumbre de Paz? Que el mundo entienda que deberían parar las muertes. A estas alturas todos saben quién es Rusia y sus mentiras y su propaganda”, reza el mensaje de Rostiklav, con el que responde a la pregunta de “¿Cómo habéis visto desde Járkiv la Cumbre?”
Todos valoran el esfuerzo diplomático, pero no tienen esperanzas de que este encuentro sirva para acabar a corto plazo con la contienda bélica. Ya no creen que las palabras –aunque las pronuncien los líderes de medio mundo– vayan a detener los bombardeos rusos que les tienen sin electricidad, que han matado a familiares y amigos y que han expulsado a 6,5 millones de ucranianos de su propio país.
Protesta en Lucerna organizada por la Sociedad Ucraniana en Suiza y familiares de prisioneros ucranianos
Katerina es una de esas refugiadas que sigue el curso de los acontecimientos desde Polonia. “Aquí la comunidad ucraniana estamos más pendientes de las consecuencias de la nueva Ley de Movilización que de la Cumbre de Paz; nos toca más directamente”, explica. “Ha sido un evento más de cara a la comunidad internacional que a los ucranianos”, añade.
Sabotaje ruso
El Kremlin, por su parte, ha redoblado esfuerzos durante todo el fin de semana para lanzar una campaña de desinformación a través de las redes sociales y de falsos medios de comunicación alojados en internet que publicaban –como si fueran noticias reales– declaraciones a favor de Rusia de actrices como Jennifer Aniston –una de las protagonistas de la archiconocida serie Friends-, Scarlett Johanson o el futbolista Lionel Messi.
El propio Vladimir Putin protagonizó, con motivo de la celebración de este encuentro en Suiza, una rueda de prensa en la que desgranó sus condiciones para poner punto y final a la guerra. Entre estas, se incluía la cesión de todo el territorio que sus tropas tienen ocupado en Ucrania, y algunas partes más de las provincias de Jersón y Zaporiyia –lo que supondría más de la cuarta parte del país–.
Se refirió a la guerra que ha provocado él mismo como “una tragedia en la Historia” a la que querría poner fin –obviando que sólo tendría que retirarse del país que ha invadido unilateralmente para que termine el conflicto–. Y exigía, además, que Ucrania no se adhiera a la OTAN en el futuro.
Con todo, el documento con las conclusiones que se ha redactado al término de la Cumbre de Paz no ataca frontalmente las acciones rusas, para mantener viva la vía diplomática de cara al futuro. Y es que Ucrania ha insinuado que Rusia podría ser invitada a la segunda Cumbre que se celebre, para seguir avanzando en una posible hoja de ruta hacia la paz.