La nueva locura de Kim Jong-un: campos de trabajo para divorciados

El líder norcoreano Kim Jong-un saca adelante su nueva y excéntrica medida para frenar el aumento de divorcios bajo su dictadura

Kim Jong-un - Internacional
Kim Jong-un aplaude durante un acto público KCNA/EFE

En un movimiento que ha desatado críticas internacionales, el líder norcoreano Kim Jong-un ha implementado una medida que envía a las parejas divorciadas a campos de trabajo forzado. Este castigo, que puede durar hasta seis meses, se aplica tanto al esposo como a la esposa, en un intento por combatir lo que el régimen considera un comportamiento “antisocialista”. Esta drástica política, una más en la lista de medidas extremas de Kim Jong-un, busca controlar el aumento de divorcios en Corea del Norte. Un fenómeno que ha crecido desde el inicio de la pandemia de COVID-19.

Bajo la dirección de Kim Jong-un, Corea del Norte ha clasificado el divorcio como un acto que atenta contra los valores del socialismo y la unidad familiar, pilares fundamentales del régimen. Según fuentes citadas por el diario británico The Sun, hasta hace poco solo el cónyuge que solicitaba el divorcio era castigado, incluso en casos de abuso físico. Ahora, ambos miembros de la pareja se enfrentan a penas de prisión y trabajos forzados tras la separación.

Esta medida refuerza el control del régimen sobre la vida personal de sus ciudadanos, y también busca disuadir cualquier intento de separación. Según el gobierno norcoreano, el divorcio representa una amenaza al tejido social y la estabilidad ideológica promovida por el régimen de Kim Jong-un.

El impacto socioeconómico de la pandemia en Corea del Norte

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Kim Jong-un y su hija, Kim Ju-ae, saludan al público norcoreano | EFE

El aumento de divorcios en Corea del Norte comenzó en 2020, coincidiendo con las estrictas medidas de confinamiento impuestas durante la pandemia de Covid-19. Las severas restricciones afectaron gravemente a la economía del país, dificultando que muchas familias pudieran cubrir sus necesidades básicas. Las tensiones económicas y el estrés resultante provocaron el colapso de numerosos matrimonios.

En lugar de abordar las causas subyacentes de esta crisis, el régimen de Kim Jong-un optó por criminalizar a los divorciados. Esta política ha sido acompañada de campañas estatales destinadas a “educar” a las mujeres para que eviten solicitar el divorcio, reforzando los roles tradicionales de género y perpetuando el control sobre sus vidas.

Los campos de trabajo forzado en Corea del Norte no son una novedad. Sin embargo, su uso como castigo para los divorciados marca un nuevo nivel de intervención en la vida privada de los ciudadanos. Durante los seis meses de internamiento, las parejas son sometidas a condiciones extremas, realizando trabajos físicos extenuantes y recibiendo sesiones de adoctrinamiento ideológico. El objetivo, según el régimen, es que los individuos “reflexionen” sobre su comportamiento y comprendan el valor de la unidad familiar dentro del sistema socialista promovido por Kim Jong-un.

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