Elecciones en Estados Unidos

Kamala Harris se lanza a espolear el decisivo voto femenino para derrotar a Trump

En Estados Unidos, ellas votan más que ellos. La candidata demócrata ataca a Trump con el flanco del aborto en una campaña enfocada en las mujeres

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El voto femenino en Estados Unidos Artículo14

La movilización del voto femenino fue una de las claves de la ajustada derrota de Donald Trump frente a Joe Biden en las elecciones de 2020. Y Kamala Harris está decidida a que la historia se repita con ella en la papeleta demócrata en 2024.

La vicepresidenta ha volcado todos los actos de los primeros días de su campaña en actos con mujeres y mensajes para ellas, con una idea clara. Deben confiar en ella, una mujer, para defender derechos como el aborto ante la agresión machista y ultraconservadora capitaneada por Trump.

El importante voto femenino

La candidata tiene buenas razones para hacerlo. El voto femenino en Estados Unidos tiene cada vez más peso. Las mujeres se registran en un porcentaje mayor que los hombres como votantes y acuden a votar también en mayor proporción.

De acuerdo con los datos del Center for American Women and Politics, un 82,2% de las mujeres votaron en las presidenciales de 2020, mientras que de ellos solo lo hizo un 72,5%. La de 2020 destacó porque fue la elección en la que se registró una mayor participación femenina desde que el centro tiene datos, desde 1964.

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El voto femenino en Estados Unidos

Y el voto femenino que Harris busca reactivar a toda costa ha ido ganando importancia elección tras elección, hasta el punto de que la voz de ellas es cada vez más decisiva a la hora de decidir quién será el presidente. Ellas han votado más desde que hay registros, pero, si en 1964 la diferencia en la participación entre el voto femenino y el masculino era de un 1,7%, ese margen se ha ensanchado sostenidamente durante décadas hasta llegar al 9,7% de 2020.

Los derechos reproductivos de las estadounidenses

No extraña que Harris se haya lanzado a la caza del voto femenino. En su primer acto de campaña el martes en Milwaukee cargó contra Trump y los republicanos por haber propiciado un endurecimiento general de las condiciones de acceso al aborto desde el Tribunal Supremo y las legislaturas estatales. Casi al mismo tiempo, su marido, Doug Emhoff, visitaba una clínica abortista en las afueras de Washington y lanzaba críticas al candidato republicano por el mismo motivo.

El miércoles, Harris visitó en Indianápolis a la fraternidad de mujeres Zeta Phi Beta, una de las comunidades de afroamericanas más antiguas del país. Sus integrantes, como muchos simpatizantes demócrata, parecen haber recuperado la esperanza con el impetuoso desembarco de la nueva candidata en la campaña. Les prometió que como presidenta impulsará que se garantice por ley el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo para evitar más maniobras para impedirlo de los conservadores. “No estamos jugando”, les advirtió.

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La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, en Indianápolis

Y poco a poco se van sumando datos que invitan a un prudente optimismo para los demócratas. Si el martes se publicó la primera encuesta que le daba a Harris ventaja sobre Trump, aunque por un margen mínimo del 2%, el miércoles su campaña anunció que había recibido donaciones de alrededor de 1.400.000 estadounidenses desde que Biden anunciara el domingo su retirada de la carrera. De ellos, unos 900.000 aportaban por primera vez a la causa demócrata, un indicio de que la candidata podría estar teniendo éxito, al menos inicialmente, en el reto clave de atraer a los votantes no alineados y a los más jóvenes.

La desafección de los jóvenes

Estos son uno de los colectivos que parecía hasta ahora más desconectado de la carrera electoral. Harris ha intentando seducirlos con mensajes sobre la necesidad de frenar los tiroteos masivos en el país a través de límites a la venta de armas, un anatema para los republicanos y Trump, a pesar de que él mismo fue víctima de un intento de asesinato a manos de un veinteañero que le disparó con el fusil de su padre. El colectivo Marcha por Nuestras Vidas, fundado por estudiantes supervivientes de la matanza que en 2018 dejó 17 muertos en en una escuela de Parkland, Florida, anunció el miércoles su apoyo a la candidatura de Harris.

Cita con Netanyahu

En la agenda de la vicepresidenta estaba también una reunión con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que, de visita oficial en Washington, se ha visto envuelto los líos de la política doméstica. Harris es una de las líderes demócratas que ha pedido expresamente un alto al fuego en Gaza y los republicanos intentan atacarla oponiendo sus visiones sobre el conflicto en Oriente Próximo a las de Trump, alineado totalmente con Netanyahu, hasta el punto de que como presidente dio el paso histórico de reconocer a la disputada Jerusalén como capital de Israel.

Netanyahu tenía previsto visitar al expresidente en su residencia de Mar-a-Lago y dar un discurso ante el Congreso.

El cierre a un intenso día de actividad política llegó desde Washington con el mensaje televisado en horario de máxima audiencia con el que Biden, ya fuera de su aislamiento por covid, explicó a los estadounidenses por qué tomó la decisión de retirarse de la carrera presidencial y cómo afronta los meses que le quedan en la presidencia.