Figura política controvertida, Golda Meir se convirtió en primera ministra de Israel en 1969, a los 71 años, tras una larga carrera política. Pasó cinco años al frente del país y lo guio a través de dos guerras. Sus políticas tuvieron una influencia duradera en el conflicto de Oriente Próximo.
Hoy, la “Dama de Hierro de Israel” es vista en el extranjero como una gran figura sionista y una pionera política. Sin embargo, sus detractores la consideran una extremista estrecha de miras y llena de prejuicios. A los ojos de gran parte de la población israelí, encarna el fracaso de los esfuerzos de paz.
Sueño sionista y socialista
Recordada como una de las figuras fundadoras del Estado judío, Golda Meir representa la realización del sueño sionista y socialista y es la única mujer que ha dirigido el Gobierno israelí.
Meir nació en 1898 en Kiev, capital de la actual Ucrania, con el nombre de Golda Malbovitch. Emigró a Estados Unidos en 1906, donde vivió en Milwaukee y luego en Denver. Allí se casó con Morris Myerson en 1917. En 1921 se trasladaron a Palestina, donde vivieron en Tel Aviv y más tarde en Jerusalén. Enfrentada a la disyuntiva de “dedicarse por completo a su familia” o “tener una vida deseada con un propósito mayor”, eligió la segunda opción, separándose de su marido poco después.
Miembro de la central sindical Histadout, en 1940 Meir se convirtió en uno de los jefes del departamento político de la Agencia Judía (el futuro gobierno israelí). En mayo de 1948, Meir fue miembro del Consejo de Estado Provisional de Israel y, como tal, fue la única mujer que firmó la declaración de independencia del nuevo Estado.
"We refuse, absolutely, to be the only people in the world which consents to having its fate decided by others."
-Golda Meir pic.twitter.com/dldlz02z1y— Amir Tsarfati (@beholdisrael) April 12, 2024
Apoyando a David Ben Gurion, con quien fundó el Partido Laborista Mapai, fue delegada a Estados Unidos para recaudar fondos destinados a adquirir armas para el futuro Estado de Israel. Esta recaudación de fondos permitió al futuro Estado obtener 50 millones de dólares para financiar sus compras de armas en Praga. La URSS apoyaba política y militarmente a las fuerzas judías en Palestina. Ben Gurion diría más tarde que “la historia recordará que hubo una mujer judía que encontró el dinero para hacer posible Israel“.
En septiembre de 1948, Golda Meir se convirtió en la primera embajadora de Israel en Moscú, con la misión de cultivar esta alianza decisiva en un momento en que la represión estalinista caía sobre los judíos soviéticos.
Considerada una “luz brillante”, Golda Meir fue nombrada ministra de Trabajo y luego ministra de Asuntos Exteriores entre 1949 y 1966. En particular, garantizó el avance diplomático de Israel en África. Pero agotada por sus responsabilidades, decidió abandonar el Gobierno.
Sin embargo, la repentina muerte del primer ministro Levi Eskhol en febrero de 1969 y la rivalidad entre Shimon Peres e Isaac Rabin llevaron al Mapai o Partido Laborista a elegirla como primera ministra. Los israelíes la querían y confiaban en ella. Hay que reconocer que es una figura fuerte e inflexible, la “dama de hierro” de Israel.
Para ella, lo único que importa es la misión que se impuso en su juventud: defender la causa sionista contra viento y marea.
Inflexible
Con su fuerte carácter, es conocida por ser inflexible, brusca e incluso dura con quienes la rodean. Pero no le importa, y nada puede desviarla de su proyecto. Ser mujer en un entorno predominantemente masculino no es una ventaja a sus ojos, pero es decidida y testaruda, y se niega a que su sexo sea su debilidad. David Ben Gurion, fundador del Estado hebreo, la describió en una ocasión como el “único hombre” de su Gobierno.
Como primera ministra, sus posiciones eran inflexibles. No dudó en utilizar la represión de mano dura contra los agresores del Estado de Israel. “Los árabes quieren que muramos. Nosotros queremos vivir. Es muy difícil llegar a un compromiso”, afirmó.
En 1971, rechazó la propuesta de paz del presidente egipcio Anwar Sadat a cambio del regalo del Sinaí… e ignoró erróneamente sus advertencias. El 6 de octubre de 1973 estalló la Guerra del Yom Kippur, que costó la vida a 2.350 israelíes.
Golda Meir fue acusada de no haber lanzado un ataque preventivo… Presionada, dimitió el 11 de noviembre de 1974. No dejó tras de sí la imagen de una abuela de Israel bondadosa y benévola. Pero desde los pogromos ucranianos de su infancia hasta la dureza de los kibbutzim y la amargura de las batallas políticas, Golda Meir siguió siendo la fortaleza áspera e inexpugnable de la “tierra de la leche y la miel”.
“Visión histórica”
El ex secretario de Estado estadounidense Henry A. Kissinger la describió como “una mujer de hierro, que nunca se retractó de sus decisiones una vez tomadas, y que estuvo marcada por una fe y un idealismo que permitieron alcanzar una visión histórica en una tierra estéril”.
Tal vez sea más elocuente el homenaje rendido por un antiguo adversario. El presidente egipcio Anwar Sadat, que dirigió su país durante la Guerra de Yom Kippur, también comentó la muerte de Golda Meir en términos elogiosos. Para él, fue una adversaria honesta que desempeñó un papel innegable en la firma del primer acuerdo de retirada militar entre Israel y Egipto.