“La igualdad entre hombres y mujeres, la libertad de vestirse como quieran, el derecho fundamental a decidir sobre su propio cuerpo son principios innegociables”. Así se dirige a las mujeres un nuevo Jordan Bardella, candidato ultraderechista de la Agrupación Nacional (RN) que lidera los sondeos. En un vídeo de 2 minutos y medio difundido en el TikTok, vemos la estrategia del partido para ganar terreno entre el público históricamente más refractario a los ultras. El método se repitió en el debate televisivo del 27 de junio entre los tres principales candidatos, cuando él que se dice “listo para gobernar” afirmó: “Yo seré el primer ministro de las mujeres”.
En el vídeo que, con aplomo y gestos medidos, el joven de 28 años está en su despacho con un pequeño cuadro con la figura de Marianne, el símbolo nacional de la República Francesa. El ultra se apresura en apaciguar los temores que acometen una parte del electorado: “Ninguna mujer debe temer a que un día le vayamos a retirar ni un solo de sus derechos”. ¿El ejemplo más importante? El voto de Marine Le Pen en favor de la inscripción de la libertad a abortar en la Constitución, en marzo.
Si es cierto que Marine Le Pen votó en favor de la constitucionalización del aborto, no ha sido sin antes haber calificado la iniciativa de “totalmente inútil” y de enumerar una lista de temas más importantes para votar y debatir, como medidas para evitar los atentados terroristas, la economía y la inseguridad creciente. De los 88 parlamentarios de su grupo político, 20 se abstuvieron, 11 no asistieron a la votación y 11 votaron en contra para que Francia se convirtiese en el primer país que blinda explícitamente la libertad a interrumpir el embarazo en su Carta Magna. Con la vuelta de la ultraconservadora católica Marion Maréchal, sobrina de Le Pen, al entorno del partido, el ala todavía más radical del RN puede tener más fuerza en la Asamblea.
Las 200 asociaciones de mujeres signatarias del movimiento Alertes Féministes no parecen de acuerdo con Bardella. Ellas denuncian el ataque a los derechos de las mujeres en todos los países gobernados por la ultraderecha populista, de la Italia de Giorgia Meloni a la Polonia del partido Ley y Estado, que gobernó durante ocho años, hasta 2023. “En Francia, quieren recortar la financiación del Planning Familiar”, denuncia el movimiento en una carta abierta, en referencia a la asociación responsable por acompañar a las mujeres en el acceso a la educación sexual, al aborto y a la protección contra la violencia machista.
Los peligros para la mujer
Sobre los derechos de las mujeres, Bardella es tajante, ya sea en la televisión o en su programa. El mayor riesgo para las mujeres son los acosadores callejeros -la mayoría de ellos inmigrantes, según el ultraderechista-. Para combatirles, habría que incriminarlos como delincuentes sexuales, crear políticas anti-inmigración y expulsar a los sin papeles.
“Sobre todo, sus ideas reflejan el racismo y la xenofobia”, afirma Suzy Rotjman, portavoz del Comité National pour les Droits des Femmes, en declaraciones a Artículo14. “La mayor parte de la violencia sexual contra la mujer la ejercen personas cercanas, sean inmigrantes o no, muy a menudo en la familia o en el trabajo”. Una de cada diez mujeres en Francia ya ha sufrido alguna vez violencia por parte de sus compañeros a lo largo de su vida, según la Fondation de Femmes con datos del Ministerio del Interior. De acuerdo con el Gobierno, en el 49% de los casos de violencia sexual, el agresor es un conocido de la víctima.
Para la activista, es necesario un enfoque global para luchar contra la violencia machista, que incluya la represión contra el agresor, pero también la educación y la prevención desde la edad escolar, la solidaridad a las víctimas con pocos ingresos (como en España) y el ajuste de los procedimientos legales -por ejemplo, no interrogar a las víctimas sobre su pasado sexual y comprender mejor su discurso, que muchas veces es inestable debido al trauma-. La idea de una “ley integral” es parte del programa de la coalición Nuevo Frente Popular, en el segundo puesto de los sondeos, con un 29% de los votos.
Un programa natalista
La presencia de la mujer en el programa del RN es pequeña y aislada. Se promete, por ejemplo, reconocer la endometriosis como enfermedad de larga duración -lo que abriría camino a un tratamiento mejor y más accesible, algo presente también en el programa del grupo macronista-. Pero en verdadero eje de los lepenistas para las mujeres es otro: un proyecto natalista de apoyo a la familia contra la amenaza externa.
Con ello, el RN excluye a la inmigración como una manera de impulsar el modelo social de Francia, aumentando los jóvenes en edad de trabajar en una sociedad que va envejeciendo. En 2021, el Alto Comisariado de la Planificación, que permite a las autoridades públicas fijar objetivos políticos prioritarios, publicó una nota en la que afirmaba que “el futuro demográfico de Francia ya no está asegurado”. A lo largo de 47 páginas, el documento proponía la creación de políticas natalistas y la acogida de inmigrantes. Esta última iniciativa, al mejorar la proporción entre personas en edad de trabajar y pensionistas, ayudaría “la capacidad de financiación de los sistemas sociales”.
Las mujeres de origen francés, las beneficiadas
El grupo de Bardella defiende que el fomento de la natalidad es “la única forma de garantizar la continuidad de la nación y de nuestra civilización”. Para ello, habrían ventajas fiscales y económicas a las familias con varios hijos. Una lectura atenta de su programa e intervenciones públicas da a entender que las beneficiarias serían las mujeres de origen francesa, pues su política anti-inmigración y anti-islám (están en contra del velo) sigue muy presente.
Rotjman alerta para la inclinación de la visión natalista en contra la autonomía financiera de las mujeres, proyectadas como amas de casa por una parte de los diputados del RN. Pero también critica el reduccionismo de las políticas del actual gobierno: “Hay que ver el cuadro completo. No es solo la infertilidad que explica la baja natalidad”, explica. A principios del año, Macron también había propuesto un plan de “rearmamento demográfico”, con consultas médicas sobre la infertilidad a los 20 años y la creación de una baja de tres meses para madres y padres.
De acuerdo con la activista, son muchas las razones que disuaden a las mujeres de la reproducción -como la división desigual de las tareas domésticas, la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, el acceso a la vivienda, las incertidumbres generadas por el cambio climático etc-.