La vida de Reneé White (57 años) cambió para siempre el día que decidió asistir al mitin del expresidente Donald Trump en Butler, Pensilvania. Lo que prometía ser un evento más para una fiel seguidora del líder republicano se convirtió en una experiencia traumática que la llevó a tomar decisiones extraordinarias en nombre de su convicción política.
La experiencia del atentado a Trump desde los ojos de White
Reneé White, como muchos otros, acudió al mitin para escuchar de primera mano a Donald Trump, candidato en estas elecciones 2024. La asistencia masiva reflejaba el apoyo inquebrantable de una base de seguidores que han estado con el líder conservador desde sus primeros días en la política. Están convencidos de que Trump volverá a hacer grande a América de nuevo (MAGA). De que, de alguna manera, ya lo hizo durante su primera legislatura. Sin embargo, aquel día todo voló por los aires cuando un francotirador trató de acabar con la vida del magnate estadounidense. Y a punto estuvo de conseguirlo.
“Todo el mundo empezó a tirarse al suelo a mi alrededor”, explicó Renée White sobre lo vivido en Pensilvania cuando comenzaron a sonar los disparos. “Yo estaba allí sentada como si fuese una experiencia extracorpórea. Entonces, escuché a alguien gritar: ‘Tirador abatido, tirador abatido’. Y entonces pensé: ‘Oh, Dios mío. Esto está pasando de verdad'”. Desde luego, la secuencia del atentado a Donald Trump es digna de una superproducción hollywoodiense. El político que salva su vida de milagro, que se levanta con el rostro bañado por su propia sangre y levanta el puño frente a todas las cámaras y todos los asistentes. Una escena que ya forma parte de la historia de Estados Unidos.
El viaje exprés en coche y sin entrada para llegar a Milwaukee
En lugar de dejarse dominar por el miedo, White decidió que debía hacer algo para demostrar su apoyo y solidaridad. La convención nacional del Partido Republicano se celebraría en Milwaukee, y ella sabía que era crucial estar presente. Sin pensarlo dos veces, Reneé White se subió a su coche y emprendió un viaje de más de 600 millas hacia Milwaukee. Lo hizo sin entrada para la convención, pero más convencida que nunca —valga la redundancia— de que era lo que debía hacer.
“Pensé: ‘Maldita sea, cuando te caes al suelo, te vuelves a levantar‘”, explicó la superviviente al atentado de Donald Trump. “Me voy a la RNC”.
Y parece que White ha llegado a la conclusión de que lo vivido en Pensilvania va a unir más que nunca a la sociedad estadounidense, a pesar de los miedos que atemorizan a Estados Unidos. “Creo que sus números en las encuestas van a subir de una forma increíble”, aseguró White sobre el resultado de las próximas elecciones de noviembre. “Y creo que va a traer unidad porque, como sucedió después del 11-S, de Kennedy o de Reagan, la gente se unirá porque está consternada de que algo así pueda llegar a ocurrir”.