En el listado de países y compañías afectados por el “Día de la Liberación”, la jornada en que el presidente estadounidense Donald Trump anunció la imposición de aranceles sobre importación de productos y servicios a Estados Unidos, se incluyeron unos invitados inesperados. Desde la isla de Heard, en el Océano Antártico, un puñado de pingüinos, que seguían con su tranquila rutina diaria, también se vieron sacudidos por la oleada impositiva.
Las islas de Heard y McDonald, que conforman un territorio externo de Australia, así como las islas remotas de Cocos, Christmas y Norfolk, recibieron un inesperado jarro de agua fría. Las dos primeras son solamente accesibles mediante un viaje en barco de unas dos semanas, que debe partir de la costa occidental australiana. Ningún humano vive en el lugar, y se estima que la última visita de personas fue hace unos 10 años. En las islas volcánicas de Head y McDonald, únicamente conviven pingüinos con focas.
“Ningún lugar en la tierra es seguro”
Pese a ello, la Casa Blanca también las puso en el punto de mira de su “guerra comercial”, y ahora figuran en la lista de “países” sobre los cuales se impuso nuevas tarifas impositivas. “Ningún lugar en la tierra es seguro”, dijo Anthony Albanese, el primer ministro de Australia, tras revelarse la sorprendente noticia.
#BREAKING: Legendary #Maddow: "The UNINHABITED and Arctic volcanoes of Heard and McDonald Islands were just slapped by Donald Trump today with a steep 10% #tariff."😂🤦♀️ pic.twitter.com/8zZAbC0qsX
— Emoluments Clause (@Emolclause) April 3, 2025
Territorios externos
Los “territorios externos” de Australia fueron incluidos en una lista separada respecto a los impuestos que se impondrá a las importaciones de dicho país, que ascenderán a un 10%. Estos territorios tienen una relación especial con el gobierno federal de Canberra, y recibieron cuotas diferenciadas, en algunos casos mucho más elevadas.
Por ejemplo, la isla de Norfolk, con una población de 2,188 personas y ubicada 1.600 kilómetros al noreste de Sídney, fue castigada con aranceles del 29%, 19 puntos más que el resto de Australia. En el año 2023, esta isla exportó a EE UU bienes por valor de unos 655.000 dólares, esencialmente de cuero utilizado para calzado, según el Observatorio de Complejidad Económica.
Datos incorrectos
Acorde a George Plant, administrador de Norfolk, los datos podrían ser incorrectos. Plant matizó a The Guardian que “no hay exportaciones conocidas desde Norfolk a EE.UU., ni aranceles impuestos sobre productos procedentes de la isla”. El premier Albanese añadió: “No estoy seguro que Norfolk, con todos mis respetos, sea un competidor comercial con la economía gigantesca norteamericana, pero esto ejemplifica que ningún rincón del planeta está a salvo de esto”.

Respecto a Heard y McDonald, las tasas son todavía más inexplicables. Más allá de la relajada vida de pingüinos y focas, hay cierta actividad pesquera en la zona, pero no hay ninguna infraestructura ni habitáculo humano. Pese a ello, el Banco Mundial especificó que EE UU importó desde estas islas productos por valor de 1,4 millones de dólares en 2022, esencialmente “maquinaria y productos electrónicos”. No está muy claro de donde podrían proceder dichos productos.
Bromas en medios y redes sociales
La reportera del canal MSNBC Rachel Maddow bromeó sobre la polémica: “son islas totalmente inhabitadas. Además, tienen volcanes activos, por lo que, si alguien desea mudarse ahí, será alertado por los pingüinos”. Y agregó: “supongo que las focas y los pingüinos no se atreverán a volver a amenazar a la economía norteamericana, tal como hicieron en el pasado con sus exportaciones baratas de aire, vientos gélidos o huevos de pingüino”.

El excongresista demócrata Tom Malinowsky fue más allá: “Los pingüinos de las islas de Heard y McDonald se han estado aprovechando demasiado tiempo de nosotros, llegó la hora de plantarnos frente a ellos”. Para muchos usuarios de redes sociales, “América se ocupa de sus enemigos reales: un puñado de islas que nadie conocía”.