Escalada

Hacia la guerra total en Oriente Medio

Teherán cumple sus amenazas al lanzar al menos 180 misiles contra su archienemigo israelí. “Pagarán un alto precio”, advierte Israel tras el ataque

Con su ataque de ayer sobre Israel, la República Islámica de Irán acercó un poco más la tan temida escalada total en Oriente Medio. Dos semanas después de que la Inteligencia israelí llevara a cabo el primero de sus golpes contra la estructura militar de Hizbulá en Líbano, y apenas cuatro desde que un avión militar israelí acabara con la vida del carismático y esquivo Hasan Nasrala en su feudo de Beirut, Teherán cumplió sus amenazas de los últimos días al lanzar al menos 180 misiles contra su archienemigo israelí.

Con todo, el sistema defensivo israelí -y la ayuda naval estadounidense- consiguió neutralizar con éxito la salve de proyectiles lanzados desde Irán, e Israel solo tuvo que lamentar heridos leves. Por otra parte, la ciudad israelí de Yafa, junto a Tel Aviv, fue escenario de un tiroteo considerado “acto terrorista” por las autoridades locales en el que perdieron la vida al menos seis personas y que eleva aún más la temperatura en la calle israelí.

Las autoridades israelíes fueron claras desde el principio y avisaron a las autoridades iraníes de que lo ocurrido anoche –una venganza tanto por el asesinato de Nasrala como por el del jefe político de Hamás Ismail Haniyeh en Teherán- tendría una respuesta contundente. “Pagarán un alto precio”, avisó un portavoz de las FDI. El escenario de un nuevo golpe israelí al régimen de los mulás dibuja un escenario imprevisible directo hacia lo desconocido para toda la región.

Entretanto, aunque la información sobre el terreno es confusa -por un lado, Tel Aviv asegura que ya se están produciendo “intensos combates” en el sur del Líbano y, por otro, Hizbulá y el Ejército libanés niegan la entrada de los soldados israelíes, las FDI comenzaron ayer sus operaciones terrestres, que aseguran que serán “limitadas”, contra la milicia chií en suelo libanés.

Israel ya ocupó el sur del país de los cedros en 1978, concretamente la zona situada desde la frontera hasta el río Litani. Después, en el largo período comprendido entre 1982 y 2000 ocuparon distintas zonas, incluida Beirut. Las FDI volvieron a penetrar en territorio libanés durante la guerra de 2006.

El objetivo del Gobierno presidido por Benjamin Netanyahu no es otro que descabezar a la milicia chiílibanesa -como ya ha hecho en los últimos días-, asestar un fuerte golpe a sus capacidades operativas y empujar a sus soldados por encima del río Litani, como estableció en 2006 la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que ninguna de las dos partes, Israel y Hizbulá, han cumplido durante los años transcurridos. Un plan con el que el Ejecutivo israelí pretende traer de vuelta a las decenas de miles de personas obligadas a abandonar sus hogares en el norte de Israel.

 

 

Operación “limitada y localizada”

Las sucesivas comunicaciones públicas de las autoridades israelíes han insistido hasta ahora en que la operación en suelo libanés en marcha será “limitada y localizada” contra “objetivos e infraestructuras terroristas” de Hizbulá. Este mediodía, las FDI han pedido a los habitantes de hasta 27 localidades del sur de Líbano que evacúen “inmediatamente” sus hogares y se dirijan hacia el norte para ponerse a salvo. Las autoridades israelíes no han precisado el número de soldados que participarán en la operación contra la milicia libanesa, que concentra en la zona sur gran parte de su arsenal.

“El Ejército israelí no quiere hacerles daño y por su seguridad deben evacuar sus casas de manera inmediata. Quien se encuentre cerca de los miembros, instalaciones y medios de combate de Hizbulá pone en peligro su vida”, escribía el martes por la mañana el portavoz del Ejército israelí Avichai Adraee en un mensaje difundido en las redes sociales.

Hizbulá conserva el 40% de su arsenal

Aunque los bombardeos israelíes contra el sur y el este del Líbano, especialmente los de las dos últimas semanas, han menguado significativamente el poder militar de Hizbulá, los especialistas estiman que la organización conserva al menos el 40% de su poderoso arsenal, o lo que es lo mismo, algo menos de la mitad de 150.000 cohetes, drones y misiles de corto, medio y largo alcance preparados para ser disparados hacia territorio israelí. Además, la organización ha sido financiada y entrenada por la Guardia Revolucionaria de Irán durante los últimos 18 años en sus feudos del sur libanés para un escenario de enfrentamientos sobre el terreno. Aunque se han producido más de un millar de bajas en sus filas, se estima que la milicia chiita cuenta con unos 20.000 miembros más plenamente operativos.

En este sentido, el ex profesor de la Universidad de Oxford e investigador de Chatham House Nadim Shehadi asegura que “una invasión terrestre del sur de Líbano es el mejor regalo que Israel puede hacerle a Hizbulá”. Para el especialista en la política libanesa y de Oriente Medio, “la estupidez de los líderes israelíes puede hacerles caer en la trampa”.

Simultanear con los bombardeos

Es difícil determinar el alcance pretendido por la operación puesta en marcha por el Gobierno israelí en estos momentos, por lo que es prematuro especular con una presencia prolongada, como ocurrió entre 1982 y 2000, en el sur de Líbano. En resumen, el plan de Tel Aviv por el momento pasa por simultanear los bombardeos con la operación “limitada” que arranca en estos momentos sobre el terreno.

El embajador israelí en Francia Joshua Zarka aseguraba este martes a la cadena France Inter también que su país “no tiene la intención de invadir Líbano ni de “quedarse meses”. “No tenemos en absoluto intención de invadir Líbano ni de repetir el error que cometimos en 1982”. “No sé si es cuestión de horas o de días, pero ciertamente no es una cuestión de meses”, ha zanjado el diplomático.

La FINUL permanece

Entretanto, este martes, la Fuerza de Naciones Unidas para Líbano (FINUL) ha publicado un comunicado en el que da cuenta de que las FDI le han notificado su intención de llevar a cabo incursiones limitadas en Líbano. “Como respuesta a la peligrosa situación, la fuerza para el mantenimiento de la paz permanece en sus posiciones, adaptando su postura y actividades de manera continuada mientras prepara planes de contingencia si fuera necesario”.

“La seguridad de las fuerzas para el mantenimiento de la paz en una prioridad máxima y recordamos a todas las partes de que tienen la obligación de ajustarse a ello. La FINUL hace hincapié en que cualquier incursión en el Líbano constituye una violación de la soberanía de Líbano y de su integridad territorial, así como un incumplimiento de la Resolución 1701”.

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