Dos años y siete meses han pasado desde que Rusia traspasara las fronteras de Ucrania para invadir el país. Una guerra que ya ha alcanzado los más de 900 días y con más 2.300 militares ucranianos muertos en combate. El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, no esperaba cuando ordenó la invasión el 24 de febrero de 2022 que el conflicto fuese a extenderse tanto en el tiempo. Tampoco contaba con el apoyo de los países más poderosos de Occidente, junto a la OTAN, a Ucrania, elemento clave para entender por qué Ucrania ha podido resistir durante tanto tiempo a las ofensivas de Rusia, pese a tener este último un ejército mucho más poderoso y mayor riqueza en armas y explosivos.
Tras casi 1000 días de tensión, el conflicto entre Rusia y Ucrania se ha convertido en una guerra de desgaste en la que no solo miles de militares sino también civiles han caído. Alcanzar las mejores bazas estratégicas se ha convertido en algo clave para situarse por delante del enemigo. Recientemente, Ucrania ha lanzado una incursión militar en territorio ruso, en la región de Kursk, lo cual ha supuesto un giro inesperado en el desarrollo de la guerra.
Cómo es la situación actual
Ahora mismo se sabe que Ucrania controla cerca de 1.250 km2 en territorio ruso que incluyen algo más de 90 localidades. Mantiene unos 10.000 efectivos en dicho territorio y ha conseguido destruir tres puentes en la región de Kursk con el objetivo de impedir apoyo logístico a las tropas rusas. Ahora, Ucrania intenta conservar y ampliar el terreno conquistado de cara a las esperadas negociaciones.
Lo más reciente es que Ucrania ha alertado de que Bielorrusia está acumulando tropas en su frontera norte. Además, vuelven a haber periodistas heridos y uno desaparecido en ataques rusos contra Kramatorsk. Por otro lado, el presidente Zelenski ha agradecido la nueva ayuda anunciada por EEUU, valorada en 125 millones de dólares, y ha vuelto a insistir en la necesidad que tiene Ucrania de recibir más armas.
Otro tema preocupante de la guerra son los prisioneros. Rusia y Ucrania canjean 230 prisioneros, al menos que se sepa, tras la incursión fronteriza en Kursk. Ahora, se espera a las negociaciones de ambos países, algo que será fundamental para el transcurso de la guerra.
La tensión sigue siendo muy latente, especialmente tras anunciar recientemente Kiev que Bielorrusia “acumula” tropas en la frontera y advierte sobre “actos hostiles”. Algo que podría complicar más aún la situación al implicarse otro país directamente en pro de Rusia.
Lo más actual que se sabe hasta el momento es lo publicado por el presidente de Ucrania en su mensaje diario. Volodímir Zelenski, ha informado de “avances” en la región rusa de Kursk y la toma de dos pueblos, más de dos semanas después de lanzar una ofensiva. “Acabo de hablar con el comandante en jefe, Oleksandre Syrsky, y ha habido avances de nuestras tropas en la región de Kursk. De uno a tres kilómetros. Hemos tomado el control de otras dos aldeas”, ha indicado Zelenski.
Las consecuencias de la guerra
La guerra no solo ha dejado miles de muertos y heridos tanto militares como civiles, sino que también ha supuesto el destroce de la mayoría de ciudades rusas y especialmente ucranianas. Hay 230 prisioneros de guerra y cada vez más periodistas secuestrados. Además, no solo ha supuesto consecuencias para los dos países involucrados en el conflicto, sino que ha repercutido muy notoriamente de manera indirecta en todo el mundo.
En primer lugar, en la alimentación. Rusia y Ucrania son principales exportadores de productos de primera necesidad como el trigo. La guerra ha dado lugar a que el precio de los granos llegara a niveles nunca antes vistos. La propia ONU advirtió hace ya un año que la amenaza de padecer hambre se cernía sobre millones de personas.
La guerra ha supuesto una situación de inflación mundial, ademas de la peor crisis energética global desde la década de los 70. Los precios de los energéticos han aumentado en muchas partes del mundo al tiempo que los países han hecho por disminuir o suspender la compra de combustibles fósiles procedentes de Rusia.
La OTAN, EEUU, y Occidente se ha visto implicada en la guerra, pues han ayudado y siguen ayudando a Ucrania, especialmente con el suministro de armas. Rusia por su parte cuenta con el apoyo indirecto de China y ahora aparentemente con el de Biolorrusia, que, según Zelenski, cuenta con tropas en las fronteras.
Por otro lado, Europa ha recibido miles de refugiados ucranianos, algo que afecta al país en sí y a Occidente ante la masificación de tantas personas. Y por último, el medio ambiente, que está siendo la gran víctima silenciosa de esta guerra. Toneladas de crudo se amontonan en la tierra. Las sustancias químicas de fábricas destruidas contaminan gravemente el agua, los suelos, los ecosistemas y las superficies agrícolas, según expertos de Naciones Unidas. Por lo que la guerra de Rusia y Ucrania es un desastre humano y también ecológico. Una catástrofe de la que se tardará mucho tiempo en recuperarse.