Con esa aura de misterio y esa mirada profunda, Melania Trump volverá a estar en los focos muy a su pesar. La ex primera dama ha sido fundamental para atraer a ese voto femenino que tanta animadversión siente por el republicano Donald Trump. Sus escasas intervenciones en campaña, más centradas en publicitar su nuevo libro autobiográfico que en buscar la victoria de su marido, han lanzado mensajes en clave feminista. Por un lado, defendiendo el derecho al aborto de las mujeres, por otra, los desnudos artísticos.
Sus amigas más cercanas la describen como una mujer de “tremenda fuerza, gracia y resiliencia”, así como una devota y cariñosa “madre, esposa, hija y amiga”. Sin embargo, la imagen que proyecta no acompaña a estas descripciones, al menos en público. En numerosas ocasiones ha evitado las muestras de cariño de Trump, ya sea rechazando su mano o directamente un beso en la boca.
Es más, durante la importante Convención Nacional Republicana, Melania Trump no sólo no participó con un discurso o introducción -como acostumbran a hacer las parejas de los protagonistas-, sino que sólo asistió a las últimas horas del acto conservador. Y eso que eran días críticos para el candidato, pues la Convención se celebró poco después del primer intento de asesinato del magnate en Pensilvania.
Tampoco estuvo, por motivos obvios, arropando a su marido durante el juicio por falsedad documental durante la campaña de 2016. Un jurado popular aseguró que Trump era culpable de los 34 cargos que se le acusaban, algo inédito en Estados Unidos. Lo peor es que durante el juicio se destaparon todo tipo de detalles de alcoba y gustos sexuales de Donald Trump mientras estaba ya casado con ella. Es más, el jurado escuchó que Trump la recibió en un pijama de seda en la suite a la actriz Stephanie Clifford, conocida como “Stormy Daniels”. Y la propia Clifford narró que Trump no usó preservativo en ese encuentro. También, según la actriz, el magnate le contó que él y Melania solían dormir en habitaciones separadas. Asimismo, “Stormy Daniels” contó que las relaciones tuvieron lugar en 2006, el año en el que nació su único hijo con Melania Trump.
Eso sí, en lo que coinciden tanto su círculo más cercano como extrabajadores es que está entregada en cuerpo y alma a la educación y protección de Barron Trump, el hijo que tiene con el expresidente. Con él reside en Nueva York, en la céntrica Torre Trump de la Quinta Avenida, mientras que el magante vive en Mar-a-Lago, la mansión en Florida, donde han seguido la noche electoral. Este sábado, ambos abordaron un avión privado, cargados de maletas de Louis Vuitton, desde la ciudad de los rascacielos hacia el resort en el sur de Estados Unidos.
Así, Melania Trump, de 54 años, se convierte en primera dama por segunda vez ocho años después. Su primera etapa en la Casa Blanca estuvo marcada por los vaivenes de Trump. Ella intentó hacer agenda con la infancia de Estados Unidos. Katherine Jellison, profesora en la Universidad de Ohio, indicó a Artículo14 que “incluso Melania Trump, que fue una primera dama de perfil relativamente bajo, tuvo su campaña Be Best, aunque no creo que la mayoría de los estadounidenses estuvieran nunca muy seguros de qué se trataba”.
Tras estar ausente durante la campaña. La tercera esposa de Donald Trump difundió un vídeo en septiembre en su perfil de redes sociales que llegó a ser visualizado por más de 8 millones de personas por lo sorprendente. En las imágenes, en las que ella no aparecía físicamente pero sí se escuchaba su voz, la ex primera dama reivindicó los desnudos artísticos.
Sus aportaciones a la campaña de Trump
“¿Por qué me enorgullezco de mi trabajo como modelo de desnudos?”, se preguntaba retóricamente Melania Trump, originaria de la actual Eslovenia. Y es que la ex primera dama fue una conocida modelo que hace una treintena de años posó desnuda para algunas revistas.
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— MELANIA TRUMP (@MELANIATRUMP) September 18, 2024
“La pregunta más apremiante es ¿por qué los medios de comunicación han elegido escudriñar mi celebración de la forma humana en una sesión fotográfica de moda?”, insistió Melania Trump, a quien la prensa tabloide como el “New York Post” la pusieron en el punto de mira durante la campaña presidencial de 2016. No ha sido así en este 2024.
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— MELANIA TRUMP (@MELANIATRUMP) September 27, 2024
Pues bien, cuando sólo faltaba un mes para las elecciones, Melania Trump reconocía que era una defensora de los derechos de las mujeres, incluido el aborto. “Es imperativo garantizar que las mujeres tengan autonomía para decidir su preferencia de tener hijos, basándose en sus propias convicciones, libres de cualquier intervención o presión del Gobierno”, se puede leer en su libro, titulado simplemente Melania, sin el afamado apellido. Uno de los grandes temas de esta campaña han sido los derechos reproductivos de las mujeres. Precisamente, uno de los motivos para muchas estadounidenses para no decantarse por su marido.