La verdad sobre el accidente de helicóptero en Nueva York: claves de una tragedia

Las seis víctimas del accidente de helicóptero en Nueva York fueron rescatadas del agua sin vida o fallecieron poco después en el hospital

Accidente de helicóptero en Nueva York - Internacional
Personal de emergencia entra en el agua tras estrellarse un helicóptero en el río Hudson
EFE/EPA/Sarah Yenesel

Un nuevo accidente de helicóptero en Nueva York ha vuelto a poner el foco sobre la seguridad de los vuelos turísticos en la ciudad. La tragedia costó la vida a una familia española y al piloto que operaba la aeronave. Lo que debía ser una experiencia inolvidable sobre el skyline de Manhattan se convirtió en una catástrofe aérea.

La familia Escobar Camprubí, procedente de Barcelona y recién llegada a la ciudad, había contratado el llamado Grand Tour con la empresa New York Helicopters. Un vuelo de una duración de unos 30 minutos y de un coste aproximado de 2.750 dólares. El recorrido, muy popular entre turistas, ofrece una vista privilegiada de monumentos como la Estatua de la Libertad, el Empire State o Central Park.

El accidente de helicóptero en Nueva York tuvo lugar a las 15:15 horas locales. Varias llamadas de emergencia alertaron a los servicios de rescate desde la orilla del río Hudson, justo frente al estado de New Jersey. Testigos presenciales observaron cómo un helicóptero se precipitaba al agua. En cuestión de segundos, el autogiro desapareció de su vista.

Se trataba del mismo helicóptero que había despegado desde el sur de Manhattan minutos antes. A bordo viajaban Agustín Escobar, alto ejecutivo de Siemens y originario de Puertollano; su esposa, la también directiva de Siemens, Mercè Camprubí; y sus tres hijos, de 11, 7 y 4 años. Y el piloto. Ninguno sobrevivió.

Un modelo popular, con antecedentes

El aparato siniestrado era un Bell 206, uno de los modelos más habituales en los vuelos turísticos sobre Nueva York. Sin embargo, este no es el primer accidente de helicóptero en Nueva York protagonizado por un helicóptero operado por New York Helicopters. En 2015, otro de sus aparatos se estrelló poco después de despegar. En 2013, otro tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el propio Hudson.

La verdad sobre el accidente de helicóptero en Nueva York: claves de una tragedia

Aunque la empresa presume en su página web de ser “líder en seguridad”, los hechos contradicen esa afirmación. Las imágenes grabadas por testigos muestran cómo el rotor se desprendió en pleno vuelo, dejando al helicóptero sin control antes de estrellarse contra el agua, invertido.

Las condiciones meteorológicas y el posible fallo técnico

El día del accidente de helicóptero en Nueva York amaneció nublado, con algo de llovizna en algunas zonas y rachas de viento moderadas, en torno a los 35 kilómetros por hora. No se trataba de un clima extremo, pero tampoco del más favorable para volar. Pese a ello, los vuelos turísticos continuaban sin restricciones.

Aunque todavía no hay resultados concluyentes, los primeros indicios apuntan a un fallo mecánico catastrófico. Las grabaciones revelan cómo el rotor principal se separa del cuerpo de la nave. La investigación, a cargo de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB), apenas ha comenzado.

El accidente de helicóptero en Nueva York vuelve a generar preguntas sobre la regulación del turismo aéreo en la ciudad. Cada año, más de 30.000 vuelos despegan desde los helipuertos situados en el sur de Manhattan. Aunque muchos transportan a ejecutivos y millonarios hacia los aeropuertos o los Hamptons, la mayoría son vuelos turísticos.

La presión vecinal y las quejas por el ruido obligaron hace unos años al Ayuntamiento de Nueva York a reducir drásticamente el número de vuelos y a prohibirlos los domingos. Aun así, los accidentes persisten. Desde 1977, al menos 32 personas han muerto en accidentes de helicóptero en la ciudad.

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