Volver a casa quince meses después. Decenas de miles de palestinos de toda edad y condición regresaron este lunes a sus hogares en el norte de Gaza (o lo que queda de ellos, si acaso queda algo, dado que el 69% de los edificios de la Franja son escombros, según el Centro de Satélites de la ONU). La gran mayoría lo hizo a pie, con sus escasas pertenencias a cuestas. Hileras de personas que avanzaban como una gran masa uniforme a lo largo de la carretera de Rashid, paralela a la costa mediterránea, según las imágenes aéreas difundidas por los medios de comunicación palestinos.
Las Fuerzas de Defensa israelíes habían anunciado a primera hora de la mañana que permitirían a los desplazados cruzar Netzarim, el corredor que divide Gaza de este a oeste. Una cláusula comprendida en el acuerdo de alto el fuego, en vigor desde el 19 de enero, que debería de haberse cumplido el pasado domingo. Israel decidió, en cambio, no abrir el cruce en el momento acordado. Argumentó que Hamás no había cumplido su parte del trato con la retención a última hora de Arbel Yehud, una rehén civil a la que la organización islamista palestina debería de haber liberado en lugar de las cuatro militares que abandonaron la Franja el pasado sábado a cambio de otros 200 prisioneros palestinos.
Yehud será puesta en libertad antes del próximo canje, previsto en teoría para el próximo sábado, de acuerdo con Muhamad al Hajj Musa, portavoz de la Yihad Islámica, el socio menor de Hamás en Gaza que ha estado a cargo de muchas de las 251 personas capturadas en el salvaje atentado del 7 de octubre que segó la vida de 1.200 personas.
Ocho rehenes muertos
El portavoz del Gobierno israelí, David Mencer, confirmó este lunes en rueda de prensa que 25 de los primeros 33 rehenes en ser liberados en el marco de la primera fase de la tregua permanecen con vida, lo que significa que ocho han muerto.
“Puedo confirmar que Israel ha recibido de Hamás una lista que incluye el estatus de los 33 rehenes que serán liberados en esta primera etapa. La lista coincide con la información de inteligencia de Israel. Veinticinco de nuestros rehenes están vivos y ocho han sido asesinados por Hamás”, expresó Mencer, que evitó sin embargo hacer públicos los nombres de los fallecidos en el cautiverio. “Las familias de los rehenes fueron informadas del estatus de sus seres queridos”, zanjó el responsable de prensa del primer ministro.
Hasta la fecha, Hamás ha puesto en libertad a tres civiles y cuatro soldados israelíes. Todas mujeres. “Algunas de ellas nos dijeron que habían estado todo el tiempo en túneles bajo tierra”, subrayó en una rueda de prensa paralela el subjefe del cuerpo médico del Ejército israelí, el coronel Avi Banov.
Escombros
En la mañana del lunes, las Fuerzas de Defensa israelíes también habilitaron la carretera de Salah al-Din, paralela a la vía Rashid pero ubicada en el este de la Franja, para el acceso de los vehículos a la zona norte de Gaza. Con ciertas restricciones, eso sí.
“La transferencia de militantes o la transferencia de armas a través de estas rutas al norte de la Franja de Gaza se considerará una violación del acuerdo. No coopere con ninguna organización terrorista que pueda intentar usarlo para transportar armas o artículos prohibidos”, advirtió a los civiles palestinos el portavoz en árabe del Ejército israelí, Avichay Adraee, quien recordó además que “está prohibido acercarse a las fuerzas del Ejército de Defensa en todos los lugares de su despliegue y estacionamiento. En la zona sur de la Franja, está prohibido acercarse al área de cruce de Rafah, al área del eje de Filadelfia y a todas las áreas donde están estacionadas las tropas”.
Adraee reiteró a los desplazados la prohibición de “moverse al territorio israelí y acercarse a la zona de amortiguamiento”. Pero la peregrinación palestina se dirige a lo que un día fueron sus hogares en Ciudad de Gaza, Yabalia, Beit Lahia o Beit Hanoun, localidades que han sufrido el grueso de los ataques aéreos israelíes de forma ininterrumpida durante los últimos quince meses. Son casi 50.000 los palestinos que han muerto en el marco de la ofensiva, según los datos de las autoridades sanitarias locales. Una ofensiva que muchos no dudan en catalogar de genocidio.
El Gobierno de Hamás ha pedido un total de 135.000 tiendas de campaña y caravanas para alojar a los desplazados que regresan a sus hogares. “Siento como si esto fuera mejor que una fiesta, es el mejor día de nuestras vidas porque estamos volviendo a nuestras casas”, traslada Faraj Al Jamal, padre de familia palestino, a Efe. “Hoy vuelvo a casa y de aquí no nos van a desplazar, de aquí no nos iremos”.
Limpieza étnica
Los planes de Donald Trump se toparán con la resistencia de personas como Faraj Al Jamal. El presidente de Estados Unidos planteó el pasado sábado como solución a la gobernabilidad de la Franja el día después de la guerra el “traslado” de la población de Gaza a Jordania y Egipto. Una limpieza étnica en toda regla. Jordania y Egipto, socios preferentes de Estados Unidos en Oriente Próximo, rechazaron de plano la propuesta, sin embargo.
“No a ninguna solución para la causa palestina a expensas de Jordania o a expensas del derecho del pueblo palestino a su patria, a su libertad y a su soberanía”, sentenció este lunes en sede parlamentaria el ministro jordano de Exteriores, Ayman Safadi. El jefe de la diplomacia del reino hachemí reiteró que su país no aceptaría “la patria alternativa ni cualquier intento de socavar los derechos del pueblo palestino”. Una negativa que coincide con la postura que adoptó ayer el Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto. Los dos socios árabes de Washington insisten en la solución de los dos Estados.