Hace solo unos días Politico, la influyente cabecera global, señalaba en un artículo a la primera ministra Giorgia Meloni como la mujer más importante de Europa. El editorial, que ha dado la vuelta al mundo, comenzaba con una frase que encierra todo el significado del lugar político que ahora ocupa la primera ministra italiana: “¿A quién llamas cuando quieres hablar con Europa?”. La respuesta era directa: “Si eres Elon Musk, el número que marcas pertenece a Giorgia Meloni”. La relación que el hombre más rico del mundo y la primera ministra mantienen podría suponer una línea directa de conversaciones entre la Casa Blanca y la UE, o al menos eso dicen algunos expertos, en el futuro próximo. Tanto es así que su feeling es desde hace tiempo carne de meme. Hace pocos días se viralizó un vídeo creado con inteligencia artificial en el que ambos se besaban.
Fue precisamente Musk el que en septiembre le entregó la insignia del Global Citizen Awards en Nueva York elogiando su trabajo. Lo hizo también directamente el presidente electo de EE UU Donald Trump en un vídeo viralizado en las últimas horas en el que le preguntaban por Meloni y él respondía: “Es fantástica, es una líder y una persona fantástica”. Meloni recogió el guante y publicó en X, antiguo Twitter, un agradecimiento al líder republicano por sus “bellas palabras”. Trump ha sido además, en las últimas horas, elegido como portada de la revista estadounidense Time como hombre del año. Una portada mundial con un gran significado simbólico para Trump y un editorial que le coloca el título a Meloni como “mujer del año”.
Un nuevo orden global
La primera ministra ha ido trabajando ese rol de interlocutora durante sus dos años en el Gobierno italiano. Primero modulando su perfil internacional para encajar en la alianza atlántica. Luego convirtiendo el debate sobre la gestión migratoria en un tema de primer nivel en Europa, ganándose la confianza también de Ursula von der Leyen y dejando atrás, especialmente en sus visitas al extranjero, sus famosos y exaltados discursos electorales. Ahora que la parte más difícil la ha conseguido, el haber sido una interlocutora fiable incluso para los gobiernos que no eran afines a su derecha más radical, con el nuevo orden global tras la victoria de Trump o con el primer año de Gobierno de Milei en Argentina, su perfil, precisamente por esa nueva red de política mundial, ha ganado más importancia que nunca. Ella forma parte del nuevo club de la geopolítica mundial.
Es por eso que esta semana parece que para Giorgia Meloni todo va cogiendo más forma que nunca. Hace un año estaba recibiendo a Elon Musk en su evento de partido, el famoso Atreju, un festival de Hermanos de Italia que une diferentes actividades entre las que está la participación de varios invitados de primer nivel. Este fin de semana la estrella será el presidente argentino Milei que celebra estos días una visita oficial a Italia y aprovecha el palco de Giorgia Meloni para demostrar su unión con la líder. De hecho, se ha conocido en las últimas horas, que podrían incluso concederle la ciudadanía italiana debido al origen de los abuelos del presidente argentino, que eran del sur del país transalpino.
Una mujer y un cargo en masculino
La mujer que consiguió llegar a la cima de la política italiana por primera vez en la historia de la República quiso llamarse, en masculino, presidente. Era una manera de darle una forma a su perfil político. Convirtió la utilización del masculino para su cargo en una batalla cultural para reivindicar que el uso del lenguaje inclusivo, una de las luchas históricas del feminismo, no tenía nada que ver con la igualdad. No era una cosa importante, sino que era incluso objeto de burla, como ha demostrado en varios de sus discursos. Hace unas semanas, un vídeo de la líder ironizando sobre el uso del femenino en algunos trabajos incendió las redes sociales.
Fuera de las fronteras italianas esta discusión parece estéril y al mismo tiempo poco práctica. En la reciente visita de Sus Majestades Felipe y Letizia, el Rey nombró a la líder como “la presidente del Consejo de Ministros” para luego rectificar inmediatamente con el masculino “el presidente del Consejo de Ministros”. Precisamente la visita de la Corona española sirvió para entregar la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica que el Gobierno español ha concedido a la líder. Una condecoración que reconoce los méritos extraordinarios de aquellas personas que contribuyen a las relaciones de amistad con la nación española y que suele entregarse y concederse como protocolo en este tipo de viajes de Estado.
Un Gobierno estable
Giorgia Meloni es ya un perfil sólido para muchos fuera y dentro de las fronteras italianas. Y ahora es mucho más fuerte que hace dos años porque ha reforzado su perfil dejando de lado, especialmente en su imagen internacional, los mayores pesos de su joven militancia política en el postfascismo italiano. A nivel interno porque la estabilidad de su Gobierno, con una oposición debilitada y dividida, eleva a la enésima potencia la habilidad política natural que muchos reconocen en la líder italiana.
En la política nacional la líder no ha perdido la oportunidad de llevar a cabo diferentes reformas de carácter ultra conservador. Por un lado ha endurecido las normas para dificultar el trabajo de las Ong que realizan salvamentos en el Mediterráneo y ha potenciado su retórica contra los inmigrantes. Hace casi un mes, el 25 de noviembre, respaldó las declaraciones de uno de sus ministros que relacionaba la violencia que sufren las mujeres con la inmigración. Precisamente en esa línea ha intentado convertirse en un modelo en Europa con sus centros de externalización migratoria extracomunitarios, centros que por ahora la Justicia ha frenado. A nivel social, ha creado un mecanismo para negar la inscripción en registro de los hijos de parejas LGTBI y ha declarado la gestación subrogada un delito universal. Pero, en muchos casos, estas políticas internas de extrema derecha quedan eclipsadas por momentos virales donde saca a relucir su gran sarcasmo.
Politico destaca uno de esos momentos relatando la anécdota en la que respondió al presidente de la región de la Campania, Vicenzo De Luca, utilizando término con el que él la había insultado en otra ocasión. “Soy la cabrona de Meloni”. De hecho, la percepción de una imagen reforzada se confirma con las encuestas, hasta el momento siempre favorables para Hermanos de Italia, que sigue siendo el primer partido del país rozando siempre, o incluso por encima, del 30% de los votos. Eso sí, el abstencionismo sigue siendo una realidad fundamental para conocer el mapa político social en este momento en Italia. Pero, mientras tanto, Meloni sigue al frente del Gobierno más estable, por el momento, entre los principales países de la UE, especialmente con la situación de inestabilidad que viven Francia y Alemania.