EE UU

Los peligros para las mujeres en la segunda presidencia de Trump

Arranca el segundo mandato y son muchas las estadounidenses que temen que se dé un paso atrás en derechos ya garantizados a las mujeres

Manifestación
Un grupo de mujeres protesta contra Donald Trump: "No es mi presidente" Shutterstock

A pocas horas de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca, muchas mujeres en Estados Unidos se preguntan con qué intenciones llega al poder y cómo les afectarán sus políticas en su segunda presidencia.

Los antecedentes invitan a la preocupación. Trump se ha prodigado durante décadas en comentarios denigrantes para las mujeres, fue condenado en un juicio civil por agredir sexualmente a una periodista y en un juicio penal por ocultar los pagos para comprar el silencio de una actriz porno que le acusó de haber tenido una relación extraconyugal con ella, y como presidente propició el mayor retroceso en el acceso al aborto en la historia reciente del país.

Trump

Una persona sostiene una tarjeta de metro conmemorativa con la imagen del presidente electo de Estados Unidos Donald Trump, en Washington

En la campaña prometió “proteger a las mujeres, quieran las mujeres o no”, y activistas y académicas se preguntan preocupadas qué significará eso exactamente.

Macarena Sáez, directora de Derechos de las Mujeres de la ONG Human Rights Watch, explicó: “Hay gente que dice que no tenemos que tomar al pie de la letra lo que dice Trump, pero yo creo que sí. Y si escuchamos lo que dice, deberíamos estar preocupadas por el significativo impacto que su segundo Gobierno puede tener en los derechos de las mujeres”.

Son varios los aspectos en los que se aprecia un mayor peligro.

Más ataques al aborto

En su primera presidencia Trump pobló con jueces conservadores el Tribunal Supremo que tumbó la doctrina conocida como Roe vs Wade, que desde 1973 había garantizado el derecho al aborto a nivel federal.

Estados Unidos

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump

Muchos estados controlados por los republicanos se apresuraron entonces a aprobar restrictivas leyes que hicieron cada vez más difícil el acceso al aborto para muchas mujeres, forzando a algunas incluso a mudarse a estados más tolerantes.

El temor es que en la segunda era Trump se viva una nueva ofensiva conservadora. De hecho, grupos de presión de esta orientación están promoviendo que el presidente desempolve una vieja ley de 1873 que prohíbe el envío de “material obsceno” por correo, la Comstock Act, para impedir la distribución por esta vía de los medicamentos necesarios para interrumpir el embarazo.

La píldora, en peligro

La píldora comercializada como Mifepristone es una de las más utilizadas y su prescripción se vería ahora dificultada si los médicos temen posibles problemas legales.

La Administración Biden ha tratado de mantener expedita la distribución de una medicación con la que se estima que se llevan a cabo casi dos tercios de los abortos en Estados Unidos y varios estados controlados por los demócratas han intentando proteger el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo incluyéndolo en sus leyes, pero, según Macarena Sáez, el nuevo gobierno “podría usar sus poderes federales para restringir aún más los abortos incluso en los estados que han introducido leyes y enmiendas a las constituciones estatales”.

Así se ha votado el referéndum sobre el aborto en varios estados de EE.UU

¿Prohibición nacional?

Trump podrá nombrar un nuevo responsable para la Agencia Federal del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) y este podría introducir trabas burocráticas a la prescripción y distribución de píldoras abortivas.

Pero el mayor temor es que un Congreso ahora dominado en sus dos cámaras por los republicanos apruebe una prohibición nacional del aborto. Trump dijo en la campaña que prefiere dejar el asunto en manos de los estados, pero necesitará el apoyo de los congresistas para cumplir sus promesas electorales y podría verse tentado o necesitado de avenirse a las pretensiones de los más radicales.

Una brecha salarial perpetua

Los datos oficiales muestran que las trabajadoras cobran en Estados Unidos un 17% menos que sus compañeros varones.

La Administración Obama dio algunos tímidos pasos para corregir esa brecha y obligó a las compañías a reportar las diferencias salariales por género y raza. Pero Trump puso a trabas a esa medida y nunca terminó de despegar.

Trump

El expresidente Donald Trump en un mitin en Pensilvania

Con Trump, además, aumentaron las inspecciones en busca de inmigrantes indocumentados en los centros de trabajo, lo que, según Sáez, “tuvo un impacto tremendo en los derechos de las sin papeles y sus familias, y provocó en muchas el miedo a denunciar los abusos laborales” a los que eran sometidas.

Recortes a la salud

Las cifras muestran que migrantes y afroamericanas son las mujeres más propensas a sufrir enfermedades como el cáncer de cuello de útero o engordar las cifras de mortalidad materna en el parto, en Estados Unidos unas de las más altas del mundo desarrollado. Para este sector de la población es especialmente necesario conseguir vacunas para algunas de las enfermedades que más las golpean.

La elección de Robert Kennedy Jr. como secretario de Salud y sus ataques a las vacunas contra la covid siembran dudas sobre los esfuerzos federales para asegurar el acceso a esta y otras.

Robert F. Kennedy Jr. durante un acto de su campaña

Como también las hay sobre el futuro del programa de subvenciones a los seguros de salud conocido como Obamacare. Trump fracasó en su intento anterior de tumbar la ley que permitió a millones de estadounidenses tener por primera vez una cobertura sanitaria mínima a precios no desorbitados, pero insiste en que él ideará un sistema mejor del que nunca ha dado detalles y no pocos congresistas republicanos han expresado su rechazo a Obamacare y otros programas, como Medicare, que asegura a las personas de la tercera edad, y Medicaid, destinado a las personas de bajos recursos.

“Puede esperarse que el Congreso intentará tumbar o reducir significativamente las protecciones de la salud de Obamacare y dejar que expiren las ayudas públicas que hacen los seguros asumibles para millones de mujeres”, indica Sáez.