Ursula von der Leyen repetirá legislatura a la cabeza de la Comisión Europea. Fue reelegida por mayoría en una votación que ha dejado por los suelos las esperanzas de cuatro hombres clave: Xi Jinping, Vladimir Putin, Donald Trump y Viktor Orbán.
Tras meses de negociaciones y acercamientos algo dudosos tanto a la izquierda como a la extrema derecha, Von der Leyen logró el voto de 401 eurodiputados, muy por encima de los 360 que necesitaba. 284 parlamentarios votaron en contra y 15 se abstuvieron, ya que muchos son contrarios a su enfoque pro-europeo, que busca conceder a Bruselas más poder sobre los estados; su respuesta firme a crisis globales y regionales, como la invasión rusa de Ucrania; y sobre todo, su énfasis en la emergencia climática a través del Pacto Verde.
Pero además de esas políticas más o menos polémicas, Von der Leyen se ha ganado la furia de cuatro de los mandatarios (o candidatos a mandatario) más poderosos del planeta. Ha impulsado sanciones contra Rusia y apoyado a Ucrania, lo que ha molestado a Putin. Su postura firme frente a China y su política pro-climática desafían los intereses de Xi Jinping. Sus políticas sobre el Estado de derecho en la UE y su enfoque hacia la migración son contrarias a las políticas nacionalistas de Orbán. Y la alianza transatlántica, fortalecida bajo su liderazgo, es contraria a la agenda de Trump. Por eso, estos líderes ven en su reelección un obstáculo para sus respectivas agendas geopolíticas.
Xi Jinping, en la sombra
El poderosísimo presidente de China, Xi Jinping, no quiere a Ursula von der Leyen al frente de la Comisión Europea debido a su postura firme frente a la expansión y políticas de China. Bajo su liderazgo, la UE ha adoptado una postura mucho más crítica y vigilante hacia las prácticas comerciales y de derechos humanos chinas, especialmente en relación con la situación en Xinjiang y Hong Kong. Además, Von der Leyen lleva años impulsando medidas para reducir la dependencia económica de la UE con China, promoviendo una mayor autonomía estratégica y proteccionismo económico.
La estrategia pro-climática de Von der Leyen también choca con los intereses de Xi Jinping. Su impulso al Pacto Verde Europeo y la transición hacia una economía neutral en carbono para 2050 representan un desafío a las prácticas industriales de China, que aún dependen en gran medida del carbón y otras fuentes de energía no renovables. Y es que estas políticas han llevado a restricciones comerciales y a una mayor regulación que ha afectado las exportaciones chinas hacia Europa, como, por ejemplo, los coches eléctricos.
Luego está la estrecha colaboración de Von der Leyen con Estados Unidos y otros aliados occidentales, que contrarresta los esfuerzos de China por expandir su influencia global. La gestión de von der Leyen ha fortalecido la alianza transatlántica, coordinando sanciones y políticas conjuntas contra aquellas acciones de China que se hayan percibido como agresivas o contrarias a los intereses democráticos occidentales. Esta cooperación internacional reduce el margen de maniobra de China en la arena geopolítica, por lo que Xi Jinping preferiría un liderazgo europeo menos de confrontación y más alineado con sus intereses.
La UE contra Rusia
Vladimir Putin también lamenta la reelección de Von der Leyen, debido a su postura contra la agresión rusa. Desde la invasión de Rusia a Ucrania, Von der Leyen ha liderado la imposición de sanciones económicas y políticas contundentes contra Rusia, coordinando esfuerzos con Estados Unidos y el Reino Unido para aislar a Moscú y apoyar a Kiev. Estas sanciones han debilitado la economía rusa y presionado al régimen de Putin, aumentando la disidencia y debilitando su posición global. Han dejado al Kremlin marginado.
Además, Von der Leyen impulsa la independencia energética de Europa con Rusia, a través de la diversificación de suministros energéticos y la aceleración de la transición hacia fuentes renovables. Esta política busca reducir la influencia de Rusia en Europa, especialmente en el sector del gas, limitando una de las principales herramientas de poder de Putin en la región. La reducción de la dependencia energética europea también mina la capacidad de Rusia para utilizar el suministro de energía como instrumento de presión política.
Y Von der Leyen también ha consolidado la unidad europea frente a las amenazas externas, fortaleciendo la cohesión interna de la UE en su respuesta a las acciones de Rusia. Se ha esforzado en mantener una posición europea común y firme que contrarresta los intentos de Putin de dividir y debilitar la UE. Y su liderazgo ha impedido que Rusia explote las divisiones internas europeas, lo que ha frustrado los esfuerzos de Putin por influir en la política europea.
De cara a la reelección
Aunque de momento solo es un candidato presidencial, Donald Trump no cesa de ganar fuerza de cara a las elecciones presidenciales de 2024, y su victoria en noviembre es más que probable. Pero se entiende que no haya celebrado precisamente la de Von der Leyen; sus políticas han fortalecido la unidad europea y la alianza transatlántica, contrarrestando los esfuerzos de Trump por debilitar estas relaciones. Von der Leyen ha trabajado estrechamente con líderes europeos para mantener una posición conjunta frente a desafíos globales, lo que incluye la oposición a las políticas unilaterales y proteccionistas de Trump, como los aranceles comerciales impuestos a productos europeos.
Además, Von der Leyen es defensora firme del multilateralismo y las instituciones internacionales, que Trump ha criticado y tratado de debilitar durante su mandato, como la OTAN. Su compromiso con acuerdos internacionales como el Acuerdo de París sobre el cambio climático y su rechazo a las tácticas comerciales agresivas de Trump han ido creando fricciones entre sus administraciones. Esto se debe a que Trump prefiere acuerdos bilaterales que considera más beneficiosos para los intereses estadounidenses.
Von der Leyen también ha promovido valores democráticos y de derechos humanos en la política exterior de la UE, oponiéndose a regímenes autoritarios y populistas con los que Trump ha mostrado simpatía o ha tratado de establecer relaciones estratégicas, como Rusia. Por eso Trump ve en su reelección un obstáculo para sus propios intereses y visión geopolítica.
Castigar a Hungría
Viktor Orbán tampoco quiere a Ursula von der Leyen al frente de la Comisión Europea, debido a sus estrictas políticas pro-europeas y su defensa del Estado de derecho. Von der Leyen ha apoyado y en ocasiones ideado sanciones y medidas disciplinarias contra Hungría por violaciones a los valores democráticos de la UE, lo que ha aumentado las tensiones con el gobierno de Orbán.
Además, von der Leyen promueve políticas de migración humanitarias e inclusivas, en contraste con el enfoque estricto y anti-inmigrante de Orbán. Este conflicto de visiones sobre la gestión de la migración ha sido una fuente significativa de desacuerdo entre ambos líderes. Por otra parte, su apoyo a políticas ambientales y climáticas muy ambiciosas, como el Pacto Verde Europeo, va en contra de las prioridades económicas de Orbán, que frecuentemente se oponen a regulaciones ambientales estrictas. La reelección de von der Leyen representa una continuación de estas políticas, que Orbán ve como una amenaza a su agenda nacionalista y soberanista.