¿Podría Moldavia llegar a unirse a la UE? No está claro que esa sea la voluntad de los ciudadanos, ya que el referéndum que acaba de llevarse a cabo ha terminado en un empate técnico, con la sospecha de que la interferencia extranjera haya conducido a este resultado. El referéndum, crucial para definir si Moldavia se encamina hacia la adhesión a la Unión Europea (un proceso largo y complicado), sigue en el aire mientras se terminan de contar los votos, especialmente los que vienen de la diáspora moldava, tradicionalmente proeuropea.
La jornada electoral del pasado domingo estuvo marcada por dos votaciones simultáneas: la elección presidencial y el referéndum sobre la adhesión a la UE. Con el 97,66 % de los votos contados a las 3 de la mañana del lunes, el 50 % de los moldavos había votado “sí” a la adhesión, según los datos de la comisión electoral de Moldavia. Sin embargo, la cifra podría aumentar a medida que se sumen los votos de los moldavos en el extranjero, que se inclinan en su mayoría a favor del ingreso en la UE.
Mientras tanto, en el plano presidencial, la actual presidenta Maia Sandu, de corte prooccidental, se impuso en la primera vuelta con un 38 % de los votos, frente a su rival Alexandr Stoianoglo, exfiscal general apoyado por los socialistas prorrusos, que obtuvo alrededor del 26 %. Ahora, Sandu y Stoianoglo se van a tener que enfrentar en una segunda vuelta, porque Moldavia es un país muy dividido políticamente, sobre todo a causa de la orientación geopolítica del país, que se encuentra un poco a medio camino entre la Europa occidental y la antigua unidad soviética. Por eso este referéndum supone un momento clave en los esfuerzos de Sandu por asegurar la candidatura europea del país. Sandu, de 52 años y exasesora del Banco Mundial, ha hecho de la adhesión a la UE un pilar de su agenda política desde que fue elegida presidenta en 2020. Su campaña es la prueba de fuego en un país que se debate entre las influencias de Rusia y Occidente.
Interferencia rusa
Durante la campaña electoral, las autoridades moldavas acusaron a Rusia y a sus aliados de llevar a cabo una intensa campaña de “guerra híbrida” para desestabilizar el país y frenar su acercamiento a la UE. Sandu declaró el domingo que “Moldavia ha enfrentado un asalto sin precedentes contra su libertad y democracia”. Se refería también a acusaciones previas de interferencia rusa en el proceso electoral, incluida la compra de votos, la desinformación y el apoyo a grupos opositores prorrusos.
Uno de los personajes señalados en estas acusaciones es Ilan Shor, empresario prorruso que vive en Moscú. Shor, acérrimo opositor a la adhesión de Moldavia a la UE, ha sido acusado de orquestar una campaña de desestabilización desde el extranjero. A principios de mes, el jefe de la policía nacional, Viorel Cernăuțanu, denunció que Shor había financiado un complot para comprar votos, sobornando a unos 130.000 moldavos, casi el 10 % de la participación electoral habitual.
Además, las autoridades moldavas revelaron el jueves que habían descubierto un programa en el que cientos de personas fueron llevadas a Rusia para ser entrenadas en tácticas de desestabilización. Estos individuos habrían recibido formación sobre cómo organizar disturbios civiles, con algunos también enviados a campamentos de guerrilla en Serbia y Bosnia. Todo esto, según Moldavia, forma parte de una estrategia financiada por Rusia, que habría invertido unos 100 millones de dólares en los procesos electorales del país en lo que va de año.
Moldavia y la UE
Moldavia, una nación exsoviética con unos 2,5 millones de habitantes, pidió meterse en la UE tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, conflicto que ha provocado tensiones en toda la región. Desde entonces, Moldavia ha iniciado formalmente las negociaciones de adhesión, aunque las dudas sobre su capacidad para implementar las reformas democráticas y judiciales necesarias siguen presentes.
“Grupos criminales, trabajando con fuerzas extranjeras hostiles a nuestros intereses nacionales, han atacado a nuestro país con decenas de millones de euros, mentiras y propaganda”, afirmó Sandu tras conocerse que los resultados aún eran demasiado ajustados para dar un veredicto final.