En una serie de movimientos que han sacudido los cimientos del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha despedido a varios altos funcionarios tras una reunión con la activista de extrema derecha Laura Loomer.
El escándalo ‘Signalgate’, el detonante de ello
El detonante de esta reestructuración fue el escándalo conocido como ‘Signalgate’, en el cual se descubrió que miembros del NSC compartieron información sensible sobre una operación militar en Yemen a través de la aplicación de mensajería encriptada Signal. Inadvertidamente, un periodista fue añadido al chat, lo que resultó en la filtración de detalles confidenciales. Los funcionarios destituidos incluyen a Brian Walsh, jefe de ciberseguridad del NSC, Thomas Boodry, director de inteligencia, y David Feith, asesor principal en temas de seguridad. Además, Alex Wong, asesor adjunto de seguridad nacional y creador del chat en cuestión, también está bajo escrutinio y podría enfrentar consecuencias similares.
Paralelamente, el Pentágono ha iniciado una investigación al secretario de Defensa, Pete Hegseth, en relación con el uso de aplicaciones de mensajería no seguras para discutir asuntos clasificados.

Laura Loomer, la causante de dichas destituciones
Donald Trump habría tomado la decisión tras una reunión en la que Laura Loomer lo convenció de que existía una “conspiración interna” en el equipo de seguridad. Loomer, de 31 años, ha sido una figura polarizadora dentro de la política estadounidense. Su historial como activista y periodista autoproclamada ha estado marcado por la promoción de teorías de conspiración, muchas de ellas vinculadas a la extrema derecha.
Loomer ganó notoriedad en 2017 cuando fue vetada de Twitter (ahora X) por difundir desinformación sobre la comunidad musulmana. Desde entonces, ha utilizado plataformas alternativas para amplificar su mensaje y consolidar su influencia en los círculos trumpistas. Su ascenso dentro del movimiento “MAGA” la ha llevado a mantener una relación cercana con figuras clave del entorno de Trump, llegando incluso a influir en sus decisiones políticas. Tiene una influencia enorme en Donald Trump. Llegó a acompañarle en varios actos de la campaña electoral antes de ganar las elecciones. “América está disgustada. Estamos perdiendo nuestro país y los extranjeros ilegales están violando y matando niños y comiéndose las mascotas de la gente, y de lo único que quiere hablar la Casa Blanca es de curry verde y berzas”, escribió para sus seguidores Laura Loomer.

Lo sorprendente es que Loomer no está sola. Tiene 1,6 millones de seguidores en X (antes conocida como Twitter), cada una de sus publicaciones, por muy locas, racistas o extremistas que sean, son compartidas y vistas por decenas de miles de personas. Además, en 2022, intentó sin éxito postularse para el Congreso por Florida, pero a pesar de la derrota, su perfil siguió creciendo en el ámbito de la ultraderecha. Trump, que la ha elogiado en diversas ocasiones, la considera una “guerrera” contra el establishment de Washington.
I have to depose Trump & Loomer hater @billmaher today.
But I will be releasing more names of individuals who should not be in the Trump administration due to their questionable loyalty & past attacks on President Trump.
I’ll be releasing those names later today and tomorrow.
— Laura Loomer (@LauraLoomer) April 4, 2025
La purga ha generado un terremoto político en Washington. Miembros del Partido Republicano han expresado su preocupación por la creciente influencia de Loomer en la administración. Algunos temen que figuras radicales estén tomando el control de decisiones cruciales en materia de seguridad. El senador republicano Mitt Romney calificó la situación como “alarmante” y advirtió sobre los riesgos de tener “asesores que se guían por teorías de conspiración en lugar de hechos”. Por su parte, los demócratas han condenado la reestructuración, acusando a Trump de “desmantelar la seguridad nacional en favor de su agenda personal”.