V aniversario

La soledad de Reino Unido tras el Brexit, entre Trump y la UE

Tras la llegada de Trump al poder, Starmer es consciente del aislamiento de Reino Unido, de ahí que quiera suavizar las tensiones post-Brexit con Bruselas

Hace cinco años fue el Brexit. La salida de Reino Unido de la Unión Europea el 31 de enero de 2020 y, al año siguiente, del territorio aduanero. Este aniversario se produce en pleno regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y las preguntas en torno a la relación especial entre Reino Unido y Estados Unidos vuelven al centro de debate.

Tras años de tensiones con Bruselas bajo el anterior Gobierno conservador, el primer ministro Keir Starmer ha prometido “resetear” la relación con la Unión Europea. Starmer, que votó a favor de permanecer en la UE en 2016, ha rechazado sin embargo cualquier vuelta a la Unión. Cinco años después del Brexit, Londres está dispuesto a “considerar propuestas” sobre aduanas con la UE. ¿De vuelta a Bruselas? El Gobierno laborista abre la puerta a un tímido acercamiento a la UE, mientras que el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, asegura que la UE estaba dispuesta a “considerar” incluir al Reino Unido en ese acuerdo aduanero que agrupa a algunos países miembros, Estados mediterráneos y países balcánicos.

Starmer

El presidente de Francia, Emmanuel Macron (d), y el primer ministro británico, Keir Starmer

Suavizar las tensiones post-Brexit

Desde que llegó al poder hace seis meses, el primer ministro británico, Keir Starmer, ha intentado constantemente calentar las relaciones con la UE tras años de tensiones post-Brexit, pero sin dar marcha atrás en el divorcio ni en la adhesión al mercado único. La ruptura ha complicado el comercio con la UE, que sigue siendo el principal socio comercial de Reino Unido, a pesar de contar con un acuerdo de libre comercio. El país, que también espera relanzar las conversaciones sobre un acuerdo de libre comercio con Donald Trump, ha firmado tratados comerciales con Australia, Nueva Zelanda y Singapur desde el Brexit. Las negociaciones con India se están alargando.

Starmer es consciente del aislamiento de Reino Unido entre Estados Unidos y Trusk, una combinación de los nombres de Trump y Elon Musk. Bajo el mandato de Biden con Boris Johnson, ex primer ministro de Reino Unido, y de Trump con el actual jefe del Gobierno británico, la «relación especial» entre ambos países ha sufrido serias dificultades.

Trump

El mundo según Trump

El trumpismo como insulto

Starmer, por su parte, ha acusado a menudo a sus oponentes conservadores británicos de parecerse a Donald Trump, lo que en sus propias palabras no era un cumplido. Todo ello demuestra lo complicado que promete ser el camino por recorrer. Al mismo tiempo, la llegada del Gobierno laborista en julio de 2024 ha venido acompañada de un cambio de tono y de retórica hacia la UE, que está contribuyendo a mejorar la relación política entre Reino Unido y sus vecinos y a cambiar gradualmente su percepción del papel que desempeña en Europa. Cabe recordar que más del 50% de los ciudadanos británicos encuestados esta semana quieren volver a la Unión.

Las incertidumbres asociadas a la llegada al poder de Donald Trump y las secuelas de la guerra de Ucrania están obligando al Reino Unido y a la UE a centrar su acercamiento en cuestiones de seguridad.

El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer

Atrapado en el tiempo

La pesca, la libre circulación de jóvenes, las aduanas: los boomerangs del Brexit siguen volviendo a quienes los lanzaron. Seis meses después de llegar al poder, Keir Starmer sigue atrapado por las decisiones de sus predecesores en Downing Street, a pesar de una voluntad claramente declarada de “recomponer” las relaciones con la Unión Europea.

El primer ministro laborista sigue confiando en relajar los controles aduaneros de los productos alimentarios, sin adherirse a la Unión Aduanera ni al mercado único. Sigue rechazando la petición de la UE de una flexibilización drástica de las condiciones de circulación de los jóvenes menores de 30 años, y sabe que la renegociación de las cuotas de pesca será probablemente tan difícil como la anterior bajo Boris Johnson.

La reina Isabel II junto a Boris Johnson en una foto de archivo

Entre Washington y Bruselas

Londres está atrapado entre el deseo de mantener su «relación especial» con Washington y la necesidad de minimizar las consecuencias del Brexit. Trump ha complicado aún más el acercamiento que se espera a ambos lados del Canal de la Mancha. Un estrecho asesor del presidente de Estados Unidos no ha ocultado su deseo de que Reino Unido siga manteniendo las distancias con la Unión Europea, en el contexto de los aranceles que Trump quiere que se apliquen a los Veintisiete.

Trump, cuya estrategia para negociar un acuerdo de paz con Vladimir Putin sigue siendo extremadamente vaga, ha puesto un poco más nerviosas a las capitales europeas, tanto del Este como del Oeste. Durante sus primeros días al frente, su nueva exigencia de que los países miembros de la OTAN dediquen el 5% de su PIB a defensa les recordó que Estados Unidos es su mayor vendedor de armas, y pretende seguir siéndolo. En un momento en que Reino Unido, junto con Francia, es el único país europeo que posee armas nucleares, la industria de defensa es más que nunca la principal puerta de entrada a una comunidad de puntos de vista entre Londres y Bruselas.