La OTAN celebra desde este martes en Washington una cumbre para celebrar su 75 aniversario y decidir los pasos a tomar en el futuro, y ellas seguirán siendo una abrumadora minoría.
De los 32 estados miembros de la alianza, solo cinco tiene mujeres al frente del gobierno, lo que pone de manifiesto que la política internacional sigue siendo mayoritariamente cosa de hombres.
El apoyo a Ucrania
Líderes de todos los países han ido llegando en las últimas horas a Washington para una cita en la que, además de conmemorar sus 75 años de existencia de la OTAN, deberán abordar una agenda marcada por la necesidad de seguir apoyando a Ucrania en su guerra contra la invasión rusa y la revisión del objetivo de que cada aliado invierta al menos un 2% de su Producto Interior Bruto en defensa, fijado en 2014 y del que todavía muchos están lejos.
La italiana Giorgia Meloni, la estonia Kaja Kallas, la danesa Mette Frederiksen, la estonia Evika Silina y la lituana Ingrida Simonyte serán las únicas jefas del gobierno en la cumbre. En un segundo nivel habrá ministras de Exteriores y Defensa, como la española Margarita Robles, que tendrá la difícil tarea de defender la posición de un país que sigue a la cola de todos en gasto en defensa.
Ocho países de 32 tienen a una jefa de la diplomacia femenina (Alemania, Bélgica, Canadá, Eslovenia, Finlandia, Islandia, Letonia y Rumanía).
Mientras que sólo hay cinco ministras de Defensa en Bélgica, Chequia, Islandia (la cartera de Defensa forma parte de Exteriores) Luxemburgo y España.
Biden, anfitrión en horas bajas
La atención se centrará también en el desempeño de Joe Biden. El planeta entero sigue pendiente de su salud y condiciones después de que el presidente estadounidense se mostrara dubitativo y confuso en un debate electoral y sigue abierto el debate sobre si debe renunciar a presentarse a la reelección, a lo que él se niega en redondo.
Today begins a historic summit marking the 75th anniversary of NATO's founding.
And later this evening, I look forward to hosting our 31 NATO Allies in our nation's capitol to commemorate the strongest defensive alliance in history.
— President Biden (@POTUS) July 9, 2024
El estreno de Starmer
La cumbre será también el estreno internacional de Keir Starmer, flamante nuevo primer ministro británico tras el aplastante triunfo laborista en las recientes elecciones británicas.
Se espera que la OTAN apruebe más apoyo para Ucrania, sin duda, el tema prioritario de la cumbre. Según le dijo Mike Carpenter, asesor de Seguridad de la Casa Blanca, a los reporteros, los aliados anunciarán alrededor de 40.000 millones de dólares en ayuda para Kiev que se desembolsaría a lo largo de 2025 mediante acuerdos bilaterales.
El umbral del 2%
El otro gran asunto será el del objetivo del 2%. Washington asegura que ya son 23 los estados miembros que han alcanzado ese umbral, cuando en 2021 eran solo nueve. Sin duda, la invasión rusa de Ucrania en 2022 ha animado a muchos gobiernos hasta entonces reticentes a reforzar sus capacidades, pero quedan alumnos rezagados. Canadá y los mediterráneos Italia, España y Portugal son los que corren más riesgo de sufrir un tirón de orejas ya que figuran entre los últimos clasificados.
Ellas llegan a la cumbre con distintas prioridades. Meloni que ha ganado peso en la escena internacional últimamente ha disipado con su sostenido apoyo a Ucrania el temor a que se alineara con el presidente ruso, Vladimir Putin, cuando llegó al poder. En la última cumbre del G7 celebrada en su país, Meloni fue una de las más activas y logró que el texto final omitiera la referencia al aborto que impulsaban otros miembros del club.
Los objetivos de Meloni
Meloni llega con el objetivo de reafirmar el compromiso de Roma con la seguridad colectiva. Italia solo invierte un 1,5% de su PIB en defensa, lejos del 2% requerido, pero el Gobierno de Meloni ha fijado un recorrido para alcanzar un objetivo en los próximos años.
Su otra prioridad será mantener la frontera sur de Europa entre las prioridades de la alianza, cuya atención está ahora centrada en el conflicto en Ucrania y en Oriente Próximo, al que la guerra de Israel contra Hamás en Gaza ha devuelto al primer plano de la agenda internacional.
Como España, Italia quiere que desafíos como la amenaza yihadista latente en el Magreb y la inmigración irregular no sean olvidadas por los aliados.
Las prioridades del las líderes al norte
Las otras líderes en la cumbre, procedentes todas de países del norte de Europa, llegan a ella con otros intereses. La estonia Kaja Kallas fijó en un tuit las prioridades de su país. Kallas quiere que la OTAN fije un camino claro para una adhesión de Ucrania y reafirme sus compromisos para asegurar su victoria sobre Rusia. En palabras de la primera ministra, se trata de “mantener la amenaza rusa en el centro de las prioridades de la OTAN”.
Tallin también espera más de sus aliados sureños y espera de ellos un mayor gasto en defensa.
Con una agresiva Rusia mucho más cerca, los países bálticos destacan en el cumplimiento del objetivo del 2%. Uno de ellos es Lituania, cuya primera ministra Evika Silina presenta como “un pilar” de la seguridad transatlántica y acude a Washington con objetivos similares a los de Kallas. La lituana Ingrida Simonyte complementará el coro de voces femeninas bálticas con la oferta de enviar militares lituanos a Ucrania a adiestrar a sus tropas en el terreno.
También del norte estará la primera ministra de Dinamarca, la socialdemócrata Mette Frederiksen. Ella es una de las más comprometidas con la OTAN y todo lo que significa, hasta el punto de que su nombre sonó como sucesora de su actual secretario general, Jens Stoltenberg. Finalmente, será el ex primer ministro neerlandés Mark Rutte, pero ella sigue en la pomada.