Más de mil casas, negocios y otros edificios quedaron quemados y al menos dos personas han muerto en los incendios forestales que abrasan varias comunidades dentro del condado de Los Ángeles. Sin duda, la tormenta de viento que sufre la región es una de las más destructivas que se recuerdan.
En Pacific Palisades, el incendio de Palisades había carbonizado más de 5.000 acres hasta el miércoles por la mañana, quemando desde la costa del Pacifico hasta lo más alto de las montañas que rodean este lujoso enclave, devorando a su paso casas y edificios. Alrededor de 1.000 estructuras fueron destruidas por el incendio, dijo el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Marrone, durante una conferencia de prensa el miércoles por la mañana.
Marrone dijo que si bien no ha habido muertes en el incendio de Palisades, los funcionarios han visto “un gran número de lesiones importantes en los residentes que no evacuaron, además de los socorristas que estaban en la primera línea de fuego”.
La lucha contra el viento
El incendio de Eaton, que se desencadenó el martes por la noche, quemó más de 10.000 acres cerca de los barrios de Altadena y Pasadena, azotado por ráfagas de hasta 130 km. Dos personas murieron en el incendio de Eaton y varias más resultaron gravemente heridas. Más de 100 estructuras han sido destruidas por este incendio, afirmó Marrone.
Un tercer foco surgió en las montañas, cerca de Hurst, y se propagó rápidamente durante la noche con fuertes vientos hacia Sylmar. “Estamos despertando con una nube oscura que cubre todo Los Ángeles, pero es más oscura para aquellos que están íntimamente afectados por estos incendios”, dijo la supervisora del condado de Los Ángeles, Lindsey Horvath. “Es difícil procesar la inmensidad de la destrucción y la pérdida, y extendemos nuestros corazones y todos los recursos que tenemos a todos nuestros residentes afectados”.
El miércoles, los aproximadamente 1.500 bomberos asignados a los incendios de Eaton y Palisades se preparaban para otro difícil día de fuego y vientos extremos. Los angelinos recibieron una alerta de bandera roja en sus móviles que les indica que permanezcan vigilantes con una maleta y agua preparadas en caso de tener que evacuar. Los funcionarios públicos advierten de una “tormenta de viento generalizada, destructiva y potencialmente mortal” y aunque se pronostica que los vientos disminuirán durante el día, las autoridades insisten en que persistirán los vientos hasta el viernes.
El peligro no acaba
El Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre una “situación particularmente peligrosa” en las montañas de San Gabriel, Beverly Hills y Hollywood Hills, las áreas costeras adyacentes al Paso Sepúlveda, las montañas de Santa Mónica, Malibú y el este del Valle de Ventura.
El meteorólogo del servicio meteorológico Rich Thompson anunció antes de que estallaran los incendios que este podría ser el evento de viento más fuerte en la región desde la tormenta de 2011 que causó graves daños en Pasadena, Altadena y otros vecindarios del Valle de San Gabriel, dejando sin electricidad durante días a más de 400.000 personas.
La falta de lluvia –no ha llovido en 8 meses– ha extendido la temporada de incendios en el sur de California. “El sur de California ha experimentado un verano particularmente caluroso, seguido de casi ninguna precipitación durante lo que normalmente es nuestra temporada de lluvias”, dijo Alex Hall, director del Centro de Ciencias del Clima de UCLA. “Y todo esto llega inmediatamente después de dos años muy lluviosos, lo que significa que hay mucho combustible para posibles incendios forestales”.
Una situación impredecible
El jefe de policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, advirtió a los residentes que permanezcan atentos, incluso si no se encuentran actualmente en una zona de evacuación. “Estas son condiciones sin precedentes, pero también impredecibles”, afirmó. “A medida que los incendios continúan propagándose y apareciendo en diferentes lugares, ninguno de nosotros sabe dónde estará el próximo”.
El científico climático Daniel Swain dijo en la cadena CNN que se espera que el incendio de Palisades sea el incendio más costoso en la historia del país. Ya es el incendio más destructivo que jamás haya ardido en el condado de Los Ángeles según datos de CalFire.
“Es posible que el incendio de Palisades, en particular, se convierta en el período más costoso registrado, no sólo en California, sino en general. Probablemente hayamos marcado esa casilla esta vez. Espero que no marquemos otras casillas también” dijo Swain, quien aseguró que los fuertes vientos y el paisaje altamente inflamable han hecho que el incendio de Palisades sea tan difícil de combatir y que las condiciones son comparables a las que llevaron al incendio Camp, el incendio forestal más costoso y mortífero en la historia de Estados Unidos hasta la fecha.
Decenas de escuelas cerradas
Al menos 23 distritos escolares cancelaron sus clases el miércoles debido a los incendios, incluidos el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, el Distrito Escolar Unificado de La Cañada y el Distrito Escolar Unificado de Pasadena.
La directora ejecutiva del Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles, Janisse Quiñones, y otro funcionario dijeron que los problemas fueron causados por la falta de agua en tres tanques de retención, lo que resultó en una falta de presión de agua. Los bomberos no han podido arrojar agua con aviones debido a los intensos vientos. Esto significa que las fuentes han estado dependiendo de los sistemas de agua de la ciudad, gravándolos todavía más. Las autoridades dijeron que se están enviando más tanques de agua a las áreas afectadas e instan a los residentes a conservar el uso del agua.
Muchas han sido las estrellas de Hollywood que han sido evacuadas y han perdido sus casas en el área. Entre ellas destacan Maria Shriver, Dam Sandler, Ben Affleck, Tom Hanks, Mark Hamill, Steven Spielberg, Jamie Lee Curtis y Mandy Moore, quien escribió en su instagram: “He sido Evacuada y estoy a salvo con mis hijos, perros y gatos. Rezando agradecida por el trabajo de los bomberos”.
Los estudios se vieron obligados a cancelar dos estrenos de películas, entre ellos el de Unstoppable, la cinta de Jennifer Lopez producida por su ex marido Ben Affleck.