El sangriento conflicto entre Israel y Hamás acaba de cumplir un año: un año de bombardeos, con más de 41.000 civiles muertos, y ataques que se han extendido a Líbano, contra el grupo terrorista Hizbulá. Aunque Israel sigue justificando sus ataques con la excusa de la autodefensa, en respuesta al ataque efectuado por Hamás el pasado 7 de octubre, muchos críticos consideran su violencia desmesurada y cada vez más cercana a los crímenes de guerra.
“Hay una cuestión que considerar cuando pensamos en el marco legal que debería aplicarse en este conflicto: el derecho internacional humanitario, las leyes de la guerra, que regulan cómo debe utilizarse la fuerza. Claramente, los ataques iniciales de Hamás fueron ataques directos contra civiles y, por lo tanto, crímenes de guerra. Pero, en mi opinión, la respuesta de Israel ha ido más allá de lo que permite el derecho internacional humanitario”, explica a Artículo14 Anthony Dworkin, experto en derechos humanos en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
“Pero ha habido investigaciones, incluidas las del Tribunal Penal Internacional (TPI), que se han centrado en las restricciones a la ayuda humanitaria. Lo que Israel ha hecho viola el derecho internacional humanitario. Mi impresión es que las operaciones militares de Israel y la falta de preocupación por las bajas civiles han, en muchos casos, sobrepasado lo que la ley permite. También está la cuestión de hasta qué punto puede extenderse el derecho a la autodefensa. Si bien el ataque de Hamás fue claramente contra civiles, y Israel tenía derecho a responder, me preocupa que la magnitud y duración de las acciones de Israel vayan más allá de ese derecho”.
Maneras de justificarlo
Los enfrentamientos han dejado también a más de 98.000 personas heridas, mientras que la situación humanitaria se agrava con la destrucción de hospitales y la falta de acceso a recursos esenciales, como el agua y alimentos. El argumento de la autodefensa pierde peso a medida que avanzan los meses. “La autodefensa solo está permitida hasta cierto punto. Debe ser necesaria y proporcional a la amenaza que el grupo o el Estado plantea. En mi opinión, la amenaza que representa Hamás en este momento ya no justifica la escala de las operaciones militares de Israel”, explica Dworkin.
Este argumento se extiende también a Líbano, donde los enfrentamientos han causado la muerte de más de 1.500 civiles libaneses en solo dos semanas, especialmente en el sur del país y en el valle de la Beká. Según Dworkin, “Hizbulá ha estado atacando a Israel, por lo que Israel tiene derecho a la autodefensa. Sin embargo, debemos evaluar si las acciones específicas de Israel cumplen con las reglas de la guerra. ¿Es la magnitud de la operación militar proporcional a la amenaza que plantea Hizbulá? Está claro que Hizbulá ha lanzado misiles, y que Israel tuvo que evacuar partes del territorio del norte. Se podría argumentar que esto entra dentro del derecho a la autodefensa, pero aún se debe considerar si acciones específicas, como los ataques en zonas residenciales, causan daños desproporcionados a los civiles en comparación con la ventaja militar obtenida”.
Crímenes de guerra
“Un crimen de guerra ocurre cuando atacas un objetivo civil. E incluso cuando atacas un objetivo militar, si el daño a los civiles es desproporcionado en relación con la ventaja militar, también es un crimen de guerra. Creo que el uso de bombas grandes en campos de refugiados por parte de Israel, para atacar solo a un pequeño número de combatientes de Hamás, es desproporcionado. Este enfoque va más allá de la idea de proporcionalidad que manejan la mayoría de las fuerzas militares. También hay reglas sobre la toma de rehenes y de prisioneros, y han surgido preocupaciones sobre cómo Israel ha interpretado lo que es un objetivo militar, especialmente en Gaza”, afirma el experto, que añade que “Las restricciones a la ayuda humanitaria son otro problema importante. Según el derecho internacional, incluso si no utilizas la inanición como método de guerra, debes permitir la entrada de ayuda humanitaria. Para mí, estos son los principales puntos donde las acciones de Israel son preocupantes”.
La comunidad internacional está intentando interceder para proteger a los civiles y proporcionar asistencia humanitaria, pero la inseguridad en la zona complica las evacuaciones y la distribución de ayuda. En Gaza, más de la mitad de la población está desplazada, y el acceso a servicios básicos como la atención médica es extremadamente limitado. Y a pesar de los esfuerzos para coordinar pausas humanitarias, estas no siempre se respetan, lo que agrava la crisis. Desde las instituciones y gobiernos europeos, se teme la escalada a un conflicto en todo Oriente Medio, y todos están atentos a cuáles serán los próximos pasos de Israel.
Reconfigurar el equilibrio de poder
“Hay una facción dentro del Ejército y el Gobierno israelí que ve esto como una oportunidad para reconfigurar el equilibrio de poder en la región. Han tenido éxito táctico contra Hizbulá, y algunos pueden creer que este es el momento de atacar más allá, incluso contra Irán. Personalmente, creo que esto es miope. Cuando todo se asiente, no creo que esto resulte en una situación más positiva. Intentar reequilibrar Oriente Medio mediante el uso de la fuerza es poco probable que tenga éxito y solo llevará a más ciclos de violencia. Creo que lo mejor sería desescalar la situación, lo que incluiría un alto el fuego en Gaza, pero reconozco que los líderes israelíes actuales pueden sentirse alentados por sus recientes éxitos militares”, lamenta Dworkin.
¿Podría la tensión escalar hasta convertirse en un conflicto regional completo? “Absolutamente. Hasta ahora, Irán ha intentado frenar a sus grupos aliados, pero no creo que continúen haciéndolo si Israel sigue avanzando. Cuanto más ataque Israel, más probable será que Irán se sienta presionado a tomar represalias. Esto podría llevar a una escalada hacia una guerra regional. Espero que no suceda, pero es claramente un riesgo”, termina el experto.