España ha reconocido este martes a Palestina como estado independiente, con la esperanza de alcanzar pronto la paz con Israel. No es el único país: tanto Irlanda como Noruega se han coordinado para ser sumarse a la decisión.
Otros miembros de la Unión Europea, Eslovenia y Malta, también han indicado en las últimas semanas que planean hacer el reconocimiento, argumentando que una solución de dos estados es esencial para una paz duradera en la región.
Reconocer Palestina es hacer “justicia para los palestinos” y “la mejor garantía de seguridad para Israel”, afirmó el domingo el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, junto al primer ministro palestino, Mohamed Mustafa, en Bruselas.
Israel ya ha compartido su rechazo a la decisión, retirando a los embajadores de Noruega y de Irlanda, y amenazando a España: “Aquellos que premien a Hamás e intenten establecer un Estado terrorista palestino no tendrán contacto con los palestinos”, aseguró el ministro de exteriores israelí, Israel Katz. ¿Tienen fundamento sus amenazas? ¿Qué consecuencias reales puede tener el reconocimiento de Palestina? Grace O’Sullivan, eurodiputada irlandesa en el grupo de Los Verdes, explica a Artículo14 el mensaje que su Gobierno, el noruego y el español han querido transmitir a la comunidad internacional.
¿Cuáles son los efectos prácticos de reconocer a Palestina como un Estado?
Suceden varios pequeños cambios prácticos al reconocer oficialmente al Estado palestino. Por ejemplo, nuestros lazos diplomáticos se actualizarán de misiones a estatus de embajada completa. Pero no son suficientes; aunque damos una calurosa bienvenida al reconocimiento de Palestina por parte de Irlanda, seguiré presionando para adoptar medidas adicionales como la suspensión del Acuerdo de Asociación UE-Israel y un embargo a las exportaciones de armas.
¿Qué significa el reconocimiento en términos de simbolismo? ¿Qué mensaje se está comunicando a Israel, Palestina y la comunidad internacional?
Irlanda esperaba reconocer a Palestina como parte de un acuerdo de paz de dos estados, pero en su lugar reconocemos a Palestina para mantener viva la esperanza de esa solución de dos estados. Es un acto simbólico, un acto de solidaridad con el pueblo palestino en un momento de enorme sufrimiento. Nuestro mensaje es claro: el reconocimiento de Palestina no es el final de un proceso; es el comienzo. Enviamos un mensaje a la comunidad internacional para redoblar nuestros esfuerzos para asegurar una paz justa y duradera, y un futuro mejor para Palestina e Israel, haciendo realidad la solución de dos estados. No puede haber progreso sin paz.
¿Cree que otros países europeos seguirán el ejemplo de Irlanda, España y Noruega? ¿Deberían hacerlo?
No puede haber una solución de dos estados sin dos estados. Todos apoyamos ese resultado, de una manera que proporcione paz y seguridad duraderas para palestinos e israelíes. Creo que otros países admirarán el liderazgo de Irlanda, España y Noruega, y se moverán para reconocer oficialmente al Estado de Palestina a medida que vaya pasando el tiempo.
¿Qué impulsó a Irlanda a reconocer a Palestina como un Estado?
Irlanda ha señalado durante mucho tiempo su apoyo al reconocimiento de Palestina como estado. Esperábamos avanzar hacia un reconocimiento formal como parte de un progreso más amplio hacia una solución pacífica de dos estados. Sin embargo, en ausencia de cualquier progreso, y en el contexto de la grave situación en Gaza, Irlanda decidió avanzar, trabajando estrechamente con sus socios.
La importancia del reconocimiento
Según estos países, el reconocimiento del Estado palestino es importante por varias razones. Primero, se trata de un acto de justicia histórica. En 1947, el plan de partición de la ONU proponía la creación de un estado judío junto a un estado palestino, pero los palestinos y el mundo árabe rechazaron la propuesta porque les otorgaba menos de la mitad del territorio, a pesar de que constituían dos tercios de la población. Reconocer a Palestina ahora rectifica en parte esa injusticia histórica y reconoce los derechos del pueblo palestino a tener su propio estado.
En segundo lugar, el reconocimiento del Estado palestino tiene implicaciones clave en el ámbito diplomático. Este paso no solo mejora la posición internacional de Palestina, sino que también aumenta la presión sobre Israel para que reabra las negociaciones de paz. Con el apoyo de países como España, Irlanda y Noruega, se envía un mensaje claro de que la comunidad internacional no aceptará la inacción y que se debe trabajar hacia una solución de dos estados que garantice una paz duradera en la región.
Además, el reconocimiento tiene un gran valor simbólico. Es un acto de solidaridad con el pueblo palestino en tiempos de sufrimiento y un recordatorio de que la comunidad internacional apoya su derecho a la autodeterminación. Al reconocer a Palestina, se reafirma el compromiso con una solución de dos estados y se envía un mensaje de esperanza y determinación para lograr una paz justa y sostenible.
Por último, este reconocimiento también puede influir en otros países a seguir el mismo camino. Aunque aún no se ha logrado un consenso entre todas las grandes potencias occidentales, el liderazgo de países europeos puede motivar a otros a considerar el reconocimiento de Palestina. Este movimiento puede revitalizar los esfuerzos internacionales para resolver uno de los conflictos más complejos y prolongados del mundo, subrayando que no puede haber progreso sin paz y que la solución de dos estados es la única vía viable hacia una coexistencia pacífica.