Los años electorales en Estados Unidos suelen ser fascinantes para periodistas y politólogos, pero las últimas semanas están siendo trepidantes. Por un lado, tenemos a un candidato republicano, Donald Trump, endiosado, líder en las encuestas, recién nominado, y casi recién nacido tras el intento de magnicidio. Por otro, teníamos a un presidente Joe Biden en horas bajas, enfermo de covid, y con miembros de su partido (y de la prensa progresista) rebelándose contra él. Biden, ha cedido a las presiones y ha abandonado la carrera y queda menos de un mes para la Convención Nacional del Partido Demócrata en Chicago.
En Artículo14 preguntamos a la experta Georgia Kernell sobre estas elecciones inéditas. Faltan menos de cuatro meses para las presidenciales y aún no sabemos el nombre del candidato o candidata demócrata. Kernell, profesora asociada en el Departamento de Comunicación y Ciencias Políticas de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), explica que “Biden era el único candidato que había ganado a Trump, como él mismo señala a menudo (y era un buen argumento). Pero no estaba en condiciones de presentarse en este momento”.
-Donald Trump es oficialmente el candidato presidencial. ¿Se ha transformado totalmente el partido en MAGA más que en el GOP tradicional?
-Sí. Cuando pensamos en quién compone un partido, hay muchos grupos dispares, tanto a nivel de votantes como de élites. Para los primeros, todavía hay muchos republicanos «tradicionales» que conforman su bloque de votantes. Con ello me refiero a personas que votan a candidatos más moderados o al menos más honestos cuando se les da la oportunidad en las primarias de un partido, siempre que piensen que pueden ganar en las elecciones generales. El cambio no se debe tanto a que el público se haya polarizado y todos los votantes republicanos lleven ahora gorras de «Make America Great Again». Más bien refleja el hecho de que sólo hay dos opciones en Estados Unidos, y cuando esas opciones están polarizadas es particularmente difícil ver votar por el otro bando. Tenemos un sistema de pluralidad uninominal, mientras que España, por ejemplo, utiliza la representación proporcional. El primero crea dos y sólo dos partidos viables.
-Durante su discurso del jueves, Trump aseguró que quería ser el presidente de todos los estadounidenses, no sólo de la mitad del país. ¿Se trata de un cambio en su estrategia tras el atentado, apelando a la unidad?
-He oído la palabra unidad más desde el tiroteo que en toda la campaña. Sí, es un cambio de estrategia, pero quizá la campaña ya iba más en esta dirección. Su debate fue más templado que en el pasado. En las dos últimas elecciones, Trump tuvo que destacar y reducir a su oponente. Ahora cree que es el candidato a batir, y las encuestas así lo reflejan. Así que, mientras no se equivoque, es probable que triunfe en noviembre… al menos, esto era así contra Biden. Sin embargo, la campaña de Trump cambiará drásticamente con el nuevo candidato que asuma la candidatura demócrata.
-¿Cuáles son los temas clave?
-La economía es siempre el tema clave para los votantes. El aborto es un tema importante en estas elecciones y puede influir en las votantes femeninas moderadas. Las mujeres blancas son más proclives a votar a los republicanos que a los demócratas, pero también son más proclives a estar a favor del aborto, por lo que existe una tensión.
-¿Afectará un cambio de candidato a las posibilidades de Trump?
-No lo sé. Biden era el único candidato que había ganado a Trump, como él mismo señala a menudo (y era un buen argumento). Pero no estaba en condiciones de presentarse en este momento. Hay mucha más incertidumbre con Harris. Mucho dependerá de las primeras semanas de su campaña: cuál es su mensaje, etc.