Símbolo de Francia

Gisèle Pelicot: entre la aclamación pública y el silencio de la clase política

Una multitud de simpatizantes venidas de todas partes de Francia la han recibido con ovaciones y aplausos. Sin embargo, sólo tres diputadas se han desplazado hasta Aviñón

Gisèle Pelicot, escoltada por su abogado Stéphane Babonneau, llega al tribunal penal en Aviñón, sur de Francia, el 16 de diciembre de 2024 EFE/EPA/Guillaume Horcajuelo

Cuando este jueves el tribunal de Aviñón haga público el veredicto de los 51 acusados de violar a la septuagenaria Gisèle Pelicot bajo efectos de somníferos suministrados por su marido, ella habrá logrado instaurar en la sociedad el debate en torno a expresiones poco habituales hasta entonces como “sumisión química” y “consentimiento”. Y lo habrá hecho tras 16 duras semanas de audiencias. Porque Gisèle Pelicot es hoy un fenómeno mundial y una referencia en la lucha contra la violencia machista, pese al mutismo de la clase política francesa.

La firme decisión de esta mujer violada durante casi diez años de mantener el juicio a puertas abiertas -en contra el parecer del presidente de la corte, del ministerio público y de los abogados de los acusados- supuso un giro mediático sin comparación y una movilización social a escala planetaria.

Máxima expectación. La abogada de Dominique Pelicot atiende a la prensa en la corte de Aviñón

Interés internacional

Nada menos que 165 medios, de los cuales 76 internacionales, se acreditaron para cubrir el juicio. Gisèle ha sido portada en los más reconocidos medios occidentales como The Guardian, el New York Times, The Times, Der Spiegel… Fue elegida una de las 100 mujeres más influyentes del mundo por el Financial Times. Su retrato sale estampado en la edición alemana de la revista Vogue, su historia es tema de tertulias y podcasts en Países Bajos, de reportajes en Japón y en la República Checa. La cadena privada de televisión Channel 5 acaba de difundir un documental en horario de máxima audiencia. La BBC también prepara el suyo.

A diario, una multitud de simpatizantes venidas de todas partes de Francia la recibe con ovaciones y aplausos. Hacen colas de hasta tres horas para lograr una plaza en la sala de retransmisión de la audiencia. Las que no pueden venir en persona, envían mensajes y la saludan desde las redes sociales. Artistas dibujan su retrato y graban sus frases en los muros de decenas de ciudades. Desde Australia, una asociación le envió una bufanda de seda confeccionada por artistas aborígenes.

La clase política

Pero la incontestable importancia concedida a la lucha de esta mujer que en diciembre cumplió 72 años contrasta con el silencio de la clase política francesa. Desde que el presidente francés, Emmanuel Macron, convocase elecciones legislativas anticipadas tras la inapelable victoria de la ultraderecha en las europeas de junio, la fragmentada Asamblea Nacional francesa y los sucesivos gobiernos fruto de la inestabilidad política parecen haberse preocupado más en sus querellas internas que en debatir los problemas cruciales que este histórico juicio sacó a la luz.

Francia

En un muro cercano al tribunal penal de Aviñón (Francia), el 16 de diciembre de 2024, aparece un grafiti en el que se lee “Justicia para Gisele, justicia para todas”

Si es cierto que los poderes judicial y legislativo son independientes, los parlamentarios también deben estar atentos a los problemas y las necesidades de la sociedad. Pero muy pocos comentaron públicamente lo sucedido. Y aún menos los que acudieron al tribunal de Aviñón. Sandrine Josso, la diputada centrista víctima de sumisión química, cruzó el país varias veces para apoyar a Gisèle y a su hija. Ella es madrina de la asociación “M’endors pas” (No me duermas), creada por Caroline Darian, la hija de Pelicot. En entrevista a Artículo14, Josso describió Gisèle como una “mujer valiente” y afirmó: “Afortunadamente, ella tiene apoyo, y es importante que lo tenga”.

Cambiar la ley

También estuvieron en el tribunal la diputada Sarah Legrain (La Francia Insumisa) y la senadora ecologista Mélanie Vogel, autoras de proyectos de ley para incluir el consentimiento en la definición legal de la violación -algo que ya ocurre en más de una decena de países europeos, pero aún divide especialistas en Francia. Otros rostros conocidos fueron los de la líder de los ecologistas, Marine Tondelier, y de la ex ministra socialista de los derechos de las mujeres, Laurence Rossignol.

Un grafiti de Gisele Pelicot en las paredes de Francia (@ladame_quicolle)

El silencio chirría en particular en el caso de Macron, quien, en su primer mandato (2017-2022), había declarado la igualdad entre mujeres y hombres como “grande causa nacional” -una distinción que permite dar visibilidad al tema con la publicidad gratuita en los medios de comunicación públicos-. A finales de 2023, el presidente había defendido con efusión el actor Gérard Depardieu ante acusaciones de violación y agresión sexual. El actor se enfrenta actualmente a tres demandas en la justicia.

Pelicot

Gisele Pelicot camina frente a sus abogados Stephane Babonneau y Antoine Camus, en el Tribunal de Aviñón

Pero el huracán Gisèle no podía dejar al Gobierno completamente indiferente. El ex primer ministro conservador Michel Barnier había anunciado, a título experimental y sin un calendario definido, un kit para detectar sustancias químicas en presuntas víctimas, reembolsado por la seguridad social. No se sabe si el futuro nuevo gobierno seguirá con la medida. Por su parte, el Centro de Adicto-vigilancia de París lanzó el 15 de octubre una plataforma para orientar víctimas y profesionales de salud, y desde entonces recibe una oleada de llamadas.