En las sombras del poder, las vidas personales de aquellos en las altas esferas suelen estar envueltas en un halo de misterio y especulación. Es el caso de Liudmila Ocheretnaya, quien hasta 2013 era más conocida como Liudmila Putin, la discreta y enigmática ex mujer del presidente ruso Vladimir Putin.
La historia de Liudmila Ocheretnaya, lejos de ser un mero apéndice en la biografía de un líder mundial, es un fascinante viaje desde la normalidad soviética hasta los salones del poder del Kremlin, seguido de un inesperado giro hacia una vida más alejada del foco mediático tras su divorcio.
El interés público en las figuras asociadas a los líderes mundiales es un fenómeno universal. Sin embargo, en el caso de Rusia, un país caracterizado por su ferviente proteccionismo en torno a la vida privada de sus dirigentes, la curiosidad por conocer más sobre las personas cercanas a Vladímir Putin adquiere una dimensión particular.
¿Quién es Liudmila Ocheretnaya?
Liudmila Ocheretnaya y Vladímir Putin tienen una conversación íntima en 2010 (EFE)
Nacida como Liudmila Aleksandrovna Shkrebneva en Kaliningrado ―una ciudad costera en el enclave ruso situado entre Polonia y Lituania― el 6 de enero de 1958, la que fuera primera dama de Rusia inició su vida lejos del esplendor y las intrigas del Kremlin. Criada en una familia típica soviética, estudió filología en la Universidad Estatal de Leningrado, una elección que presagiaba un futuro en la enseñanza o la literatura, nada que ver con los pasillos de poder que recorrería.
Su encuentro con Vladímir Putin, entonces un joven y ambicioso oficial de la KGB, marcó el inicio de una nueva etapa en su vida. Aunque los detalles de su primer encuentro son escasos y varían de forma considerable según la fuente que narre la historia, es ampliamente aceptado que se conocieron en Leningrado y se casaron en 1983. Este matrimonio la llevó a desempeñar el papel de compañera de un espía soviético en Alemania Oriental, donde la pareja vivió hasta la caída del Muro de Berlín.
Durante su tiempo como primera dama, después de que Putin ascendiera al poder de Rusia en el año 2000, Liudmila trató de mantener un perfil bajo. Se la veía ocasionalmente en funciones oficiales y eventos estatales, pero poco más. A diferencia de otras primeras damas, rara vez se pronunció en público y parecía preferir la vida fuera del círculo mediático. Una decisión que, como era de esperar, alimentó tanto la curiosidad como la especulación sobre su persona.
¿De qué trabajaba Liudmila antes de casarse con Putin?
Vladímir Putin y Liudmila Ocheretnaya de jóvenes, con su hijo (Getty)
Antes de convertirse en la compañera de uno de los políticos más influyentes del mundo, Liudmila Ocheretnaya era una joven estudiante y profesional lejos de los reflectores de la política rusa. Graduada en filología española en la Universidad Estatal de Leningrado, su vida académica presagiaba una carrera educativa o como traductora, campos muy alejados de los oscuros corredores de la KGB y el Kremlin.
Tras completar sus estudios, Liudmila encontró empleo como asistente de vuelo para la aerolínea nacional Aeroflot, un trabajo que le proporcionó la oportunidad de viajar, una rareza y un privilegio en la Unión Soviética de la época.
Además de su trabajo en Aeroflot, Liudmila desempeñó roles en el ámbito educativo, aplicando su formación en filología como maestra de idiomas. Esta etapa de su vida le dio una relativa normalidad y le concedió el anonimato que posteriormente perdería, cuando su marido accediera al poder de Rusia.
La vida de Liudmila después de su divorcio
Vladímir Putin y Liudmila Ocheretnaya antes de su separación (Getty)
El anuncio del divorcio de Liudmila y Vladímir Putin en junio de 2013, tras casi treinta años de matrimonio, sorprendió tanto a Rusia como al mundo. Aunque siempre discreta en su vida pública, la separación de la pareja elevó a Liudmila a los titulares de una manera que raramente había experimentado durante su matrimonio. De repente, la ex primera dama se encontraba en el centro de una atención mediática que ella había evitado cuidadosamente durante décadas.
Tras el divorcio, Liudmila Ocheretnaya emprendió lo que podría interpretarse como una búsqueda de renovación y autorrealización. A pesar de las conjeturas y el intenso escrutinio, se mantuvo fiel a su naturaleza reservada y evitó las apariciones públicas, manteniendo los detalles de su vida privada en secreto. Sin embargo, los informes indican que se sumergió en nuevas actividades empresariales y sociales, alejándose de la sombra de su exesposo.
En 2014, la prensa rusa informó que Liudmila había adquirido una participación en una empresa dedicada al desarrollo de complejos médicos y de ocio en Rusia. Este emprendimiento marcó un claro desvío de su anterior vida pública, apuntando a un nuevo interés en el sector empresarial y un intento de construir una identidad profesional independiente. Además, se rumoreaba que se había casado con Artur Ocheretny, un hombre considerablemente más joven, en 2015. Ella nunca ha confirmado ni negado estas afirmaciones en público.