24 de septiembre de 2023, primer derby de la temporada en Madrid. Una niña de 8 años acude al estadio Metropolitano para ver a su héroe, Vinicius, junto a su familia. La pequeña lleva una camiseta de su ídolo, aunque sabe que no juega en casa. Antes de entrar al estadio, de repente, un grupo de chicos la ven y empiezan a gritar: “Fuera vikingos, monos no, negra de mierda”, “madridistas, hijas de puta”, “marchaos de aquí, os vamos a matar”.
Es más, uno de los hinchas, no contento con los cánticos racistas y amenazas a una menor, se acerca a la niña. Comienza a decirle todo tipo de improperios. “Negra de mierda, os vamos a matar”. Incluso golpea en dos ocasiones a la familiar que la lleva en brazos, su tía, hasta que otros atléticos le paran.
Vinicius Jr. arenga a a los seguidores madridistas que están en las gradas (EFE)
Su tía tuvo que sacar a la pequeña de allí rápidamente. Ni siquiera pudieron entrar al estadio por el miedo que tenía su sobrina. La niña se puso a llorar desconsoladamente y hasta sufrió un ataque de ansiedad. Desde aquel fatídico día, ya no duerme bien y le aterroriza ir a un estadio de fútbol. La Policía detuvo al hincha meses después, pero el trauma de la pequeña no cesa.
Esta pésima experiencia ocurrió en en la capital española, pero es extrapolable a cualquier estadio de cualquier ciudad del mundo. La discriminación a las mujeres, también en el fútbol, es un fenómeno global.
Inseguridad
Y es que los estadios, las ‘fan zones’ y hasta algunos bares, ya sean de Alemania, Reino Unido o España, son lugares en los que las hinchas femeninas no terminan de sentirse seguras. Aunque a muchas les apasione el fútbol, prefieren evitar acudir a los campos y a lugares multitudinarios en los que terminarán siendo discriminadas, vejadas e insultadas. O incluso peor.
La profesora Stacey Pope, directora temática del Departamento de Deporte y Ciencias del Ejercicio en la Universidad de Durham, lleva años investigando este fenómeno en Reino Unido. Pope se dio cuenta de que las aficionadas al deporte han sido ignoradas en los estudios existentes, de ahí que sus investigaciones hayan abierto nuevos caminos al abordar estas deficiencias.
Partido fútbol femenino Real Madrid-Granada
Pope tiene el foco en dos corrientes de estudio. Por un lado, las experiencias de las aficionadas al fútbol en Gran Bretaña desde la década de 1950 hasta la actualidad. Por otro, el fútbol femenino internacional, donde se centra tanto en la afición femenina como en la cobertura mediática del fútbol femenino.
Discriminación de género
Este domingo, serán muchas las aficionadas que, a pesar de querer animar a la selección española frente a Inglaterra, dudarán de dónde ver el partido, e incluso de cómo celebrar la esperada victoria.
La investigación de Pope demuestra que, en la actualidad, “la industria del fútbol no atiende adecuadamente a las mujeres. Mientras que algunas asisten a los partidos en directo, otras no pueden hacerlo debido a la discriminación de género y a un entorno que no es seguro, acogedor e inclusivo para las mujeres”.
Salma Paralluelo celebrando un gol con la selección española
Pope, autora de The Feminization of Sports Fandom, explica a Artículo14 que “la gravedad de esta situación va desde los comentarios sexistas y misóginos hasta el acoso y las agresiones sexuales”. La experta asevera que no sólo ocurre dentro de los estadios de fútbol, también en internet, en los pubs, en el transporte público cuando se viaja a los partidos y cuando se camina hacia y desde el estadio.
“En mi informe Women and Football Fandom, pido la introducción de un mecanismo para denunciar, responder y remediar el sexismo y la misoginia en el fútbol. Este mecanismo podría ser una línea telefónica nacional que adopte un enfoque coherente en todos los estadios de fútbol de Reino Unido”, demanda Pope.
Invasión del territorio masculino
Así, la investigación de la profesora “muestra que las mujeres que entran en el espacio tradicionalmente masculino de un campo de fútbol sufren consecuencias“. “Se puede considerar que invaden el territorio masculino, lo que hace que algunos hombres se sientan “amenazados” o “intimidados”. Esto ha dado lugar a casos de extrema hostilidad hacia las mujeres mientras ven un partido”, ahonda la profesora de la Universidad de Durham.
Para Pope, “las preocupaciones en torno al sexismo, la misoginia y la seguridad se amplifican en torneos internacionales masculinos como la Eurocopa”. Pope explicó ante la comisión de Seguridad en los Grandes Acontecimientos Deportivos del Ministerio de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte, “que muchas mujeres evitan asistir a partidos masculinos, sobre todo internacionales, porque no se sienten seguras“.
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“Las mujeres afirman sentirse inseguras al ir y volver de los estadios, en el transporte público y en los bares. Han sufrido violencia y abusos, desde comentarios misóginos hasta acoso y agresiones sexuales”, insiste la investigadora.
Lo cierto es que queda mucho por hacer. A pesar de que las mujeres suponen más del 50% de la población, en los estadios, la mayoría son hombres. Las hinchas sienten desconfianza e incluso que no vayan a ser defendidas apropiadamente en caso de acoso. “En la actualidad, muchas mujeres no confían en que los árbitros y los clubes puedan tramitar adecuadamente las denuncias. Un mecanismo nacional de denuncia garantizaría la coherencia en la forma en que las mujeres pueden denunciar la violencia y los abusos, y que se toman medidas en respuesta a través de la Policía y los comisarios durante los partidos”, concluye Pope.