Kamala Harris lucha por convertirse en la primera presidenta de la historia de Estados Unidos. Después del primer intento protagonizado por Hillary Clinton en 2016, Harris se medirá en las urnas a Donald Trump el 5 de noviembre, en una elección que atrae las miradas de todo el mundo y definirá el futuro de Estados Unidos. Pero la vicepresidenta no será la única mujer en liza en esa votación.
Además del cargo de presidente, en las elecciones se elegirá también a 34 senadores, los 435 miembros de la Cámara de Representantes, once gobernadores y más de 4.800 legisladores estatales, entre otros cargos locales. Así funciona la gran democracia estadounidense. Y además de Kamala Harris, habrá otras muchas mujeres en las papeletas de votación.
Menos políticas en liza
Un total de 21 mujeres compiten por un asiento en el Senado, mientras que 263 optan a uno en la Cámara de Representantes. Cinco aspiran a un puesto de gobernadora. Todo, según los datos del Center for American Women and Politics.
Después de varios ciclos electorales en los que la participación femenina no ha hecho más que aumentar, este año ha descendido el número de candidatas a congresistas, sobre todo entre las republicanas. Entre ellas ha habido una reducción de 35% en las candidatas a la Cámara de Representantes, mientras que las compiten por el Senado son un 45% menos. Entre las demócratas, la caída es de un 7% para la Cámara de Representantes y un 9% al Senado. Una tendencia preocupante a una menor representación femenina que no está teniendo apenas atención de unos medios obsesivamente volcados en el pulso entre Harris y Trump.
Sin embargo, las elecciones de 2024 tendrán muchas protagonistas femeninas destacadas, aparte de Harris. Estas son algunas de las principales.
Nancy Pelosi
La veterana dirigente demócrata volverá a postularse como representante del Distrito 11 del Estado de California. Pelosi lleva en el Congreso desde 1987, la mitad de los 84 años que tiene, una longevidad política que explica que se haya convertido en una de las caras más conocidas de los círculos del poder en Washington.
Detestada por muchos, que la ven como el paradigma del anquilosamiento de una clase política desconectada de la realidad del pueblo estadounidense, ha sido frecuente objeto de los ataques de Trump, que se ha valido de esta caracterización. Ella no se ha callado y sus mordaces y ácidos ataques contra Trump se han convertido en una de sus señas de identidad.
Pero mucho más que sus críticas, lo que más le ha dolido a Trump de Pelosi fue su decisiva maniobra entre las bambalinas demócratas para forzar la renuncia de Joe Biden como candidato a la reelección. Pelosi jugó un papel decisivo en paso adelante de Harris y Trump se quedó sin el rival al que ya había barrido en un debate y frente al que se veía como ganador.
Alexandria Ocasio-Cortez
Con solo 29 años, esta hija de inmigrantes puertorriqueños nacida en El Bronx se convirtió en 2019 en la mujer más joven en ocupar un escaño en el Congreso de Estados Unidos al convertirse en representante por el estado de Nueva York. Entonces, sorprendió una candidata joven y partidaria de posiciones vistas como demasiado a la izquierda en la política estadounidense que se impuso a políticos más veteranos y con más recursos.
Speaking of Puerto Rico, our island deserves better than a gubernatorial candidate who led Latinos for Trump.
🇵🇷 Diaspora, talk with your family en la isla about voting for La Alianza:
@juandalmauPR + @RiveraLassen pic.twitter.com/rUwCTzP9KT— Alexandria Ocasio-Cortez (@AOC) October 30, 2024
Desde entonces, Ocasio-Cortez se ha ido alejando de su perfil de rebelde juvenil y últimamente muestra una cara más pragmática, hasta el punto de que en las últimas semanas se ha sumado a la campaña de Harris con el objetivo de movilizar el voto latino y joven, y convencer a los universitarios que han protestado contra el apoyo militar de la Administración Biden a Israel en Gaza de que su vicepresidenta es su mejor opción. De hecho, se ha volcado en defender a los puertorriqueños tras las críticas de los partidarios de Trump.
Gonna make this my ringtone https://t.co/yk1BVQTsLR
— Alexandria Ocasio-Cortez (@AOC) October 29, 2024
La congresista admite que tiene diferencias con la vicepresidenta, pero ambas comparten un objetivo común: que Trump no vuelva a la Casa Blanca. Así que ha dejado atrás los mensajes con los que en sus inicios fustigaba a los dirigentes más veteranos de su partido y en mitin reciente con estudiantes en Pensilvania dijo: “Elegimos a Kamala Harris y Tim Walz, y tendremos un día más de nuestra democracia”.
Kari Lake
Solo dos años después de haber fracasado en su intento de ser elegida gobernadora de Arizona, esta experiodista busca serlo como senadora. Lo hace con el aval de Donald Trump, que la ha convertido en su gran apuesta en un estado que se presenta como clave en la elección presidencial.
Nacida en 1969, Kari Lake dejó una carrera en le televisión en la que entrevistó a algunos de los principales personajes de la política estadounidense, como Obama y el propio Trump, para intentar ser ella misma la protagonista.
Después de cambiar varias veces de afiliación (ha estado registrada como demócrata, independiente y republicana), Lake se convirtió en una trumpista de manual. No ha dudado en repetir las acusaciones no probadas de fraude con las que Trump explica su derrota ante Biden en la elección de 2020 y en 2024 ha hecho del supuesto “caos en la frontera” el tema principal de su campaña. “Kamala no va a arreglar la frontera”, dijo recientemente, consciente de que la inmigración clandestina es un tema muy sensible en un estado fronterizo como el suyo. Pese a sus esfuerzos, las encuestas dan como ganador a su rival, el demócrata Ruben Gallego.
Elise Stefanik
La representante republicana por Nueva York Elise Stefanik busca la reelección este 2024. Aunque cuando despuntó en política lo hizo con posiciones moderadas, como gran parte de los republicanos, ha ido desplazándose hacia la derecha a medida que aumentaba el control de Trump sobre el partido.
Fue una de las más contundentes en la defensa del entonces presidente ante el “impeachment” promovido sin éxito por los demócratas en 2019 y en 2020 respaldó el bulo de que Biden le había robado la elección, incluso después de que una turba de simpatizantes del expresidente asaltara el Capitolio para impedir la sucesión presidencial.
Actitudes como aquellas le granjearon las simpatías del gran líder, que la ascendió dentro de las filas republicanas en el Congreso para desplazar a Liz Cheney, que se había rebelado contra Trump. Contraria al aborto, recurrió al Supremo para frenar la obligatoriedad de las vacunas contra la covid en la pandemia. Ahora, totalmente alineada con Trump, busca a su sombra revalidar su escaño por Nueva York.