Con datos de comienzos de año, la campaña de las autoridades kuwaitíes emprendida en los últimos meses para combatir el fraude y la doble nacionalidad se ha saldado ya con la revocación de la nacionalidad a un total de casi 19.000 personas. Y el número será mucho más abultado al cabo de los próximos meses. Una parte importante de los afectados son mujeres -viudas o divorciadas, aunque también las hay que permanecen casadas- que accedieron a la nacionalidad por medio del artículo 8 de la Ley de Nacionalidad de 1959, o lo que es lo mismo, después de contraer matrimonio con un nacional kuwaití. Su situación es especialmente precaria dadas las características sociales y culturales de un país como el pequeño emirato árabe.
A juicio de fuentes gubernamentales citadas por el medio arabófono Al Hurra, gran parte de los afectados que han sido despojados de su nacionalidad merced al nuevo Decreto Nº217 de 2024 eran “expatriados divorciados que la obtuvieron por motivos de interés, y no cumplieron las condiciones requeridas por la indulgencia de algunos”. Pero también hay casos, según medios gubernamentales, en que la nacionalidad se obtuvo por medio de certificados de nacimiento falsos o haciéndose pasar por ciudadanos kuwaitíes muertos, entre otras irregularidades. La decisión de retirar la ciudadanía se aplicará también a hijos que hayan adquirido la ciudadanía por dependencia de madres kuwaitíes divorciadas o viudas de cónyuges extranjeros (en Kuwait, como es norma en el mundo árabe, la nacionalidad se transmite por vía paterna). El pasado mes de noviembre el propio Gabinete kuwaití aseguraba que la retirada de la nacionalidad en caso de irregularidad respondía a la necesidad de “proteger la identidad nacional, conseguir estabilidad y proteger la fábrica nacional”.
Por decisión del emir
Por su parte, los afectados y los grupos en defensa de los derechos humanos en la región denuncian la arbitrariedad del criterio aplicado por las autoridades y que se está castigando a miles de personas que obtuvieron la nacionalidad de manera legal. Denuncian el cambio retroactivo de criterio de las autoridades kuwaitíes, que consideran ahora que la ciudadanía solo puede ser otorgada por decisión del emir y no por orden ministerial.
Las consecuencias para quienes se ven despojados de su nacionalidad kuwaití son numerosas: bloqueo de sus cuentas bancarias, pérdida del acceso al sistema educativo nacional y a las prestaciones sociales del Estado, incluidas las ayudas a la compra de una vivienda, así como la posibilidad de ser detenidos o deportados.
Oleada de revocaciones
El número de expedientes resuelto negativamente va al alza y sólo en diciembre se produjeron casi 12.000 revocaciones de nacionalidad, o lo que es lo mismo, más del 60% de las registradas desde el verano pasado. Kuwait, con sus poco más de 4,8 millones de personas y una renta per cápita superior a los 37.000 dólares estadounidenses, constituye un destino laboral y personal atractivo dentro de la región. Poco más de millón y medio son nacionales kuwaitíes; el resto, extranjeros de hasta un centenar de países, lo que lo convierte a este país de menos de 18.000 kilómetros cuadrados en uno de los que presentan mayor porcentaje de población nacida fuera.
The Supreme Committee to Investigate the Kuwaiti Citizenship decided to withdraw and revoke the citizenship of 4,246 people, and referred the decision to the Cabinet for review. This came during a meeting Thursday chaired by First Deputy Prime Minister, Defense Minister and… pic.twitter.com/fIpKOGsITJ
— KUWAIT TIMES (@kuwaittimesnews) January 9, 2025
Al examinar cada caso, la decisión de revocar la nacionalidad corresponde en última instancia al Alto Comité para la Nacionalidad Kuwaití, a la cabeza del cual se sitúa el ministro de Defensa y del Interior, Fahad Yusuf Al Sabah, al que compete examinar los archivos para la naturalización con vistas a descubrir fraudes y dobles nacionales. Una vez analizado cada caso, el citado Comité -se espera que el organismo asuma un elevado número de casos a lo largo del mes en curso- remite su dictamen al Consejo de Ministros para su aprobación. La decisión de retirar la nacionalidad se hace en nombre del emir de Kuwait, Mishal Al Ahmad Al Sabah, y no puede ser sometida a los tribunales de justicia. Se estima que hay miles de personas más cuyos casos están siendo investigados en estos momentos.
Mujeres desamparadas
Uno de los grupos más afectados por el cambio son las mujeres kuwaitíes de origen extranjero que obtuvieron la nacionalidad del país árabe por la vía del artículo 8 de la Ley de la Nacionalidad, es decir, a través del matrimonio con nacionales kuwaitíes. Ahora se enfrentan a la discriminación, la exclusión, el aislamiento y el riesgo de verse separadas de sus familias.
Una de estas mujeres accede a explicar a Artículo14 la dramática situación que está viviendo desde finales del año pasado con la condición de no revelar ni su nombre ni su nacionalidad. Fátima -nombre ficticio- accedió a la nacionalidad kuwaití en 2010 al casarse con un ciudadano del Estado perteneciente al Consejo de Cooperación del Golfo. “Llegué al país en 2002, me casé en 2005, y transcurridos cinco años de matrimonio, lo que estipula la ley, obtuve la nacionalidad kuwaití”, relata la mujer a este medio. La legislación del país la obligó a renunciar a la suya: “Recuerdo el día que salí de la embajada de mi país con lágrimas en los ojos, tuve que entregar mi pasaporte y firmar la renuncia a mi nacionalidad”.
Una carrera prolífica
Después, en 2014, la empresaria se divorció. Desde entonces, durante casi una década más, ha permanecido en el país del Golfo, y donde ha desarrollado una brillante carrera en el sector privado y al cuidado de sus tres hijas, que ahora entran en la adolescencia. “No me he planteado nunca irme de este país. Y no me volví a casar. He tenido siempre muy buenos puestos de trabajo e ingresos elevados, por lo que no he tenido ningún interés en aprovecharme del Estado”, deja claro.
“Y un día, a mediados del mes de diciembre pasado, al regresar de un viaje en Emiratos, me entero en el aeropuerto de Kuwait de que me han retirado la nacionalidad”, prosigue su relato a este medio. “Me requisaron el pasaporte, mi tarjeta de identidad y permiso de conducir en una sala del aeropuerto como si fuera una criminal”, prosigue. Otras mujeres supieron de su nueva condición al publicarse su nombre y apellidos en la Gaceta Oficial, que es el nombre que tiene el boletín oficial del Estado en Kuwait. La difusión de los nombres de los afectados a través de las redes ha provocado situaciones vergonzantes y humillantes para los propios afectados y sus familias en un país “donde todo el mundo se conoce”.
Apátrida de la noche a la mañana
Al haber renunciado a su primera nacionalidad, Fátima se vio de la noche a la mañana como una apátrida. “En estos momentos no tengo patria. No puedo moverme de Kuwait. En caso de emergencia familiar en mi tierra de origen en estos momentos no podría irme”, recuerda Fátima a Artículo14.
“Comprendo que un país quiera luchar contra el fraude y restringir el acceso a la nacionalidad, pero no dejarnos descolocadas y desorientadas a miles de personas que obtuvimos legalmente la nacionalidad kuwaití”, explica a este medio la empresaria, que confía en que las autoridades sean capaces de darle una solución. “En mi caso puedo siempre volver a la embajada de mi país y solicitar mi pasaporte, pero sé de una mujer de origen estadounidense naturalizada kuwaití que ya no podrá volver a ser ciudadana de Estados Unidos”, explica a Artículo14.
Consciente de que, a pesar de la incertidumbre de su situación, su caso no es el peor, la empresaria -aunque apátrida, tiene permiso de residencia y ha estrenado puesto de trabajo- pone el foco en la situación de desamparo en que se encuentran centenares de mujeres desempleadas o con poca cualificación, las cuales han pasado “de vivir de manera confortable a ser pobres”. Recientemente, las autoridades del país árabe aseguraban que las mujeres despojadas de la nacionalidad con base en el artículo 8 podrán seguir disfrutando de servicios y derechos básicos en su vida cotidiana. “Nadie nos garantiza que esto no se cumpla dentro de un tiempo”, advierte Fátima.
No se han librado de la oleada de revocaciones rostros populares y muy queridos en el país, incluidos conocidos influencers, tales como el actor Dawood Hussein y la actriz Nawal Al Kuwaitiya, despojados de su nacionalidad por supuesto fraude. Con todo, la falta de libertades imperante en el pequeño país árabe impide que incluso figuras conocidas denuncien abiertamente su situación en las redes sociales o medios de comunicación. No en vano, la Sociedad Cultura y Social de la Mujer, una ONG local, ha denunciado en redes la censura de las autoridades al intentar denunciar en un acto público la situación por la que están pasando muchas kuwaitíes.