Elecciones en EE UU

Kamala Harris: “Tenemos unas elecciones que ganar”

Ya con los apoyos para ser confirmada como la candidata demócrata, la vicepresidenta se lanza a la reconstrucción de su imagen y enseña los dientes a Trump en su primer mitin

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Kamala Harris en su primer mitin de campaña en Wisconsin Efe

Kamala Harris ha tenido que entrar en la carrera presidencial cuando ya había empezado, pero lo ha hecho a toda velocidad. El lunes, apenas 24 horas después de que el presidente Joe Biden anunciara su renuncia a la reelección, ya había recabado los apoyos suficientes para ser confirmada como la candidata de los demócratas en la Convención Nacional que celebrarán a partir del 19 de agosto en Chicago.

Para entonces ya había recaudado más de 50 millones de dólares de unos donantes reanimados tras haberse librado de un candidato en el que no creían.

Refuerza su papel de ‘justiciera’

Solo unas horas después, Harris aparecía en el cuartel general de la campaña que ha heredado de Biden en Wilmington, Delaware, para saludar a su equipo y lanzar sus primeros mensajes a su rival por la Casa Blanca, Donald Trump.

En una oficina instalada en el estado natal del anterior candidato, que había sido redecorada a toda prisa con carteles con su nombre, Harris quiso explotar su pasado como fiscal en California y las debilidades de Trump como convicto y acusado en diferentes causas: “Como fiscal me enfrenté a criminales de todas clases, depredadores que abusaron de mujeres, defraudadores que desplumaron a los consumidores, tramposos que violaron las reglas en su propio beneficio. Así que créanme cuando les digo que conozco a los tipos como Donald Trump”.

Un ataque inicial que esbozó las líneas de la campaña de Harris y refuerza su papel como justiciera que ha aparecido en último momento para frenar los desmanes de un criminal misógino antes de que acabe la película.

Avalada también por el apoyo de los líderes demócratas en el Congreso, el martes dio su primer mitin a las afueras de Milwaukee, en Wisconsin, uno de esos estados péndulo que previsiblemente será decisivo en las elecciones de noviembre y en el que los republicanos proclamaron oficialmente a Trump como su candidato hace solo unos días y en medio de un ambiente triunfal.

Wisconsin, un estado crucial

En la última encuesta, publicada el 18 de julio, cuando Biden aún no se había retirado, aparecía empatado con Trump en intención de voto. La batalla por los votos del Medio Oeste se ha vuelto crucial y Harris sabe que los demócratas deben ganar en circunscripciones como Wisconsin si quieren continuar en la Casa Blanca y no perder de paso el control del Congreso.

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Simpatizantes de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, en su acto en West Allis, Wisconsin

Ante una multitud enfervorizada, Harris prometió a los suyos dar la batalla: “Cuando luchamos, ganamos” y lanzó ataques a Trump mucho más vigorosos que los que acostumbraba a lanzar Biden. Se bajó del escenario en medio de la algarabía de unos demócratas que han vuelto a creer y con la música de Beyoncé de fondo.

Uno de los momentos más emotivos se produjo cuando Harris empezó a enumerar algunas de las políticas que Trump podría implementar si regresa a la Casa Blanca, como restricciones al acceso a cuidados sanitarios para quienes tienen enfermedades crónicas como el asma, algo que eliminó la reforma sanitaria de Barack Obama.

“No vamos a retroceder. No vamos a volver atrás”

“Estados Unidos ha probado estas políticas económicas fallidas antes, pero no vamos a retroceder. No vamos a volver atrás. Les diré por qué no retrocederemos, ¡porque la nuestra es una lucha por el futuro!”, exclamó Harris, provocando una reacción instantánea del público.

“¡No vamos a volver atrás!”, “¡no vamos a volver atrás!” corearon en respuesta los asistentes con tal entusiasmo que Harris se vio obligada a hacer una pausa, sonriendo ante la efusividad de la multitud. “En los próximos 105 días, tenemos trabajo que hacer“, añadió Harris: “Y tenemos unas elecciones que ganar”.

El entusiasmo de los asistentes y la elevada concurrencia dan idea de que solo un día de Harris como candidata ha bastado para devolver la esperanza al bando demócrata.

Viento a favor

Una esperanza alimentada por la primera encuesta favorable en meses. Un sondeo de Reuters/Ipsos publicado el martes le daba a Harris una ventaja de dos puntos porcentuales sobre Trump. Aunque la diferencia está dentro del margen de error, es la primera que muestra una perspectiva favorable en un cara a cara de Harris con su rival republicano y fue recibida como un soplo de aire fresco por unos demócratas que llevaban demasiado tiempo sin buenas noticias.

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La vicepresidenta de EE UU, Kamala Harris, en su primer acto de campaña en West Allis, Wisconsin

La vicepresidenta parece tener claros cuáles son los puntos débiles de su rival y está decidida a explotarlos. El martes, mientras ella espoleaba los ánimos en Milwaukee, su marido, Doug Emhoff, visitaba una clínica abortista en las afueras de Washington, desde donde intentó castigar a Trump con el tema del aborto. Emhoff acusó a Trump de ser el culpable del “paisaje infernal” al que ahora se enfrentan las mujeres que quieren abortar por haber llenado el Tribunal Supremo de los jueces conservadores que tumbaron la doctrina de Roe vs Wade.

Su marido entra en campaña

La aparición de su marido en la campaña puede ser otra ventaja para Harris. Mientras Melania Trump ha dado muestras de desinterés por implicarse en el nuevo intento electoral de su marido y la frialdad con la que le trató en la reciente Convención Nacional Republicana llamó la atención de muchos, Harris y Emhoff parecen mucho más en condiciones de proyectar la imagen de normalidad y familia bien avenida que tanto aprecia el público estadounidense.

Emhoff no escatimó optimismo en su visita a la clínica. Según él, Harris “ha unido al partido, va a unir al país y va a ganar esta elección”.

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Simpatizantes de Harris gritan “¡Kamala, Kamala¡” durante su primer mitin en Wisconsin

Entretanto, en la campaña de Trump buscan como afinar su mensaje y recuperar la iniciativa tras el cambio de escenario que implica la salida de Biden y la vigorosa entrada de Harris en la campaña. El expresidente anunció que se reunirá en su finca de Mar-a-Lago con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que ha visto como su visita oficial a Estados Unidos en busca de apoyos para su guerra en Gaza ha quedado totalmente eclipsada por el lío político interno. Trump insiste en presentarse como “el mayor aliado” que ha tenido nunca Israel en la Casa Blanca y Netanyahu aceptó la foto que busca para lograrlo.

Trump también dijo que quiere debatir con Harris “muchas veces”. Aún no hay fecha, pero si algo ha quedado claro en solo día y medio de campaña es que ella será un oponente mucho más competitivo. Hay partido.