Antisemitismo en EE UU

Las protestas por la guerra en Gaza y el antisemitismo sacuden a las universidades de Estados Unidos

Las principales universidades como Yale o Harvard, habitualmente reservadas a la élite y el conocimiento, se han visto envueltas en una intensa polémica por la intervención israelí en Gaza y las denuncias de estudiantes judíos

Protestas en la Universidad de Columbia
Profesoras de la Universidad, vestidas con trajes de graduación, y otros simpatizantes protestan por las recientes acciones de la universidad ante el campamento de estudiantes propalestinos en el campus Efe

Yale, Columbia, Harvard, MIT… Las principales universidades de Estados Unidos, habitualmente reservadas a la élite y el conocimiento, se han visto sacudidas por una intensa polémica por la intervención israelí en Gaza y las denuncias de estudiantes judíos que aseguran que se ha instalado en los campus un clima de antisemitismo rampante contra el que las autoridades académicas no toman medidas.

En la Universidad de Nueva York, donde se vivieron las escenas más tensas, la Policía se llevó detenidas a más de 133 personas después de levantar el campamento donde los manifestantes llevaban semanas protestando contra la ofensiva militar israelí en la Franja y lo que consideran complicidad de los responsables de la universidad.

En Yale se repitió el panorama con varios detenidos, mientras que la Universidad de Columbia estableció en su campus neoyorquino las clases virtuales hasta nueva orden. En Harvard, las autoridades restringieron el acceso al núcleo central del recinto universitario en previsión de posibles incidentes y en Minneapolis nueve estudiantes fueron detenidos cuando intentaban levantar un campamento de protesta en instalaciones de la Universidad de Minnesota.

Episodios similares se vivieron en otras universidades del país.

Las imágenes de los agentes desalojando a los jóvenes manifestantes y el revuelo en las universidades coparon la atención nacional e internacional, y en las redes e informativos se repitieron los mensajes de los jóvenes propalestinos, y de los estudiantes judíos que dicen estar viviendo un ambiente de creciente antisemitismo en las universidades sin que estas hagan mucho al respecto.

Protestas campus EE UU

Una estudiante en una protesta en la Universidad de Berkeley

La polémica alcanzó tal magnitud que obligó a pronunciarse al presidente Joe Biden, que trató de mantenerse equilibrado en un asunto que genera cada vez mayor polarización en la sociedad estadounidense. El presidente censuró tanto “el antisemitismo flagrante” que se había visto en algunas protestas, como a “aquellos que no entienden lo que está pasando con los palestinos”, en referencia a la crisis humanitaria en curso en Gaza.

Un comunicado de la Casa Blanca reafirmó el derecho a la protesta pacífica, pero condenó “las llamadas a la intimidación física contra los estudiantes judíos” y a quienes se “hacen eco de la retórica de organizaciones terroristas después de la mayor masacre cometida contra el pueblo judío desde el Holocausto”.

En realidad, lo que se percibe es que tanto el conflicto como las universidades están siendo objeto de una politización creciente contaminada por elementos ajenos a los campus.

La presidenta de la Universidad de Columbia, Nemat Shafik, denunció que las tensiones en su institución han sido “explotadas y amplificadas por individuos que no tienen relación con la universidad y han venido al campus a perseguir sus propias agendas”.

Shafik es una de los muchos rectores académicos que han sido muy cuestionados en los últimos meses por no atajar las manifestaciones de odio antijudío desde que estalló la guerra en Gaza y esta misma semana tuvo que comparecer en el Congreso para explicar su respuesta a las denuncias de antisemitismo.

Los congresistas republicanos fueron muy duros con ella, pero Shafik se ve cuestionada desde los dos frentes. Por un lado, muchos jóvenes estudiantes ataviados con la tradicional kufiya palestina gritan contra los rectores en los campus y exigen que revelen las identidades de sus donantes que también contribuyen a armar al Ejército israelí. Por el otro, muchos estudiantes judíos se quejan de que cada vez hay mayor hostilidad contra ellos en los campus.

No se debe olvidar que las universidades estadounidenses son de las más prestigiosas y costosas del mundo, y el lugar al que muchas familias de la numerosa e influyente comunidad judía del país mandan a formarse a sus hijos.

El caso de Shafik no es único. El pasado enero, la presidenta de Harvard, Claudine Gay, dimitió en medio de la indignación de los estudiantes judíos porque la universidad no condenó directamente los ataques de la milicia palestina Hamás contra Israel del pasado 7 de octubre y permitió que un grupo de colectivos estudiantiles difundiera un polémico mensaje propalestino pocos días después de la matanza.

Uno de los que vive estos días un ambiente enrarecido en los campus es Evan Snider, joven judío a punto de graduarse de Finanzas en la Universidad de Maryland que le dijo a Artículo 14: “Nunca me he sentido en peligro en mi universidad, pero sí en muchas ocasiones estamos aislados a pesar de contar con una comunidad judía amplia”.

“Respeto el derecho a las protestas, pero está claro que muchos de los que protestan lo hacen solo porque está de moda y ni siquiera saben bien qué está pasando en Gaza ni por qué”.

Para Evan, la intervención de la Policía para levantar los campamentos de protesta es una buena noticia que ha tardado demasiado en llegar. “Ya era hora de que las autoridades tomaran cartas en el asunto”.

Los Estudiantes de Columbia para la Justicia en Palestina, uno de los colectivos que protestan, en cambio, reivindicaron que su protesta es legítima. “Rechazamos firmemente toda forma de odio o fanatismo” y se desmarcaron de “provocadores que no representan” al colectivo estudiantil.

En la dimensión política, la guerra en Gaza se está convirtiendo en un asunto cada vez más incómodo para Biden, al que el peso cada vez mayor que está adquiriendo en el debate nacional podría perjudicar en su intento de ser reelegido en las elecciones de noviembre.

Los sectores más a la izquierda de las bases demócratas han mostrado su rechazo a la ofensiva israelí en Gaza, y se muestran cada vez más críticos con el apoyo de Washington a Tel Aviv, especialmente con los envíos de armamento. Biden ya vio como en las primarias demócratas de Michigan un colectivo de jóvenes y árabes estadounidenses prodemócratas llamó a boicotear su candidatura.

Pero el presidente debe al mismo tiempo contentar al gran nicho de votantes judíos de la costa Este y otros lugares del país que han sido tradicionalmente fieles a los demócratas, pero podrían darle la espalda a causa de las críticas de Biden al Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu y las llamadas a que respete los derechos humanos de los palestinos.

Biden puede consolarse con las encuestas que muestran que una mayoría de estadounidenses no están de acuerdo con cómo maneja Netanyahu la ofensiva en Gaza, pero corre el riesgo de —como les sucede a los rectores de las universidades estadounidenses— acabar atrapado entre dos fuegos, ninguno amigo.