Elon Musk siempre se ha presentado como un hombre impulsado por una misión: un arquitecto del futuro, empeñado en colonizar Marte, electrificar el transporte y la inteligencia artificial. Pero bajo las arriesgadas aventuras empresariales y los tuits que sacuden los mercados, el hombre más rico del mundo esconde otra ambición más íntima: una cruzada para repoblar la Tierra con lo que él considera descendencia de “alta inteligencia”. La prolífica paternidad de Musk, de la que de momento se conocen al menos 14 hijos con múltiples mujeres, no es un accidente, sino una estrategia deliberada ligada a su visión apocalíptica del mundo.
Según una investigación del Wall Street Journal, Musk ha llevado un paso más su obsesión por los niños. Se refiere a sus hijos como una “legión”, una metáfora militarista que sugiere una fuerza estratégica preparada para el colapso de la civilización. La misión pronatalista del multimillonario, basada en la creencia de que el descenso de la natalidad es la mayor amenaza para la humanidad, se ha convertido en un experimento privado casi eugenésico. No sólo insta al mundo a tener más hijos, él mismo predica con ejemplo. Incluso hay quien dice que su prole es aún mayor.
Un asesor para los acuerdos con las madres
En el centro de esta campaña natalista se encuentra Jared Birchall, mano derecha de Musk, intermediario y gestor de su extenso imperio de riqueza, influencia y, cada vez más, negociaciones parentales. El papel de Birchall va mucho más allá de las finanzas. Es el guardián entre Musk y las mujeres que procrean a sus hijos, orquestando acuerdos financieros, haciendo cumplir tratados de confidencialidad y advirtiendo contra batallas legales que, según él, “siempre, siempre conducen a un peor resultado para esa mujer”.

Uno de los casos más reveladores es el de la influencer de derechas Ashley St. Clair, que ha tenido hace siete meses un bebé, Romulus, y ha presionado a Musk para que se hiciera una prueba de paternidad. “No quiero que mi hijo sienta que es un secreto”, le aseguró St. Clair a Birchall.
Hijos para resistir el apocalipsis
Documentos y fuentes revisados por el WSJ sugieren que Musk ofreció 15 millones de dólares y 100.000 dólares al mes por su silencio. Se han hecho ofertas similares a otras madres, algunas de las cuales fueron reclutadas por él directamente a través de las redes sociales.
En un mensaje de texto a St. Clair durante su embarazo, Musk propuso acelerar su maternidad mediante otras mujeres para alcanzar “el nivel de legión antes del apocalipsis”. “Necesitaremos usar vientres de alquiler”, aseguró el magnate, de acuerdo con la investigación del Wall Street Journal.
El sistema de creencias del multimillonario es coherente en su cabeza: la civilización se tambalea, y sólo multiplicando su legado genético -a través de mujeres inteligentes y de élite- puede la humanidad tener una oportunidad. ¿Su razonamiento? La gente educada no se reproduce lo bastante rápido y, sin sus genes, el futuro está condenado. Esta creencia ha empujado a Musk a ofrecer su esperma para emparejamientos de alto perfil, incluida una misteriosa petición de funcionarios japoneses, según mensajes vistos por el Journal.
Fomentar la natalidad, sólo entre las élites económicas
Esta mezcla ideológica de pronatalismo, futurismo y fatalismo no es sólo personal; es política. Musk tiene ahora una influencia sustancial sobre la política estadounidense como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) bajo la Administración del presidente Donald Trump, con programas sociales y de cooperación en el punto de mira. A medida que desmantela los sistemas públicos de bienestar, la visión paralela del futuro de Musk -élites autosuficientes, vida multiplanetaria y procreación selectiva- se siente cada vez más distópica.
Alea Iacta Est pic.twitter.com/gvVaFNTGqn
— Ashley St. Clair (@stclairashley) February 15, 2025
La tensa relación de Musk con las madres de sus hijos complica este gran plan. La cantante Grimes, también con más de un millón de seguidores y con quien comparte tres hijos, ha criticado públicamente su ausencia paterna. En una ocasión, publicó en internet la emergencia médica de su hijo y la negativa de Musk a atenderla. Vivian Wilson, la hija transexual de Musk con su exmujer Justine Musk, ha cortado completamente los lazos con su padre, alegando su incapacidad para aceptar su identidad.
Thanks for the bday wishes – best birthday I've had in forever. I won't keep everybody waiting for art much longer – I'm really onto something…
so much love in my heart today 💕 love yall pic.twitter.com/Dy4QcofyZ6— 𝖦𝗋𝗂𝗆𝖾𝗌 ⏳ (@Grimezsz) March 18, 2025
Paternidad y talonario
Según el Wall Street Journal, si las madres se oponen o buscan asesoramiento externo, los asesores de Musk, incluido Birchall, amenazan con represalias financieras. Birchall aseguró a St. Clair que “la privacidad y la confidencialidad es la parte superior de la lista en todos los aspectos de su vida, todos los aspectos, y todo su mundo está configurado para ser, como, una meritocracia”. Así, reconoció el asesor de Musk, los beneficios fluyen cuando “la gente hace un buen trabajo”.
Mientras tanto, Shivon Zilis -ejecutiva de Neuralink y licenciada en Yale- sigue siendo la madre más visible y favorecida de Musk. Musk tiene cuatro hijos con ella y aparece regularmente con Zilis en eventos políticos de élite, incluidas reuniones con el primer ministro indio Narendra Modi o Ivanka Trump. La propia Zilis ha dicho que Musk la animó a tener hijos porque “realmente quiere que la gente inteligente tenga hijos”.
Lil loves of my life ♥️♥️ pic.twitter.com/DwwxTtPEyu
— Shivon Zilis (@shivon) February 16, 2025
La visión del mundo de Musk -mitad utopía de Silicon Valley, mitad resurgimiento del Imperio Romano- parece sacada de una novela de ciencia ficción. Pero no es ficción. Se desarrolla en tiempo real, impulsada por miles de millones de dólares, acuerdos de confidencialidad y una visión singular del renacimiento a través de la procreación de élite. En la mente de Musk, no sólo está construyendo cohetes con SpaceX, está reconstruyendo la humanidad: un bebé, una mujer, un acuerdo secreto cada vez.