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La OTAN y el valor de la seguridad

La bandera de la OTAN - Internacional
La bandera de la OTAN ondeando (EFE)

Se suponía que iba a ser una gran celebración del 75 aniversario de una Alianza ampliada y revigorizada: en cambio, la cumbre de la OTAN de esta semana en Washington probablemente se verá ensombrecida por las incertidumbres sobre Ucrania y las turbulencias políticas a ambos lados del Atlántico.

Una atmósfera extraña se cernirá sobre la capital estadounidense desde el martes hasta el jueves, cuando Joe Biden reciba a sus 31 homólogos de la OTAN, ya que los debates en torno a su capacidad para enfrentarse a Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre preocupan mucho más allá de su propio país.

Las decisiones

Entre las decisiones que se esperan: la asunción por parte de la organización de la ayuda militar a Ucrania. La OTAN reúne a sus 32 países miembros con motivo del 75 aniversario de la organización. Esta vez, la cumbre se celebra en Washington D.C., lugar histórico de la fundación de la organización al final de la Segunda Guerra Mundial.

El apoyo militar a Ucrania sigue siendo una de las principales cuestiones en juego. Se espera que la Alianza Atlántica formalice un paquete de ayuda por valor de 40.000 millones de euros anuales y decida asumir la coordinación de la ayuda militar de Estados Unidos. El objetivo es garantizar que esta ayuda siga prestándose, independientemente de quién sea elegido presidente de Estados Unidos en noviembre.

El futuro de Ucrania

También debería debatirse la cuestión del futuro de Ucrania dentro de la Alianza. En la cumbre de Vilna de hace un año, los países miembros acordaron invitar a Ucrania a unirse a la Alianza “cuando los aliados estén de acuerdo” y “cuando se den las condiciones adecuadas”, algo que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski deploró. El mandatario es uno de los invitados a la cumbre de Washington.

El presidente francés, Emmanuel Macron, no se quedará atrás, tras la convulsión política provocada por el ascenso sin precedentes de la extrema derecha en las elecciones legislativas.
Por no hablar del alborotador Viktor Orban, el primer ministro húngaro que ostenta la presidencia de la Unión Europea, tras su polémico viaje a Moscú el viernes, donde mantuvo conversaciones con el presidente ruso Vladimir Putin.

Es probable que esta serie de acontecimientos animen los debates entre los líderes durante las sesiones de trabajo, una cena formal y los apartes al margen de la cumbre.

Los dirigentes de la OTAN, fundada en 1949 bajo la Unión Soviética y ampliada a Finlandia y Suecia tras la invasión rusa de Ucrania, estarán deseosos de demostrar su unidad.

¿Qué mensaje enviar a Ucrania en particular? Esta será la gran pregunta de esta cumbre.

Desde la cumbre de Vilna del año pasado, en la que Volodimir Zelenski molestó especialmente a los norteamericanos, los dirigentes de la OTAN han mantenido la perspectiva de una eventual adhesión de Ucrania.

Mientras dure la guerra

Pero no están dispuestos a enviarle una invitación formal mientras continúe la guerra con Rusia. “Las posibilidades de que recibamos una invitación para entrar en la OTAN son casi nulas”, ya que Washington y Berlín se oponen a ello, se lamentaba recientemente una fuente diplomática ucraniana.

Estados Unidos habla en cambio de apoyo para construir “un puente hacia la adhesión”, sobre la base de un sólido programa de ayuda y acuerdos bilaterales de defensa, mientras que varios países europeos piden que el carácter “irreversible” de la adhesión quede escrito en el comunicado final.

La idea es que cuando los 32 aliados acuerden la adhesión de Ucrania a la Alianza, el país estará listo, verdaderamente listo, desde el primer día, para enchufarse al resto de la Alianza.

Ayuda militar

Una de las decisiones que se esperan es que la OTAN asuma la coordinación de la ayuda militar occidental a Ucrania, que hasta ahora ha sido responsabilidad de Estados Unidos.

Sería una primicia, ya que los aliados se han mostrado reticentes a todo lo que pueda provocar una escalada con Rusia.

También se espera que la OTAN formalice un apoyo militar de 59.000 millones de dólares anuales a Ucrania y proporcione nuevas defensas aéreas, según diplomáticos. La idea propuesta por el secretario general saliente, Jens Stoltenberg, es “institucionalizar” el apoyo de la OTAN.

También es una forma de proteger a la Alianza de las incertidumbres políticas a ambos lados del Atlántico, en un momento en el que los aliados europeos están preocupados por una victoria de Donald Trump y su “imprevisibilidad”.

El umbral del 2%

Al mismo tiempo, los europeos han respondido a los llamamientos para aumentar su gasto militar, algo que la OTAN destacará esta semana.

El otro gran tema será tender la mano a los países socios de Asia-Pacífico, con los líderes de Japón, Corea, Australia y Nueva Zelanda invitados a asistir a la cumbre del jueves, junto a la UE.
La OTAN se limita geográficamente a la zona euroatlántica. Pero Estados Unidos ha pedido reiteradamente a la Alianza que responda al creciente poder de China.

Países como Francia creen que la OTAN no tiene cabida en la zona, pero piden una mayor cooperación comprometiéndose más estrechamente con la UE.

Geográficamente, la OTAN se limita a la zona euroatlántica. Pero Estados Unidos ha pedido repetidamente a la Alianza que responda al creciente poder de China.

Países como Francia creen que la OTAN no tiene cabida en la zona, pero piden una mayor cooperación mediante una mayor implicación en los ámbitos cibernético, espacial y tecnológico, por ejemplo.

Condena del eje China-Rusia

Se espera que la cumbre desemboque en una enérgica condena del apoyo de Pekín a Rusia, que los países occidentales consideran que permite a Moscú mantener a flote su esfuerzo bélico.

Los líderes de Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda también están invitados a asistir a la cumbre del jueves. En el orden del día figuran las asociaciones internacionales, en particular con los países del Indo-Pacífico. En los últimos años, Estados Unidos ha pedido reiteradamente a la Alianza que responda al creciente poder de China en la región.

El 1 de octubre, el ex primer ministro holandés Mark Rutte asumirá la dirección de la organización. Sustituirá al noruego Jens Stoltenberg, que ha ocupado el cargo durante 10 años. Impulsados por la invasión rusa de Ucrania, los últimos países en incorporarse a la OTAN son Finlandia, en abril de 2023, y Suecia, en marzo de 2024.