La 79ª Asamblea General de las ONU se celebra en un momento de gran tensión internacional, marcada por conflictos bélicos, crisis económicas y la creciente amenaza del cambio climático. En este foro, los líderes mundiales se reúnen para debatir las crisis actuales y buscar acuerdos concretos que permitan avanzar hacia una cooperación multilateral más efectiva. Sin embargo, las expectativas sobre los resultados de estas reuniones suelen ser mixtas. A fin de cuentas, a menudo las grandes propuestas se diluyen ante la falta de acciones concretas.
Un panorama internacional cada vez más incierto y sombrío
El mundo en 2024 se encuentra en una situación de inestabilidad que afecta prácticamente todos los aspectos de la vida global. Las guerras, como el conflicto en Ucrania y las tensiones en Oriente, generan incertidumbre política y económica. Según ha explicado Alejandro Chanona, profesor del Centro de Estudios Europeos de la UNAM, en una entrevista concedida a CNN, la Asamblea General de la ONU se encuentra en una “encrucijada difícil”. Tiene por delante múltiples desafíos interconectados, desde las tensiones geopolíticas hasta el colapso de los sistemas naturales debido al cambio climático.
Esta situación ha obligado a los líderes mundiales a replantear la manera en que se abordan los problemas globales. Chanona destaca que, a pesar de los esfuerzos previos, “hemos fallado sistemáticamente a la hora de combatir el cambio climático”. Esto ha exacerbado otros problemas como la desigualdad y la violencia. Las expectativas de que esta Asamblea General de la ONU pueda ofrecer soluciones concretas son altas. No obstante, la historia reciente demuestra que, en muchos casos, los discursos de los líderes no se traducen en acciones efectivas.
La Cumbre del Futuro y el Pacto del Futuro en la Asamblea General de la ONU
Asamblea General de la ONU en la sede de las Naciones Unidas | Shutterstock
Uno de los puntos clave de esta Asamblea General de la ONU es la Cumbre del Futuro, donde se espera que los países adopten tres acuerdos importantes:
- El Pacto del Futuro
- Un pacto global digital
- Una declaración sobre las generaciones futuras
El Pacto del Futuro es especialmente relevante, ya que abarca cinco áreas críticas:
- Desarrollo sostenible
- Paz y seguridad
- Juventud y generaciones futuras
- Ciencia y tecnología
- Gobierno global.
En lo que respecta al desarrollo sostenible, Chanona subraya que “el norte global no está transfiriendo suficientes recursos al sur global” para enfrentarse a desafíos como la pobreza, la desigualdad y el cambio climático. Todos ellos, asignaturas pendientes en la Agenda 2030. Este desequilibrio de recursos entre regiones exacerba las desigualdades, pero también limita la capacidad de los países en desarrollo para adaptarse a las crisis ambientales. La pregunta clave es si las grandes potencias estarán dispuestas a comprometerse de manera real para corregir estas desigualdades.
Paz y seguridad: el conflicto en Ucrania y la tensión en Oriente Medio
Otro tema central de la Asamblea General de la ONU es la paz y la seguridad. El conflicto en Ucrania sigue siendo un tema dominante, pero no es el único. Chanona señala que “el 25% de los países miembros de la ONU están experimentando algún tipo de violencia o conflicto”, una evidencia de la magnitud de los desafíos que tiene por delante la comunidad internacional. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que debería desempeñar un papel clave en la resolución de estos conflictos, se encuentra en una situación de “empate técnico”. Con Rusia y China bloqueando resoluciones que condenen la invasión de Ucrania, el Consejo ha sido incapaz de actuar de manera decisiva.
El presidente Volodímir Zelensky visita la ciudad de Bucha tras liberarla de los ocupantes rusos durante la guerra en Ucrania | Shutterstock
Este bloqueo en el Consejo de Seguridad refleja una crisis más amplia en el multilateralismo, una de las bases del sistema internacional actual. Según el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, es necesario “revigorizar el multilateralismo” para abordar los desafíos globales de manera efectiva. Sin embargo, con las grandes potencias enfrentadas en muchos temas, recuperar una cooperación internacional efectiva parece ser una tarea descomunal.
El papel de la tecnología y la era digital
Otro aspecto crucial que se aborda en la Asamblea General de la ONU es el impacto de la tecnología y la era digital en nuestras vidas. La pandemia de COVID-19 aceleró la digitalización de la economía y la sociedad, pero también reveló profundas desigualdades en el acceso a la tecnología y la información. Uno de los acuerdos previstos en la Cumbre del Futuro es un pacto global digital, cuyo objetivo es establecer normas y marcos regulatorios que garanticen un acceso más equitativo a las tecnologías digitales.
Se utilizará inteligencia artificial para proteger a las víctimas de violencia de género | Kilo y Cuarto
La tecnología también plantea desafíos éticos y de seguridad. La creciente interconexión digital ha dado lugar a nuevos riesgos, como los ciberataques y la vigilancia masiva, que requieren respuestas coordinadas a nivel internacional. La Asamblea General de la ONU tiene la oportunidad de liderar este esfuerzo. Sin embargo, será necesario un enfoque robusto para garantizar que los avances tecnológicos beneficien a todos, no solo a una élite.
Gobierno global: la necesidad de reformas
El gobierno global es otro de los grandes desafíos de esta Asamblea General de la ONU. Guterres ha hecho hincapié en la necesidad de reformar las instituciones internacionales para que sean más inclusivas y representen mejor las realidades del siglo XXI. El multilateralismo, tal como lo conocemos, está en crisis. La creciente polarización entre las grandes potencias ha paralizado muchos de los mecanismos de cooperación internacional, y esta Asamblea de Naciones Unidas es el mercado idóneo para replantear los mecanismos.
La exembajadora de Naciones Unidas Nikki Haley durante una conferencia en el Hudson Institute, en Washington | EFE
Uno de los aspectos más discutidos en este contexto es la distribución de la riqueza global. Chanona señala que “la fortuna de Elon Musk, que ya supera los 240.000 millones de dólares, rebasa el PIB combinado de Guatemala y Ecuador”. Esta desproporción en la distribución de la riqueza es un síntoma de un sistema global que favorece a unos pocos, mientras que deja a muchos otros en una situación de vulnerabilidad. Reformar la gobernanza global para corregir estas desigualdades será una de las grandes tareas de la comunidad internacional en los próximos años.