Pese al encontronazo en la Casa Blanca entre Donald Trump y Volodomir Zelenski, así como el fulminante corte de la ayuda militar estadounidense a Kiev, este martes los equipos de Estados Unidos y Ucrania negociaron una tregua de un mes. La reunión, celebrada en Yeda (Arabia Saudí), pretende poner fin a la guerra más sangrienta vivida en Europa desde el fin de la II Guerra Mundial. Semanas antes, el reino saudí ya acogió una polémica cumbre bilateral EE UU-Rusia, que enfureció a la diplomacia ucraniana por haberla dejado al margen.
En el lujoso hotel Ritz-Carlton de Yeda, el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio y el asesor de seguridad nacional Michael Waltz se encontraron que Andriy Yermak, jefe de gabinete de Zelenski, el ministro de Exteriores Andrii Sybiha, y el ministro de Defensa Rustem Umerov.
Treinta días de alto el fuego
Al concluir las negociaciones, Arabia Saudí informó de que el Gobierno ucraniano está dispuesto a aceptar la propuesta de Estados Unidos, de aplicar un alto el fuego temporal de 30 días, prorrogable de mutuo acuerdo. Después, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski remarcó que Ucrania está dispuesta a dar ese paso sólo si Rusia se adhiere de la misma manera a los términos del alto el fuego.
“El debate duró casi todo el día y fue bueno y constructivo; nuestros equipos pudieron discutir muchos detalles importantes”, indicó Zelenski en sus redes sociales.

Zelenski y el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán se reunieron el lunes en Yeda
“Nuestra posición sigue siendo absolutamente clara: Ucrania ha estado buscando la paz desde el primer segundo de esta guerra, y queremos hacer todo lo posible para conseguirla lo antes posible y de forma fiable, para que no vuelva la guerra”, insistió el mandatario ucraniano.
Así, explicó que su delegación propuso tres puntos clave:
- Silencio en los cielos -parar los ataques con misiles, bombas y drones de largo alcance-.
- Silencio en el mar.
- Medidas reales de creación de confianza en toda esta situación, en la que la diplomacia está en marcha, “lo que significa principalmente la liberación de prisioneros de guerra y detenidos -tanto militares como civiles- y el retorno de los niños ucranianos que fueron trasladados a Rusia por la fuerza”.
Zelenski aseveró que la parte estadounidense entendía sus argumentos. “Agradezco al presidente Trump la constructiva conversación entre nuestros equipos”, avanzó. Según el presidente de Ucrania, “la parte estadounidense propuso dar un primer paso aún mayor: un alto el fuego provisional completo de 30 días, no solo deteniendo los ataques con misiles, drones y bombas, no solo en el Mar Negro, sino también a lo largo de toda la línea del frente”.
“Depende de EE UU convencer a Rusia”
Según Zelenski, Ucrania está dispuesta a aceptar la propuesta de Estados Unidos. Eso sí, condicionó su apoyo al alto el fuego a que Rusia cumpla. “Ahora, depende de Estados Unidos convencer a Rusia de que haga lo mismo. Si Rusia acepta, el alto el fuego entrará en vigor inmediatamente“, zanjó Zelenski.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla en el jardín sur de la Casa Blanca en Washington, D.C.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que su homólogo ucraniano, está invitado a regresar a la Casa Blanca, dando por superada la discusión que tuvieron en su último encuentro. “Claro, por supuesto”, respondió al ser preguntado por la prensa en los jardines de la Casa Blanca sobre si invitaría a Zelenski a volver, en declaraciones recogidas por la agencia EFE tras la reunión en Arabia Saudí.
En esa reunión, Estados Unidos se comprometió a volver a suministrar ayuda e información militar a Ucrania tras la decisión de Trump de interrumpir el envío de armamento como medida de presión a Kiev para que accediera a negociar un alto el fuego con Rusia.
El presidente estadounidense señaló que hay “una gran diferencia” entre lo acordado este martes y “lo que se vio” en la última reunión en la Casa Blanca a finales de febrero, cuando Trump acusó a Zelenski de no estar listo para la paz.
Ataque contra Moscú
Mientras en Yeda los oficiales se sentaban en la mesa de diálogo, las armas no callaron el martes. Según el ministerio de Defensa ruso, el Eército de Ucrania disparó 91 drones hacia la región de Moscú, así como otros 240 dirigidos a otros objetivos en territorio ruso. Acorde a la versión de Kiev, se apuntó a la refinería principal de Moscú, que aporta una tercera parte del petróleo consumido en la región de la capital.

Vista de un edificio de apartamentos dañado tras un ataque con drones ucranianos en Moscú
Sergei Sobyanin, alcalde moscovita, lo catalogó como el peor ataque contra la ciudad desde el estallido de la guerra, que costó tres víctimas mortales y al menos 18 heridos. Con el ataque, Kiev mandó una señal: pese a perder territorio y estar en una posición de debilidad tras perder las armas norteamericanas, todavía es capaz de atacar en el corazón del enemigo.
Tras más de un millón de soldados rusos y ucranianos caídos en el frente de guerra -convertido en una contienda de trincheras al estilo de la I Guerra Mundial-, los equipos negociadores expresaron buena voluntad previa. “Queremos una conversación constructiva, profunda y amistosa”, señaló Yermak para romper el hielo.
Lograr la paz
“Estamos preparados a hacer todo lo posible para lograr la paz”, remarcó Yermak.
Kiev pretende reencauzar los vínculos con la Casa Blanca con la intención de reanudar la ayuda militar y de inteligencia estadounidense, paralizada la semana pasada. Rubio anticipó a sus homólogos ucranianos que “deben estar preparados para hacer cosas difíciles, del mismo modo que los rusos, para así parar el conflicto o al menos pausarlo de algún modo”. Antes de partir hacia Yeda, diplomáticos franceses y británicos asesoraron a la delegación ucraniana sobre como hablar al equipo negociador estadounidense.

Arranca la reunión en Yeda entre las delegaciones ucranianas y estadounidenses
Pese a que la popularidad de Zelenski se vio reforzada en su país tras su encontronazo con Trump, también se extiende entre los ucranianos la urgencia de paralizar la guerra, dada la situación agónica en el frente, donde las decenas de miles de bajas no logran parar a las fuerzas ocupantes rusas.
Desde el Kremlin, su portavoz Dimitri Peskov aseguró el martes que “es imposible hablar ahora sobre posiciones”, y pidió a Washington informar directamente a Moscú sobre las conclusiones de la cumbre. Para satisfacer las demandas rusas, el emisario de la Casa Blanca para Oriente Medio, Steve Witkoff, planea visitar Rusia próximamente.