Kamala Harris le ganó el debate a Donald Trump, pero está por ver que eso signifique también su victoria en la elección presidencial del 5 de noviembre. Esa es la lectura más extendida después del esperado cara a cara televisado entre ambos candidatos en la noche del martes. Noventa minutos de intercambio en los que Harris se mostró más solvente y logró que su oponente pareciera crispado y aferrado a mensajes tan increíbles como el bulo de los inmigrantes ilegales que se comen los gatos de la gente en una ciudad de Ohio.
La victoria de Harris fue la conclusión mayoritaria de los comentaristas que siguieron el debate, aunque, por supuesto, Trump se considera el ganador. Pocos minutos después de concluido el encuentro entre ambos en el Centro Nacional Constitucional de Filadelfia, apareció entre una nube de reporteros para tratar de colocar los mensajes que Harris no le había permitido transmitir durante el debate. “Ha sido mi mejor debate y pude mostrar lo débiles y patéticos que son”, dijo, en referencia a los demócratas.
La campaña de Harris sacó la conclusión radicalmente opuesta y nada más terminar el debate lanzó un comunicado pidiendo un segundo cara a cara entre ambos candidatos. Pero Trump no está ahora por la labor. “Estaría menos dispuesto ahora, porque tuvimos una gran noche, ganamos el debate”, dijo el expresidente.
Los republicanos se lanzaron también a criticar a los moderadores del debate, los periodistas de la cadena ABC Martha MacCallum y Bret Baier, a los que acusaron de tomar partido por Harris. “Fue un tres contra uno”, llegó a quejarse Trump. Trump pareció particularmente enojado cuando Baier refutó el bulo de los extranjeros que se comen las mascotas de la gente y recordó que el gerente de Springfield, la ciudad supuestamente afectada, lo había desmentido.
Una cadena más afín a Trump, Fox News, se ofreció a organizar un segundo debate entre los candidatos, pero el republicano no ha dado hasta ahora muestras de estar interesado. De hecho, pactar los detalles del anterior no fue nada fácil. La campaña de Trump puso como condición que los micrófonos solo se activaran durante el turno de palabra, pese a la insistencia del equipo Harris, que pensaba que un intercambio más espontáneo favorecería a su candidata. Al final, se hizo como quería Trump.
Harris recibió una buena noticia al poco de terminar el debate cuando la estrella del pop Taylor Swift anunció que le daría su voto en un mensaje en las redes sociales. Si sus millones de seguidores en todo el país siguen su ejemplo, eso supondrá un valioso empujón a las opciones de la candidata demócrata en una carrera que sigue de lo más apretado.
El martes, ambos candidatos coincidieron en Nueva York, en el acto de homenaje y recuerdo a las víctimas de los ataques del 11-S. En una imagen inusual, ambos se saludaron con un apretón de manos en presencia del presidente Joe Biden, que también asistió. Después, Harris y Biden se trasladaron por separado a Shanksville, en Pensilvania, donde cayó otro de los aviones secuestrados por los terroristas al-Qaeda aquel día, causando la muerte de 40 personas, a las que el presidente y la vicepresidenta homenajearon con una ofrenda floral.
La gran pregunta el día después es si su mejor rendimiento en el debate acerca efectivamente a Harris a la presidencia. A la espera de nuevas encuestas que reflejen el impacto del debate en los electores, especialmente en los estados-péndulo en los que puede decidirse la carrera, hay que conformarse con las pequeñas muestras a las que recurrieron los medios.
A juzgar por los siete electores a los que eligió la BBC, la actuación de Harris tuvo algún efecto. Cinco de ellos dijeron tras el debate que están ahora más cerca de votar por Harris. Pero ellos son solo una gota en el océano y solo sondeos más amplios y rigurosos permitirán discernir si de verdad el debate puede haber sido decisivo. En la campaña de Harris no olvidan que también Hillary Clinton le ganó debatiendo a Trump en 2016, y al final fue él el presidente.