Transcurridas menos de dos semanas desde la huida de la familia Asad y el insólito derrumbe de su dictadura, las nuevas autoridades sirias -dominadas por un grupo armado de naturaleza yihadista como Hayat Tahrir al Sham (HTS) y, a la cabeza del mismo, Abú Mohamed Al Jolani– presentaron este viernes su primer gobierno, el encargado de pilotar la transición hacia lo que prometen será un Estado inclusivo y respetuoso con las distintas minorías religiosas y sensibilidades políticas.
Por lo pronto, en la instantánea del nuevo gabinete interino llama la atención una cosa: no hay una sola mujer y predominan los hombres de mediana edad y rostros de pobladas barbas, propio de los representantes islamistas. En una entrevista con la BBC esta semana, Al Jolani -o Ahmed al Charaa-, que viene esforzándose desde hace años en presentar una imagen moderada de su organización y de sí mismo, aseguraba que Siria no será nunca el Afganistán de los talibanes y que está a favor de la educación para las mujeres.
¿Puede una mujer ser ministra de Defensa?
Sin embargo, el portavoz del Gobierno transicional, Obeida Arnaout, cuestionaba ante las cámaras de la televisión libanesa Al Jadeed que las mujeres estuvieran capacitadas para desempeñar cualquier responsabilidad profesional. “Una mujer es un elemento importante y honorable de la sociedad, pero sus tareas deben estar en línea con los roles que puede llevar a cabo”.
“Por ejemplo, si decimos que una mujer se convierte en responsable del Ministerio de Defensa, ¿es ello acorde con su ser y su naturaleza psicológica y biológica? No hay dudas de que no hay concordancia”, afirmó el nuevo vocero del ejecutivo interino sirio. Arnaout concluyó afirmando que las mujeres deben poder asumir “cualquier papel para el que tengan capacidad”, y que ello será “concretado por un comité constitucional”.
Manifestaciones a favor de un Gobierno inclusivo
Lo cierto es que los primeros pasos de las nuevas autoridades no son del agrado de una parte importante de la sociedad siria. Este jueves centenares de personas, muchas de ellas jóvenes, se manifestaban en el centro de Damasco, la capital, para exigir a las nuevas autoridades que la nueva Siria sea un Estado democrático y secular, y defender el papel central que las mujeres sirias deben desempeñar, algo que no se compadece con las primeras acciones del ejecutivo interino.
“Queremos una democracia, no un Estado religioso”, “Siria libre y civil” o “el pueblo sirio es uno”, “no hay una nación libre sin mujeres libres”, fueron algunos de los eslóganes coreados en la marcha celebrada en la capital siria según recogía ayer la web de Al Arabiya. En este sentido, en declaraciones al portal The New Arab, el académico sirio Rafah Al-Doughli exiliado en Reino Unido aseguró al conocer las citadas palabras del portavoz gubernamental que “reflejan una visión de la mujer romantizada y tradicionalista que refuerza los estereotipos: la mujer como contribuyente pasiva y no como actor paritario en tareas de gobierno”.
Diplomacia activa
Entretanto las nuevas autoridades sirias tratan de tejer lazos con las distintas potencias regionales e internacionales. Este viernes ha llegado a Damasco la primera delegación diplomática estadounidense en más de una década con objeto de verse las caras con las nuevas autoridades encabezadas por HTS (a las que Estados Unidos no ha retirado aún de su lista de organizaciones terroristas). La misión tiene el doble objetivo de calibrar de primera mano la situación política actual en el país en el inicio de la transición y recabar información sobre el estado del reportero norteamericano Austin Tice, desaparecido hace doce años y secuestrado, según las fuentes de Inteligencia de EE UU, por el régimen de Asad.
Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, actor clave en el actual escenario sirio por su apoyo a la ofensiva rebelde y sus indisimuladas ambiciones expansionistas -que pasan por debilitar a las fuerzas kurdas, en control aún de más del 20% del territorio sirio-, ha defendido hoy que Estados Unidos y la UE retiren sus sanciones a Damasco para facilitar la labor de las nuevas autoridades.