El juicio que mantiene en ascuas a toda la clase política francesa ha quedado visto para sentencia. En la derecha, los que aspiran a la presidencia sueñan con que la líder ultraderechista, Marine Le Pen, quede inhabilitada y no pueda ser candidata, dando posibilidades a otros conservadores. Al centro y a la izquierda, también desean su inhabilitación para no tenerla como rival, pues cada elección rasca un mayor porcentaje de votos.
El juicio en el Tribunal Correccional de París por presunta financiación ilegal del partido de Le Pen en el Parlamento Europeo ha concluido este miércoles tras casi dos meses de proceso judicial. La líder ultra podría ser condenada por malversación de fondos públicos y complicidad de ese delito. La sentencia se dictará el próximo 31 de marzo y la expectación es máxima. La Fiscalía ha pedido para Le Pen cinco años de cárcel, una multa de 300.000 euros, y lo que tiene a los políticos galos haciendo cábalas, su inhabilitación durante los próximos cinco años.
¿Candidata en 2027?
Cabe recordar que el presidente Emmanuel Macron no puede volver a presentarse a las elecciones presidenciales cuando concluya su segundo mandato. Sin un claro sucesor, Le Pen sabía que 2027 sería su año. Sin embargo, si queda inhabilitada para la vida política hasta 2030, ella tampoco podrá presentarse, a pesar de ser una clara favorita en las encuestas.
Le Pen ha asistido cada día del proceso judicial y a pesar del horizonte que se avecina reconoció a la prensa sentirse “serena” de cara a la sentencia.
Inhabilitación automática
Según recoge la agencia EFE, el abogado de Le Pen, Rodolphe Bosselut, se centró durante su alegato en subrayar que la jefa de la extrema derecha debe ser absuelta y que, en caso de ser declarada culpable, no se le debería imponer la pena de inhabilitación y, sobre todo, no con carácter automático como pretende la Fiscalía.
Para Bosselut, una inhabilitación automática sería “injusta” porque tendría “consecuencias irremediables, irreparables, que equivaldrían a una pena definitiva”.
Sobre todo, el letrado hizo notar que eso afectaría “como mínimo a 13 millones de electores franceses“, en alusión a los que votaron por Le Pen en 2022, cuando se enfrentó en segunda vuelta a Macron.
Moción de censura
Mientras llega la sentencia, en el panorama político francés hay otro nubarrón que acecha. Precisamente el partido de Le Pen ha amenazado en los últimos días con una posible censura del actual Gobierno francés, liderado por el primer ministro Michel Barnier. El conservador francés cuenta con el apoyo de Agrupación Nacional (RN) de Le Pen en el Parlamento para mantenerse en pie, de ahí que su respaldo -o no- sea crucial para el futuro del Ejecutivo galo.
Ella se defiende, y asegura que la moción de censura del Gobierno de Barnier no es una venganza por su juicio. “Me alegro de que haya terminado (el juicio), porque tengo una intensa actividad como presidenta de grupo, y en la Asamblea Nacional están pasando cosas importantísimas, que tienen una influencia directa en la vida de los franceses“, ha explicado Le Pen al salir de la corte parisina. “Estar al margen, por así decirlo, durante tres tardes a la semana de este objetivo que ha impulsado mi vida, era quizás una forma de sufrimiento para mí”, ha reconocido en declaraciones recogidas por el diario “Le Figaro“.
Le Pen hará “lo que tenga que hacer” y reiteró que el proceso judicial “no entrará en consideración” en sus decisiones políticas como líder de RN. Es más, la ultraderechista insiste en que este juicio no tiene “ninguna” consecuencia política, a pesar de los críticos que ven un “causa-efecto” en su repentina estrategia de promover una moción de censura.
Los Presupuestos 2025
“Haré lo que tenga que hacer para defender al pueblo francés. Y este juicio que se está celebrando no tiene ninguna consecuencia”, admitió, tras indicar a los periodistas que “nos veremos dentro de cuatro meses”.
Tras la conclusión del juicio, Le Pen espera poder retomar plenamente sus actividades políticas en un momento de “paroxismo”. Y es que no está de acuerdo con los presupuestos de 2025 planteados por el primer ministro Barnier. Un “mal presupuesto para los franceses” que intentará rectificar. En caso contrario, y aquí volvió a amenazar, “habrá que afrontar responsabilidades políticas”.