Kamala Harris salió fortalecida tras la Convención Nacional Demócrata, pero, superado el baño de masas y los discursos elogiosos de los suyos, empieza ahora lo más difícil para ella: ganarle a Donald Trump una elección que las encuestas presentan como una de las más reñidas de la historia y conquistar la Casa Blanca.
La vicepresidenta explotó al máximo la gran cita de los demócratas en Chicago, que, además de para proclamarla oficialmente como candidata, sirvió para darle lustre a su imagen, ya bastante mejorada desde que tomó el relevo del presidente Joe Biden, y colocar algunas de los mensajes principales de su campaña entre los millones de espectadores que siguieron por televisión el evento.
También, para socavar a Trump, atacado sin piedad y con sorna por oradores del peso y la elocuencia de Barack y Michelle Obama, el expresidente Bill Clinton, la congresista Nancy Pelosi, la histórica periodista Oprah Winfrey, o el candidato a vicepresidente, Tim Walz, en cuatro días en los que sus actos de campaña se han visto relegados en los informativos por la Convención.
Harris, al alza
El colofón llegó con el discurso de aceptación de la nominación de Harris el jueves, una intervención inspiradora en la que logró presentar una candidatura en positivo, basada en la esperanza y la solidaridad, frente a las apelaciones constantes al miedo y los mensajes apocalípticos sobre la situación del país a los que acostumbra Trump.
No ha habido tiempo aún para que las encuestas midan el efecto entre el electorado del mensaje de Harris, televisado en horario de máxima audiencia para todo el país, pero las primeras que reflejan el de los primeros días de la convención demócrata muestran que esta le ha dado un empujón adicional a una Harris que ya venía al alza.
Una publicada esta misma semana por la Fairleigh Dickinson University coloca a Harris con un 50% de intención de voto a nivel nacional, frente al 43% de su rival. Como la mayoría de los sondeos más recientes, este indica que Harris no solo ha enjugado la ventaja que Trump le llevaba a Biden, sino que ha abierto una brecha aún pequeña pero con aparente tendencia a aumentar y consolidarse.
De acuerdo con el promedio de sondeos del The New York Times y el Siena College, Harris aventaja en dos puntos porcentuales de intención de voto a Trump, al que saca también un estrecho margen en estados-péndulo que serán clave en la elección de noviembre, como Wisconsin y Pensilvania.
Trump + Kennedy
Pero la carrera está lejos de haber terminado y, ahora que la convención demócrata echó el cierre, en el equipo de Trump esperan que vuelvan las malas noticias para ellos. La primera ha llegado este mismo viernes con la retirada del candidato independiente Robert F. Kennedy.
Como suele suceder, este ultimo intento de construir una alternativa al arraigado bipartidismo estadounidense tampoco ha prosperado y, con una intención de voto en las encuestas que nunca superó el 5%, Kennedy se ha bajado de la carrera electoral.
Kennedy y Trump se reunieron hace semanas y las campañas de ambos han estado conversaciones para una posible alianza. Los medios estadounidenses aseguran que Kennedy ofreció a Trump darle su apoyo a cambio de un puesto en su gobierno si el expresidente gana las elecciones.
Sea como sea, las encuestas indican que quienes pensaban votarle se identifican mucho más con las posturas de Trump que con las de Harris, por lo que es probable que sea el republicano quien atraiga a un mayor número de los votantes que se quedarán sin candidato alternativo.
La campaña de Harris ha desdeñado a Kennedy, díscolo descendiente de una dinastía tan genuinamente demócrata como los Kennedy, pero la absorción de sus votos por Trump podría decantar una carrera tan apretada como esta.
La importancia de los debates
La batalla en los poco más de dos meses que quedan de campaña será encarnizada y, dada la igualdad, los debates entre los candidatos pueden cobrar una importancia decisiva.
Por ahora, hay uno ya fijado para el 10 de septiembre en Filadelfia, donde la cadena ABC pondrá a Trump y Harris cara a cara. Para entonces faltará menos de un mes para la decisiva votación del 5 de noviembre. Los periodistas de la cadena David Muir y Lindsey Davis serán los moderadores.
Antes de aceptar el del día 10,Trump otras dos dos fechas, 4 y 25 de septiembre, para la realización de otros dos debates, pero ninguno de ellos se ha confirmado todavía.
A estas alturas, cabe pronosticar que la carrera presidencial seguirá muy ajustada entonces. Y que los ojos de América y el mundo estarán puestos en ese debate.