Son los últimos días de la doctora Jill Biden como primera dama de Estados Unidos. Este lunes hará las maletas y se marchará de la Casa Blanca, su hogar desde enero de 2021. El final del mandato de su marido, Joe Biden, ha estado marcado por su paso atrás, por el abandono de la carrera a la reelección. Biden será un presidente de un sólo mandato.
No todos los que ella consideraba sus amigos, tanto fuera como dentro del Partido Demócrata, se han portado de manera elegante en los meses más difíciles para Joe Biden, sobre todo, después de su pésima actuación en el debate presidencial de junio.
La decepción de Jill Biden
“Digamos que me decepcionó cómo se desarrolló. No lo sé. Aprendí mucho sobre la naturaleza humana“, ha confesado en una larga entrevista de despedida con “The Washington Post”.
Jill lleva casada con Joe desde hace casi 48 años. Y como en la mayoría de las parejas de larga duración, también comparten amigos y enemigos. Con la veterana política Nancy Pelosi, que ha formado parte del primer grupo durante las últimas cinco décadas, Jill Biden se ha llevado un chasco. “Fuimos amigas durante 50 años”, confesó la primera dama. “Fue decepcionante”.
Tras el debate del demócrata frente a Donald Trump del verano, Nancy Pelosi fue una de las que se mostró escépticas con la posibilidad de que Biden continuara en la carrera a la reelección. Abrió la puerta, a pesar de la larga amistad, a que el presidente abandonara la campaña.
El comienzo del fin, el fin del comienzo
Los últimos días de los Biden son una mezcla de finales y comienzos. Por un lado, han despedido al ex presidente más longevo de Estados Unidos Jimmy Carter, que falleció a los 100 años, por otro, en enero también ha nacido su primer bisnieto. También abren la puerta a quién se la cerró hace cuatro años.
Al preguntarle si su esposo podría haber estado al frente de Estados Unidos otros cuatro años, Jill Biden responde: “Claro”. “Quiero decir, hoy, creo que tiene una agenda completa. Empezó temprano con entrevistas y sesiones informativas, y no para”, reconoció la primera dama a “The Washington Post”.
Biden depara sobre los últimos meses y cómo todo se aceleró en junio. Con el juicio a Hunter Biden y la fragilidad de Joe (al menos en sus apariciones públicas) en los titulares de todo el mundo. “Fue muy duro”, cuenta Jill.
El respaldo a Kamala Harris como candidata
Después, debió de hacer de tripas corazón, pasó a apoyar a la vicepresidenta Kamala Harris como candidata demócrata y hasta hizo campaña por ella antes de la cita en las urnas. “De repente me di cuenta y me sorprendió”, dice ahora sobre aquel momento, llamando al voto a favor de Harris y Tim Walz.
“Tienes que darte cuenta: Llevo casi 50 años en política. He sido una esposa política”, reconoce.
Sobre su relación con el ex presidente y próximo mandatario de EE UU, quien los ha ridiculizado durante años, son muchos los que se preguntan por qué le invitaron a la Casa Blanca y por qué ella es amable con él. Trump ni siquiera tuvo esa referencia hace cuatro años.
La amabilidad con Trump
“Joe y yo respetamos nuestras instituciones, nuestras tradiciones”, responde Jill. “Y es muy importante para mí que continúen y nosotros… ¿Qué sentido tendría ser desagradable?”.
En cuanto a la su sucesora primera dama (y antecesora), Melania Trump, ella le hizo un feo al no aceptar su invitación. Era la primera vez en la historia que una futura primera dama eludía sus responsabilidades y declinaba la invitación de la primera dama en ejercicio a tomar el té en la Casa Blanca. Una costumbre que Melania Trump se saltaba sin remilgos.
Pero es que Jill, en lugar de enojarse, lo que hizo es darle una nota a Trump para que se la pasara a Melania. “La felicité y le ofrecí ayuda”, ha explicado la primera dama a “The Washington Post”. No obtuvo respuesta hasta el funeral de Estado de Carter la semana pasada, cuando Melania le dio las gracias a Jill durante los saludos.
El legado de Jill Biden
A sus 73 años, Jill Biden ha vivido en la Casa Blanca 12 de los últimos 16 años. ¿Cómo quiere que la recuerden por ello?, le preguntan.
“Espero que las mujeres me vean como un reflejo de sí mismas. Ya saben, una madre, una abuela, una mujer trabajadora, una hermana, una amiga”, augura.
En suma, Biden quiere ser recordada como la mujer que viajó por todo Estados Unidos para consolar a los estadounidenses que salían del horror de la pandemia. También como educadora, “no sólo por ser la primera primera dama que mantiene un empleo a tiempo completo” (enseñando literatura y escritura en el Northern Virginia Community College), sino también por aportar “la mirada de un profesor” a una renovada visita a la Casa Blanca y por dar un toque de alfabetización a actos ceremoniales como el Easter Egg Roll anual.
También ha confesado que su acto favorito fue la primera “cena de Estado” para profesores del año, celebrada en mayo, en la que deslumbró a sus colegas educadores con una pompa de etiqueta reservada normalmente a los jefes de Estado. “Les dejó sin aliento”, manifiesta Jill con orgullo.
El legado del presidente Biden
No tiene tan claro que la historia vaya a ser magnánima con Joe Biden. Puede que muchos de sus logros queden eclipsados por sus errores. “Joe realmente luchó con esa decisión, indica la primera dama sobre el polémico indulto a su hijo Hunter Biden. “Quiero decir, empezamos… él empezó diciendo que no iba a indultar a Hunter. Pero luego creo que las cosas cambiaron. Las circunstancias cambiaron, y se hizo bastante evidente y obvio que los republicanos no iban a parar”, defiende.
“Tan importante como lo que Joe hizo o dejó de hacer, es quién es. Espero que recuerden a Joe como un presidente fuerte, empático, íntegro y con carácter”, describe Jill, antes de añadir que, “quiero decir, el carácter realmente lo es todo, ¿no?”.
Sobre el siguiente capítulo de Estados Unidos, una segunda presidencia de Donald Trump, Jill aconseja a todos los que están de duelo. “Yo digo: No olvidéis quiénes sois. Somos más fuertes de lo que creemos, y seguiremos adelante y continuaremos preocupándonos por todas las cosas que nos importan: los temas que nos importan, las personas que nos importan“, concluye.