Donald Trump no tomará posesión hasta el próximo 20 de enero, pero el presidente electo de Estados Unidos ya ha dado a conocer todos los nombres de la que será su segunda administración. A lo largo de su primer mandato, el republicano nombró a un total de siete mujeres para puestos en el Gabinete. Por ponerlo en perspectiva, Joe Biden contó con un total de trece desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2021. Récord de cualquier administración en la historia de Estados Unidos, según los datos del Center for American Women and Politics.
En esta ocasión, cinco de los quince departamentos ejecutivos estarán en manos de mujeres. Un tercio de los nombramientos realizados por Trump, sin contabilizar a los altos cargos que no forman parte del Gabinete. La mayoría de las elegidas necesitan pasar por el filtro del Senado, donde los republicanos tienen mayoría. Por eso, salvo sorpresas de última hora, este será el equipo de mujeres que acompañará a Trump en su segunda andadura en la Casa Blanca.
Pam Bondi, fiscal general
No estaba previsto que se convirtiera en fiscal general. El cargo estaba reservado para el excongresista por Florida Matt Gaetz, uno de los máximos exponentes del excéntrico movimiento Make America Great Again (MAGA, por sus siglas). Pero su renuncia a finales de noviembre, asediado por las acusaciones –confirmadas semanas después a través de un informe del Comité de Ética del Congreso– de haber pagado “regularmente” por mantener relaciones sexuales con mujeres, entre ellas una menor de 17 años, siendo miembro de la Cámara de Representantes, sacó a flote el nombre de Bondi.
La ex fiscal general del estado de Florida, cargo al que renunció en 2019, formó parte del equipo legal de Trump durante su primer proceso de impeachment. Dirigía hasta la fecha el brazo legal del America First Policy Institute, un think tank conservador fundado con la misión de dotar al trumpismo de un corpus ideológico de cara a su segunda administración. También trabajó hace unos meses como lobista para Ballard Partners, la firma de Brian Ballard, otro estrecho colaborador de Trump. Bondi es una de las voces que ha amplificado la teoría del fraude electoral de 2020.
Harmeet K. Dhillon, fiscal general adjunta de Derechos Civiles
La abogada californiana copresidió Lawyers for Trump, un grupo negacionista del resultado electoral de 2020. El líder republicano destaca de ella su trabajo “constante” por “la protección de nuestras preciadas libertades civiles”, especialmente contra las empresas “que utilizan las políticas woke para discriminar a sus trabajadores”.
Gail Slater, fiscal general adjunto de Defensa de la Competencia
Veterana asesora de política tecnológica y medios de comunicación. Trabajó para el vicepresidente electo, J.D. Vance, y también asesoró al Consejo Económico Nacional durante el primer mandato de Trump.
“Las grandes tecnológicas se han desbocado durante años, sofocando la competencia en nuestro sector más innovador y, como todos sabemos, utilizando su poder de mercado para reprimir los derechos de tantos estadounidenses, ¡así como los de las pequeñas tecnológicas!”, escribió Trump en su plataforma Truth Social, en el mismo mensaje en el que anunciaba su nombramiento.
Tulsi Gabbard, directora de Inteligencia Nacional
La excongresista demócrata por Hawái, de ascendencia samoana, se presentó sin éxito a las primarias demócratas de 2020 antes de abandonar el partido y convertirse en independiente. No tardaría en respaldar públicamente a Trump.
En 2017, viajó a Damasco para reunirse con el expresidente sirio Bachar al Asad. Es conocida por difundir la propaganda del Kremlin, antes incluso de que comenzara la invasión rusa de Ucrania.
Gabbard engrosó las filas de la Guardia Nacional, es teniente coronel de la Reserva del Ejército y sirvió en Irak. Una hoja de servicios que llevó a Trump a considerarla como posible compañera de fórmula. En calidad de directora de Inteligencia, dirigirá un total de 18 departamentos de espionaje.
Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional
La gobernadora de Dakota del Sur también estuvo en las quinielas para ser la compañera de ticket electoral de Trump. Su nombre perdió fuerza cuando confesó en sus memorias haber matado de un disparo a su perra Cricket, un braco alemán de pelo de alambre de 14 meses.
El presidente electo ha apostado por ella para mantener a raya la inmigración, bandera del trumpismo. Ha hecho méritos. En 2023, fue una de las gobernadoras republicanas que enviaron tropas de la Guardia Nacional para ayudar a vigilar la frontera al gobernador de Texas, el también republicano Greg Abbott.
Ahora estará al frente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza, y además supervisará la Guardia Costera y el Servicio Secreto, organismos clave. Contentar a Trump no será tarea fácil, sin embargo. A lo largo de su primer mandato, el republicano destituyó a seis secretarios de Seguridad Nacional.
Lori Chávez-DeRemer, secretaria de Trabajo
Trump escogió por sorpresa a la excongresista por Oregón, que se ha labrado buena fama en el mundo sindical. Su padre es miembro de los Teamsters, uno de los principales sindicatos de Estados Unidos.
Chávez-DeRemer votó a favor del principal proyecto de ley de los demócratas favorable a los sindicatos en la Cámara de Representantes. Una legislación que, aunque nunca llegó al Senado, contemplaba entre otras cláusulas la prohibición de que los empresarios interfirieran en las elecciones sindicales, como han hecho compañías del tamaño de Amazon en los últimos años. Por eso, senadoras demócratas del ala progresista del partido como Elizabeth Warren se han mostrado dispuesta a votar a favor de su nombramiento. Y por eso, el consejo editorial del Wall Street Journal calificó como “lamentable” su elección.
“Lori ha trabajado incansablemente tanto con las empresas como con los trabajadores para construir la fuerza laboral de Estados Unidos y apoyar a los hombres y mujeres trabajadores de Estados Unidos”, dijo Trump sobre ella.
Linda McMahon, secretaria de Educación y codirectora del proceso de transición presidencial
McMahon ya formó parte del primer Gabinete de Trump como directora de la Administración de Pequeñas Empresas, aunque renunció en 2019 sin explicar los motivos. Ella y su marido, el magnate de la WWE Vince McMahon, son íntimos amigos de Trump desde hace más de 20 años. Ambos figuran, además, entre sus mayores donantes.
La antigua candidata al Senado por Connecticut, de 76 años, estará a los mandos de un departamento que Trump prometió cerrar durante la campaña. Una agencia que considera demasiado grande y cuyo personal “en muchos casos odia a nuestros hijos”. “Enviaremos la Educación DE VUELTA A LOS ESTADOS, y Linda encabezará ese esfuerzo”, escribió el republicano en Truth Social.
Brooke Rollins, secretaria de Agricultura
Abogada conservadora. Directora ejecutiva del America First Policy Institute, uno de los think tank que han estado preparando el regreso de Trump a la Casa Blanca. Antigua asesora de política nacional durante el primer mandato de Trump y expresidenta de la conservadora Texas Public Policy Foundation, una ONG conocida por impulsar la financiación pública de las escuelas privadas, aumentar el papel del cristianismo en la vida cívica y los combustibles fósiles.
Supervisará un departamento dotado de un presupuesto anual de más de 200.000 millones de dólares y con cerca de 100.000 empleados. “El compromiso de Brooke de apoyar al agricultor estadounidense, la defensa de la autosuficiencia alimentaria estadounidense y la restauración de las pequeñas ciudades estadounidenses dependientes de la agricultura es insuperable”, escribió sobre su nombramiento el presidente electo.
Kelly Loeffler, administradora de la Agencia Federal para el Desarrollo de la Pequeña Empresa
La exsenadora por Georgia fue una de las principales donantes de la campaña de Trump. En 2020, desempeñó un papel destacado en los esfuerzos del republicano por anular los resultados de las elecciones presidenciales que ganó Biden. “Kelly traerá su experiencia en los negocios y Washington para reducir la burocracia, y liberar la oportunidad para que nuestras Pequeñas Empresas crezcan, innoven y prosperen”, escribió Trump.
Janette Nesheiwat, cirujana general
Colaboradora médica de Fox News y cuñada de Michael Waltz, el congresista por Florida elegido por Trump como asesor de seguridad nacional. Entre sus atribuciones estará la supervisión del Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos (USPHS, por sus siglas), un grupo de élite de más de 6.000 oficiales uniformados que son profesionales de la salud pública.
Elise Stefanik, embajadora ante la ONU
Estrecha aliada de Trump, la congresista por Nueva York se convirtió en una de las principales defensoras del presidente electo cuando éste enfrentó su primer proceso de destitución en la Cámara de Representantes.
Ha formado parte del Comité de Servicios Armados de la Cámara y del Comité Permanente Selecto de Inteligencia del Congreso, pero tiene experiencia limitada en cuestiones de política exterior y seguridad nacional. Es, sin embargo, una firme defensora del Estado de Israel. No en vano ha intervenido en las audiencias de la Cámara que forzaron la dimisión de varios rectores por su gestión de los disturbios propalestinos en los campus universitarios.
Susie Wiles, jefa de Gabinete
Es la primera mujer que ostenta el cargo y será la mujer con más poder en la segunda administración de Trump.
La estratega de Florida tiene mucha culpa de la resurrección política del republicano. Wiles, una mujer de la máxima confianza de Trump que ha trabajado en sus tres envites presidenciales, estará sometida a una enorme presión. En su primer mandato, Trump cesó a tres jefes de Gabinete. Uno de ellos, John Kelly, llegó a definirle semanas antes de las elecciones del pasado 4 de noviembre como “un fascista y un autoritario que admira a dictadores”.
Wiles cuenta con las ventajas de conocer mejor que nadie a su jefe y de mantener relaciones fluidas con el universo MAGA y la vieja guardia del Partido Republicano.
Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca
A sus 27 años, será la integrante más joven de la administración. La exportavoz de Elise Stefanik dará el gran salto después de haber sido secretaria de prensa de la campaña de Trump. “Karoline es inteligente, dura y ha demostrado ser una comunicadora muy eficaz”, dijo sobre ella el presidente electo a través de un comunicado. Está llamada a ser una de las principales protagonistas.
Alina Habba, asesora presidencial
Esta abogada de 40 años figuraba entre los miembros del equipo legal de Trump a los que un juez federal de Florida sancionó hace dos años por presentar una demanda contra Hillary Clinton y otros rivales políticos. Ha asesorado al republicano en asuntos legales desde que abandonó la Casa Blanca en enero de 2021. De hecho, formó parte de la defensa de Trump como portavoz durante su juicio por fraude civil en Nueva York.