La familia de Vladimir Putin siempre ha sido un enigma, envuelta en misterio y protegida por un férreo secretismo. Aunque el Kremlin evita hablar de la vida privada del presidente ruso, cada tanto surgen revelaciones que despiertan la curiosidad internacional. En esta ocasión, la protagonista es Elizaveta Krivonogikh, supuestamente una de las hijas no reconocidas de Putin, cuya vida en París bajo un pseudónimo añade una fascinante capa a la compleja historia de la dinastía Putin. Pero ¿quién es realmente esta hija de Putin?
¿Quién es Elizaveta Krivonogikh, la hija de Putin no reconocida?
Elizaveta Krivonogikh, de 21 años, es fruto de una presunta relación entre Vladimir Putin y Svetlana Krivonogikh, una exlimpiadora que se convirtió en una acaudalada empresaria con una fortuna estimada en 100 millones de dólares. Según diversas investigaciones, Elizaveta utiliza el pseudónimo de Luiza Rozova y, en ocasiones, el nombre de Elizaveta Olegovna Rudnova para viajar y mantener un bajo perfil. Este último nombre oculta su verdadero patronímico, Vladimirovna, que revela su vínculo con el mandatario ruso.
Actualmente, se cree que reside en París, donde ha llevado una vida relativamente normal para alguien de su posición. Recientemente, finalizó sus estudios en una prestigiosa escuela de gestión ubicada cerca del Arco de Triunfo, un detalle que destaca su interés por mantener una formación académica sólida mientras disfruta de los privilegios de su procedencia.
Una fotografía de Svetlana Krivonogikh, la presunta amante de Vladimir Putin con la que tuvo una hija | EAST2WEST
Lejos de asumir un rol tradicional ligado a la política o los negocios, la hija de Putin ha explorado el mundo de la música como DJ ocasional. Además, ha utilizado las redes sociales para mostrar destellos de su vida, en la que los lujos, como accesorios de Gucci y cenas sofisticadas, no pasan desapercibidos. En 2021, declaró en una entrevista que no le molestaba la atención mediática y que veía esta exposición como una oportunidad para romper con la monotonía de su vida.
Sin embargo, su actividad en redes sociales se ha reducido drásticamente desde que se intensificaron las tensiones entre Rusia y Occidente, una decisión que probablemente responda a la necesidad de proteger su privacidad y seguridad en un contexto político tan volátil.
La conexión con Svetlana Krivonogikh y la sombra de Putin
El papel de su madre, Svetlana Krivonogikh, es central en esta historia. Svetlana, una mujer que pasó de trabajar como limpiadora a ser accionista de importantes empresas como National Media Group, ha sido vinculada a Putin desde finales de los años 90. Aunque el Kremlin desestima estas afirmaciones como “prensa amarilla”, las pruebas recopiladas por investigadores y medios independientes como Proekt y el Dossier Centre sugieren que su relación con Putin no solo era cercana, sino que trajo consigo beneficios económicos significativos.
La familia de Svetlana ha sido objeto de sanciones internacionales, incluidas las impuestas por el Reino Unido, que la acusan de promover la propaganda rusa. Estas medidas han reforzado la necesidad de mantener un perfil bajo tanto para ella como para Elizaveta, especialmente en Europa.
El presidente ruso, Vladimir Putin, se despide de su Gabinete | EFE
El caso de la hija de Putin no es único entre los hijos de altos funcionarios rusos. Mientras el Kremlin critica al “Occidente decadente”, varios de sus dirigentes permiten que sus hijos vivan cómodamente en ciudades como Londres, París o Nueva York. Ejemplos destacados incluyen a los hijos del portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, y del ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov.