Durante la cumbre del Consejo Europeo de la semana pasada, que reunió a los 27 líderes europeos en Bruselas, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, propuso una idea controvertida: externalizar las deportaciones de inmigrantes ilegales a través de centros de reubicación. Los solicitantes de asilo rechazados serían enviados a estos centros mientras se procesan sus deportaciones. La propuesta, en teoría, busca descargar a aquellos países como Italia y España que reciben cantidades de inmigrantes difíciles de gestionar. Pero también podría ser una manera de complacer a los gobiernos de ultraderecha, que cada vez tienen más poder y mayoría en la Unión Europea.
La cumbre concluyó con una resolución ambigua que permite “soluciones innovadoras” a la hora de gestionar la inmigración y que por lo tanto no descarta estos centros de reubicación. Pero la idea casi idéntica de Giorgia Meloni, para mandar a sus inmigrantes a Albania, fracasó el pasado viernes porque los tribunales italianos dictaron que los países de retorno de los inmigrantes no podían considerarse seguros – algo que también podría bloquear la iniciativa de la UE, por preocupaciones sobre los derechos humanos.
Así opinaron muchos eurodiputados reunidos en Estrasburgo. La comisaria europea de Igualdad, Helena Dalli, subrayó desde la Eurocámara que lo más importante es respetar los derechos fundamentales y el Derecho Internacional, en cualquier medida que se adopte. “La Comisión seguirá explorando posibles formas de avanzar en relación con la idea de desarrollar centros de deportación fuera de la Unión, especialmente, a la vista de una propuesta legislativa sobre retornos”, aunque se prestará “importante atención al respeto de los derechos fundamentales al considerar medidas como los centros de deportación” a través de organizaciones como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados “para asegurar que el Derecho Internacional y el principio de no devolución siempre se respetan en todos los casos”. Según Dalli, se están haciendo “algunos progresos” en los retornos y entre enero y junio de este año han aumentado un 18 % con respecto a 2023.
La opinión española
En declaraciones a Artículo14, Javier Zarzalejos, miembro del Partido Popular y líder del comité parlamentario de Libertades Civiles (LIBE), explicó que “en lo que se refiere a Italia, nosotros en el LIBE nos hemos interesado por eso. Sabemos que, por ejemplo, que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados ha sido invitado a evaluar desde el terreno en la operativa de este centro en Albania, y va a estar inicialmente en un periodo de tres meses. Así que desde el Parlamento Europeo vamos a seguir muy de cerca la experiencia. Hablamos de un acuerdo internacional bilateral entre Italia y Albania, que está fuera del ámbito de lo que serían las políticas comunes en materia de inmigración”.
Agregó que “Rusia está utilizando e instrumentalizando la inmigración como un arma en su estrategia híbrida contra la Unión Europea. Pero a mí sí me gustaría insistir en la idea de que nuestro desafío es la eficacia. Dar una respuesta que corresponda con el hecho de que somos capaces de regular”.
Mientras tanto, en el debate del hemiciclo, Dolors Montserrat advirtió del colapso en las fronteras españolas en Canarias, Ceuta y Melilla debido a la llegada constante de migrantes.
Sin embargo, Iratxe García Pérez, líder del grupo socialdemócrata, criticó la propuesta de von der Leyen por considerar que socava el pacto migratorio europeo. También opinó que las deportaciones “indiscriminadas” suponen “la más indigna abdicación de los valores del proyecto europeo”.
“Ahora que la Justicia italiana ha sentenciado que el acuerdo del Gobierno de (Giorgia) Meloni con Albania es ilegal, la señora Von der Leyen debe abandonar su propuesta inhumana e ilegal para crear centros de deportación en terceros países”, afirmó.
También Estrella Galán, de Sumar, comparó la creación de centros de deportación con campos de concentración y criticó duramente la propuesta. “Construir cárceles para las personas refugiadas en Europa es una barbaridad. Campos de concentración para seres humanos cuyo único delito ha sido huir para poner su vida a salvo. ¿Se imaginan que hubiéramos hecho esto con las personas ucranianas que huyeron de la invasión rusa? Von der Leyen ha cruzado una línea roja a cambio de un puñado de votos. ¿Hasta dónde vamos a permitir que la señora Meloni gobierne en Europa?”
Desde la extrema derecha
Otros acogen felices la idea de deportar, aunque sea parcialmente, a los solicitantes de asilo – aunque eso implique mandarlos de vuelta a países inseguros, opresivos, o violentos. En Estrasburgo, Jorge Buxadé, de Vox, pidió “contra la inmigración ilegal, deportación” y “contra las inmigraciones masivas, deportaciones masivas”, mientras que Mireia Borrás se enfrentó a la comisaria de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, afirmando que la inmigración es una de las mayores amenazas para la salud de los europeos.
“Enfermedades como la peste porcina, le lengua azul o la viruela ovina entran en España por las fronteras. Lo mismo ocurre con plagas desastrosas para nuestro campo, como la de la avispa asiática, procedente de un barco carguero de China”, dijo. Sus afirmaciones carecen de pruebas sustanciales; los focos recientes de viruela ovina en España han estado más relacionados con la propagación dentro del país, no necesariamente por la entrada de animales o productos extranjeros contaminados. Tampoco hay evidencia de que la avispa asiática llegase a bordo de un carguero chino. Si que es cierto que la lengua azul, que transmiten los mosquitos, entró en España a través de la frontera – pero de la que comparte con Portugal, que también forma parte de la Unión Europea. Y fue a raíz del movimiento natural e impredecible de los insectos, contra el cual la Comisión tampoco puede legislar.