El pasado mes de marzo, el servicio de estadística ministerial de seguridad interior de Francia (SSMSI) publicaba unas cifras inquietantes. Violaciones, tentativa de violación, agresiones sexuales, proxenetismo, acoso sexual… Los crímenes y delitos de carácter sexual han crecido un 7% en 2023.
Unos números al alza en los últimos años que, para los que viven en ciudades como París o Marsella, no sorprenden. Basta con coger el transporte público para escuchar mensajes, como “en caso de estar sufriendo acoso sexual, por favor póngase en contacto con las autoridades”.
Según los datos más actuales aportados, en 2023, 444.700 personas fueron víctimas de violencia física en Francia. De estas, 114.100 por agresión sexual. La mayoría son mujeres (85%), y más de la mitad (57%) son menores. ¿Y sus agresores? El 96% son hombres y de estos, el 28% son menores.
Datos poco alentadores
Las cifras no acaban ahí. En Francia, los procesos judiciales por agresión sexual o violación en el seno de la pareja aumentaron un 164% entre 2017 y 2022, pasando de 1.377 personas a 3.641 en cinco años. Además, las autoridades remarcan que no solo la violencia sexual ha crecido en el país, también se ha intensificado el acoso sexual en las calles, un 11% en el último año.
De ahí que, el Gobierno haya planteado en varias ocasiones, la idea de espacios reservados a mujeres en el transporte público. Un proyecto que desde 2019 es una buena idea para algunos y una condena para otros. Las asociaciones feministas creen que lejos de ser una solución es un parche a un problema que no solo sucede en los espacios públicos.
Las cifras no reflejan toda la realidad francesa. Según las autoridades, la mayoría de los abusos y las agresiones producidas en un entorno familiar no se denuncian. Solo un 2% lo hace frente a la Policía.
Una violencia que afecta a las turistas
Aunque las cifras no distinguen de nacionales y extranjeros, los casos de violaciones a turistas empiezan a hacerse un hueco en la prensa nacional e internacional.
En 2023, se produjeron tres casos que abrieron un importante debate en Francia. Todos en el mismo lugar: los Campos de Marte. A los pies de la Torre Eiffel. Un lugar que ya es conocido por las autoridades por su alto índice de criminalidad.
A principios de año, una joven brasileña fue violada en estos jardines. Meses después, en abril, otra turista alemana consiguió evitar una agresión sexual.
En julio, se produjo otro caso. Una turista mexicana fue agredida por cinco hombres en la misma zona. Un suceso que generó una gran controversia, no solo en la calle, también en la política francesa. “¿Dónde están las soluciones?”, se escuchaba en los debates de la Asamblea Nacional.
Los debates y el historial criminal de la zona no evitaron que antes de acabar el año, otra turista británica fuese atacada con un cuchillo y violada, de nuevo a los pies de la torre Eiffel.
Ante la imposibilidad, según las autoridades, de vigilar los jardines -por su extensión-, la alcaldesa del distrito, Rachida Dati, planteó cerrar el parque por las noches como medida para evitar más agresiones.
Faltan agentes de Policía, faltan protocolos, pero también urge renovar la ley, y así lo denuncian las asociaciones feministas. A pesar de que, las condenas han crecido al mismo ritmo que las agresiones, la Justicia sigue sin dar la talla en algunos casos, donde las víctimas tienen que probar -y reprobar- la falta de consentimiento durante una agresión sexual. De ahí que, asociaciones feministas, como ‘#NousToutes’, señalen a la “cultura de la violación” como problema de base.
De la calle a la alfombra roja
Además de datos, Francia acumula su propia “lista de la vergüenza” de grandes personalidades acusadas de agresión sexual.
En 1977, el cineasta franco-polaco, Romain Polansky, admitió haber tenido “sexo ilícito” con una menor. Por este hecho, cumplió 42 días de cárcel. A pesar de eso, en 2020, Polanski recibió el César al mejor realizador por su película, ‘J’accuse’.
“¡Es una vergüenza, una vergüenza!”, gritaba la actriz francesa, Adele Haenel, mientras abandonaba la ceremonia de los César.
No será la única vez que Polanski se enfrente a la justicia. En 2025, tendrá que verle de nuevo la cara al Tribunal de Santa Mónica (Los Ángeles, EE.UU.) por otra violación.
Evolución
De Polanski, pasando por Ary Abittan hasta Gérard Depardieu. Este último, quien suma cinco denuncias por violación y agresión sexual, fue el detonante de una ola de #Metoo en Francia este año.
A las denuncias se sumó un documental emitido por France 2, donde Depardieu lanza gestos y comentarios obscenos a mujeres, y niñas, frente a la cámara en un viaje a Corea del Norte. Sin vergüenza ni pudor, y con total impunidad hasta ahora. A pesar de las numerosas denuncias contra el actor, para el presidente Emmanuel Macron, Depardieu merece la presunción de inocencia.
La defensa del presidente francés causó una gran indignación en las filas feministas. No contento con ello, Macron reiteró posteriormente en otra entrevista: “No me arrepiento de haber defendido la presunción de inocencia”.
Aunque los datos y los casos sean poco alentadores, si comparamos las reacciones entre el caso Polanski y el de Depardieu vemos una esperanzadora evolución.
En 2009, 700 personalidades firmaron un manifiesto de apoyo para pedir la libertad de Polanski tras ser detenido en Suiza, a solicitud de la Justicia estadounidense, que lo reclamaba por un delito sexual cometido en 1977. Ahora con Depardieu, tan solo 50 artistas firmaron una carta denunciando el “linchamiento” mediático al actor. El colectivo ‘Osez le féminisme!’ no tardó en responder a través de sus redes sociales: “Los que odian son quienes acusan a las víctimas de ser las autoras, para silenciarlas mejor”.
(Si estás en Francia y has sido víctima de abuso o agresión sexual, llama al 0800 08 11 11)