Australia ha prohibido el acceso a las redes sociales a los menores de 16 años de edad. La ley acaba de ser aprobada por el Parlamento y se convierte así en pionera en restringir de manera legal a los adolescentes utilizar plataformas como TikTok, Twitter, Instagram o Facebook entre otras. La propuesta ha sido aprobada en el Senado por 34 votos a favor y 19 en contra y certifica la cruzada del Gobierno laborista de Anthony Albanese contra el uso de las redes sociales entre los más jóvenes. Entrará en vigor dentro de un año.
“Existe una clara relación causal entre el auge de las redes sociales y el daño a la salud mental de los jóvenes australianos”, afirmó cuando confirmó en septiembre que llevaría a votación la propuesta de ley. Durante los debates que se han llevado a cabo durante este año, Albanese ha llegado a calificar a estas plataformas de “lacra” y desde un principio dejó claro su objetivo: “Quiero que la gente pase más tiempo en los campos de fútbol que en sus teléfonos”. Además de a la salud mental y a la ansiedad, el máximo mandatario también aludió a la preocupación de los padres “por la seguridad de nuestros hijos en Internet”.
Sobre el papel, esta prohibición responde a los deseos de gran parte de la sociedad, sin embargo, aún no está claro cómo lograrán implementar esta norma entre los menores de 16 años de edad o si causará el efecto contrario. El Gobierno australiano ha expresado que las empresas que incumplan esta ley se enfrentarán a multas de alrededor de 30 millones de euros. Según la última encuesta llevada a cabo por la plataforma YouGov, el 77 por ciento de los australianos apoyan esta ley.
Españoles residentes en Australia están a favor
Entre este sector de la población se encuentra Clara, madre española residente en Australia desde hace hace casi un lustro y con un hijo de 13 años de edad. Es el único de su clase que no tiene teléfono inteligente y ambos describen lo difícil que ha sido mantenerse alejado de estos dispositivos. “Ha sido un poco difícil para comunicarse con los amigos”, relata a Artículo14 el adolescente. “Ahora va a ser más fácil para mí porque no va a haber una diferencia tan grande”, continúa. Su madre apunta que “no va a tener que justificarse constantemente porque ya será ilegal”, argumenta Clara.
Otra madre, Sara, tiene un pequeño de ocho años, y también acoge de buen agrado la aprobación de esta ley. Muchos de sus amigos del colegio ya acceden a las redes sociales. “Nosotros mismos no somos capaces de manejarlas, no sabemos cuánto es verdad de lo que estamos viendo, hay muchas noticias falsas. Debemos tener la cabeza bien amueblada y tener mucho criterio para investigar un poco más, para ver si lo que estamos viendo es cierto o no. ¿Cómo le vamos a pedir eso a los niños?”, sostiene. “Decirle al niño que la ley no se lo permite, pues es un alivio la verdad. Te quitas un peso de encima”.
Avisos de organizaciones como Amnistía Internacional
No todo son aplausos a esta nueva normativa. Un nutrido sector se ha mostrado contrario a la aprobación de esta legislación. La Coalición que conforma la oposición liderada por Peter Dutton presentó una carta abierta firmada por 140 expertos especializados en bienestar infantil y tecnología en la que critican esta iniciativa al calificarla de “un instrumento demasiado contundente para abordar los riesgos con eficacia” y argumenta que “crea aún más riesgos para los niños que aún pueden utilizar plataformas” y que las prohibiciones “afectan a los derechos de acceso y participación”. Además, un director de los servicios de salud australianos alega que “el 73 por ciento de los jóvenes australianos que acceden a apoyo para la salud mental lo hacen a través de las redes sociales”. Algunas organizaciones añaden que los grupos de jóvenes más vulnerables podrían salir perjudicados por esta ley.
No están solos. Entre las alrededor de 15.000 propuestas en contra que se recibieron en un día, estaba la de Amnistía Internacional, que recomendó no aprobar el proyecto de ley porque “aislar a los jóvenes” no cumpliría el objetivo de “mejorar sus vidas”.
Jóvenes escépticos
La juventud australiana también se ha pronunciado. Un joven de 17 años ha contado a esta publicación que la aprobación de la ley le parece bien, ya que “no deberían acceder desde tan pequeños”. Otra chica se mostró escéptica y afirmó que “los adolescentes accederán si quieren” y otro confiesa que él mismo ha mentido sobre su edad en muchas ocasiones. Los retos para evitar este tipo de acceso son mayúsculos y existe cierto temor a que acaben ingresando en las redes sociales a través de las dark webs y así se expongan a otros riesgos.
Australia se convierte así en el primer país democrático en implementar este tipo de restricciones y servirá como ejemplo para otras naciones que tienen previsto legislar el acceso a redes sociales preocupados por el impacto en la salud mental. Francia y algunos estados de Estados Unidos están legislando este tipo de restricciones, aunque no han llegado tan lejos como el Parlamento australiano.
Según apunta en su blog el psiquiatra Manuel Cassinello, las redes sociales pueden tener efectos negativos en el “bienestar emocional de sus usuarios más jóvenes”. Entre ellos se encuentran la “comparación social y baja autoestima”, la “ansiedad y depresión”, el “aislamiento social” o al “ciberacoso”.
Respuesta de las plataformas
La ley choca frontalmente con la vía que está tomando el principal aliado de Australia, EE.UU., en relación a privacidad y redes sociales. Tras la elección de Donald Trump, Elon Musk se ha convertido en un elemento fundamental en su Administración. El innovador estadounidense forma parte de su gobierno y ha respondido en la plataforma X a Anthony Albanese. “Parece una forma encubierta de controlar el acceso a Internet de todos los australianos”.
Seems like a backdoor way to control access to the Internet by all Australians https://t.co/694yCzWOaB
— Elon Musk (@elonmusk) November 21, 2024
La cruzada australiana contra las redes sociales no es nueva. El país se convirtió en la primera nación en obligar a pagar derechos de autor a los medios de comunicación por compartir noticias y contenidos.
Según Reuters, un portavoz de Meta ha expresado que respetan la legislación australiana, aunque se muestran “preocupados” por el proceso, que “apresuró la aprobación de la legislación sin considerar adecuadamente las pruebas, lo que la industria ya hace para garantizar experiencias apropiadas para la edad, y las voces de los jóvenes”. Añade que “la tarea ahora se centra en garantizar que se realicen consultas productivas sobre todas las normas asociadas al proyecto de ley para asegurar un resultado técnicamente viable que no suponga una carga onerosa para padres y adolescentes, y un compromiso de que las normas se aplicarán de forma coherente en todas las aplicaciones sociales utilizadas por los adolescentes”, sentenció.