En la carrera entre el hombre y la mujer, volvió a perder la mujer. La candidata demócrata, Kamala Harris, volvió a toparse con el “techo de cristal” que ya en 2016 impidió a Hillary Clinton convertirse en la primera mujer en la presidencia de Estados Unidos. Y la primera impresión es que lo hizo en parte porque no logró movilizar el voto de otras mujeres.
Las encuestas venían semanas mostrando un mayoritario apoyo masculino a Donald Trump, mientras que las mujeres se decantaban por Harris. Pero a la hora de la verdad, como comentaban con satisfacción en la campaña republicana anoche a medida que el mapa de Estados Unidos se iba tiñendo de rojo, “a él le va mejor entre las mujeres que a ella entre los hombres”.
El 54% de las mujeres, con Harris
Habrá tiempo para análisis más reposados y profundos para explicar el papel de las mujeres en la derrota de Harris, pero un primer sondeo de la CNN a la salida de los colegios arrojó que Harris obtuvo un 54% del apoyo femenino, idéntico porcentaje al que tuvo Trump entre los hombres; insuficiente para alcanzar la victoria.
Sus estrategas confiaban en que las mujeres optaran más por Harris de lo que los hombres votaron por Trump, pero muchas de las mujeres de las zonas suburbanas con cuyo apoyo contaba la vicepresidenta se decantaron por el candidato republicano. El intento de Harris de poner el énfasis en la campaña en el retroceso del derecho al aborto impulsado por Trump y los republicanos en todo el país en los últimos años no ha dado los frutos esperados y aspectos como la economía y la subida del coste de la vida parecen haber tenido un peso mayor.
Un crecimiento insuficiente
Si Harris requería una gran movilización de las votantes, las primeras estimaciones indican que solo logró un 3% más de apoyo entre ellas del que cosechó Joe Biden en 2020, un crecimiento que no ha bastado para contrarrestar el peso de la percepción de la mala situación de la economía que los votantes asocian al gobierno actual.
Y, paradójicamente, la mayoría del electorado se ha mostrado de acuerdo con la posición de Harris sobre el derecho de las mujeres a decidir, ya que los votantes aprobaron medidas a favor del acceso al aborto en nueve de los diez estados en los que fueron sometidas a referéndum coincidiendo con la elección presidencial, con la única excepción de Florida, donde la propuesta obtuvo un apoyo mayoritario pero no alcanzó el 60% requerido para ser aprobada.
Batalla de sexos
Aun así, Harris sale derrotada en lo que Maureen Dowd describe este miércoles en el ‘New York Times como “una batalla épica entre sexos”. Y en la campaña republicana han sido conscientes de que lo era. Poco antes del cierre de los colegios, Stephen Miller, uno de los asesores más cercanos a Trump, lanzaba un mensaje para movilizar al electorado masculino en X: “Si conoces algún hombre que no haya votado, llévalo a las urnas”.
Tras la batalla, las mujeres que se habían entusiasmado con la posibilidad de que una mujer de ascendencia afroasiática alcanzara la Casa Blanca quedan con la decepción y muchas preguntas. Como Zolan Kanno-Youngs y Erica Green pusieron de manifiesto en un reciente artículo, “un porcentaje pequeño pero significativo han sido históricamente reticentes a apoyar a las mujeres negras que buscan puestos de responsabilidad”.
Las celebrities tampoco bastaron
Las apariciones de estrellas del pop como Beyoncé o Lady Gaga, o la famosa periodista afroamericana Oprah Wimfrey, en el cierre de la campaña de Harris tampoco bastaron para convencer a un número suficiente de mujeres. Quizá por qué la perspectiva de género no ha sido el elemento determinante en la decisión de los votantes. Ella misma pareció haberse percatado cuando durante la campaña restaba importancia al hecho de que ella sea una mujer y se presentaba en cambio como “la persona más capacitada para el cargo”.
Los demócratas se dedicarán ahora a descifrar qué falló en una jornada electoral que los deja a merced de un Donald Trump crecido y con la perentoria tarea de reconectar con un electorado que les ha dado mayoritariamente la espalda, pero el portal político aventura una primera conclusión que parece haber pesado especialmente en la elección de las mujeres: “Harris no quiso romper claramente con los últimos cuatro años”.