Irlanda

La batalla por Molly Malone en Dublín: del mito turístico a la violencia sexual

Molly Malone en Dublín encarna una parte del alma de la ciudad. Proteger su figura no es una cuestión menor: es un acto de justicia

Molly Malone - Internacional
La estatua de Molly Malone desgastada por una tradición cuestionable
Shutterstock

La estatua de Molly Malone en Dublín es un símbolo de la capital irlandesa. Sin embargo, en las últimas semanas, se ha convertido en el epicentro de un debate cada vez más incómodo: el trato que recibe por parte de turistas y locales que, año tras año, han desgastado su busto a base de toqueteos y manoseos.

Lo que comenzó como una tradición supuestamente simpática, hoy está siendo cuestionado por su carga machista y degradante. ¿Hasta qué punto podemos seguir normalizando la violencia simbólica contra figuras femeninas en el espacio público?

La campaña “Leave Molly mAlone”, liderada por la estudiante Tilly Cripwell, ha destapado el problema. Esta joven de 23 años, que suele cantar junto a la estatua, ha sido testigo directa del comportamiento vejatorio que recibe la escultura. “La están violando simbólicamente”, declaró a la BBC. Y tiene razón. Molly Malone en Dublín ha sido reducida, literalmente, a sus pechos.

Un icono del folclore convertido en fetiche turístico

Erigida en 1988 para conmemorar los mil años de la ciudad, la estatua de Molly Malone en Dublín representa a una mujer legendaria que vendía marisco en las calles. Según la canción tradicional que la inmortaliza —Cockles and Mussels— Molly murió joven, víctima de una fiebre. Desde entonces, su figura de bronce ha recorrido el imaginario popular como símbolo de la clase trabajadora dublinesa.

Pero la fama de Molly Malone en Dublín se ha visto contaminada por un mito turístico que afirma que tocarle los pechos trae buena suerte. Esta práctica, difundida incluso por agencias de viajes, ha convertido a la estatua en un fetiche sexual colectivo, como demuestra la decoloración dorada del busto. Es precisamente eso lo que Cripwell denuncia: “Es una de las pocas representaciones femeninas en el arte público irlandés, y la están reduciendo a una caricatura sexual”.

Las medidas del Ayuntamiento y la resistencia ciudadana

Dublín ya ha comenzado a mover ficha. El Ayuntamiento ha confirmado que está considerando elevar la estatua a un pedestal más alto y repintarla para eliminar la marca de los tocamientos. También ha solicitado a las agencias de turismo que desalienten la práctica. Incluso se ha planteado la presencia de vigilantes durante mayo, coincidiendo con la temporada alta.

Sin embargo, para Cripwell, estas medidas son insuficientes. “Poner vigilantes es como poner un parche: no cambia la mentalidad. Necesitamos una transformación cultural”, ha dicho. En lugar de vigilancia, ella propone una placa informativa que contextualice la historia de Molly Malone en Dublín y frene las narrativas sexistas asociadas a la figura.

@rtenews

Dublin City Council is to hire stewards to patrol the Molly Malone statue to try to discourage the practice of people ‘groping’ the statue. They will be introduced on a pilot basis in May and will have a similar role to those who were hired to supervise the Dublin portal following issues with anti-social behaviour last year. The tradition of rubbing the famous fishmonger’s breast for luck is believed to have begun around 2012 and is thought to have been instigated by an imaginative tour guide. #Mollymalone #statue #dublin #rtenews #ireland

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No es la primera vez que una estatua femenina se convierte en blanco de tocamientos. La figura de Julieta en Verona comparte esa condición. Pero el caso de Molly Malone en Dublín duele más por ser una de las pocas esculturas femeninas en el país. Y aún más por la forma en que su leyenda fue tratada desde su origen.

Durante décadas, el apodo popular fue “the tart with the cart (la golfa del carrito)”, insinuando que Molly era prostituta por las noches. Una visión machista y simplista que redujo a esta heroína del folclore a un cliché. El historiador Sean Murphy ya protestó por esto en los años 80, cuando se inauguró la escultura. Su crítica no fue escuchada entonces. Hoy, cobra nuevo sentido.

¿Cuánto cuesta la dignidad de un símbolo?

Repintar la estatua, elevarla, protegerla, contar su historia con respeto. Todas estas acciones tienen un coste económico. El Ayuntamiento lo sabe y, por eso, ha sido reticente a realizar cambios drásticos. Pero Cripwell insiste en que el daño simbólico ya está hecho. “El original ha desaparecido. Lo que queda es una versión deformada por los toqueteos”, ha denunciado.

La batalla por Molly Malone en Dublín: del mito turístico a la violencia sexual
La estatua de Molly Malone en la Calle Grafton de Dublín, inaugurada en 1987
Wikipedia

En este contexto, la batalla por Molly Malone en Dublín se vuelve más profunda. No es solo una cuestión estética, sino ética. ¿Qué mensaje se transmite a las generaciones más jóvenes cuando normalizamos el manoseo de una estatua femenina? ¿Por qué las figuras masculinas están protegidas en pedestales y las femeninas, expuestas y sexualizadas?

Las autoridades han prometido presentar un informe este mes para valorar las medidas propuestas. Entre tanto, los turistas siguen acudiendo en masa a tomarse fotos con la estatua. Muchos de ellos, sin mala intención, perpetúan un gesto que ya no resulta inocente. La campaña liderada por Cripwell ha generado una ola de apoyo, tanto en Irlanda como fuera. Y cada vez son más las voces que piden respeto.

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