La primera ministra italiana Giorgia Meloni ha terminado el curso con un aprobado. Su segundo año como presidenta del Consejo de Ministros acaba, dice ella, con buena nota y casi sin rasguños. La buena nota se la han dado los votantes en las elecciones europeas, donde mejoró su porcentaje de las generales de septiembre de 2022, con un 28,7% de los votos siendo de nuevo el primer partido. Con ese resultado se garantiza, al menos, otro período tranquilo de la legislatura y coge fuerza para terminar los cuatro años, algo bastante inaudito en Italia. Casi sin rasguños porque la presidencia italiana del G7 ha sido una oportunidad para colocar a la líder italiana a nivel internacional, pero ha tenido que tragarse algún enfado tras ser ignorada por completo en las negociaciones de cara a la nueva legislatura de la Unión Europea.
Meloni se siente fuerte y lo reivindica en una entrevista en exclusiva a la revista del corazón Chi! antes de sus vacaciones. La primera ministra defiende, sobre todo, su rol político junto a sus obligaciones como madre y la capacidad para conciliar. De hecho, comienza respondiendo a la polémica de los últimos días en Italia tras la foto que la retrataba bajando del avión, recién llegada a su viaje oficial en China, de la mano de su hija Ginevra, de seis años.
Una semana sin Ginevra
“No entiendo las razones (de la polémica), francamente. Entre viajes y obligaciones tenía que estar fuera casi una semana, dejando a mi hija en casa o en casa de amigos. Me hace gracia la gente que se considera moralmente superior como para decir a una madre como criar a su hija”, expresó Meloni en la entrevista.
Un aspecto que ha generado críticas, especialmente en las redes sociales, que no son nuevas para la líder. De hecho, ya en noviembre de 2022, Ginevra acompañó a su madre al G20 de Bali y en aquel momento también se desencadenaron duros comentarios con la primera ministra. Meloni vuelve a responder: “Creo que cada madre sabe perfectamente lo que es mejor para su prole y debe elegir en libertad”. “Es más, este es también un reto cultural que afecta a todas las mujeres: creo que si yo, que soy presidente del Consejo de Ministros, consigo mostrar que mi cargo es compatible con la maternidad, ya no habrá excusas para aquellos que usan la maternidad como pretexto para no hacer crecer a las mujeres en sus puestos de trabajo”, añade.
Apoyo a la maternidad
Giorgia Meloni ha puesto siempre en el centro de su discurso político la maternidad y el reto demográfico que tiene Italia. Desde su entrada en el Gobierno, lo que hasta el momento habían sido promesas electorales, comenzaron a convertirse en medidas para apoyar la maternidad. De hecho, la líder ha presumido siempre de su “compromiso” con todas las madres, aunque, en realidad, estas medidas parecen ser insuficientes y muchos expertos han señalado que no enfocan el problema de forma solvente porque ofrecen ayudas especialmente a partir del segundo hijo. Por esta razón muchas mujeres que aún dudan sobre su maternidad no encuentran incentivos en tener el primer hijo, debido a las escasas ayudas y apoyo por parte del Estado.
A eso se le suma un gran problema derivado, el del paro femenino, debido en muchas ocasiones al trabajo de cuidado de los hijos y de los mayores que en Italia asumen mayormente las mujeres. De hecho, según datos de enero de 2024, el país transalpino está a la cola en Europa sobre ocupación femenina, está al 55% y la media europea al 69,3%, y una de cada cinco mujeres sale del mercado laboral tras la maternidad.
Desempleo femenino
Las mujeres que trabajaban en Italia son 9,5 millones frente a los 13 millones de hombres. La primera ministra Meloni se muestra comprometida con esa realidad, de hecho repite en esta entrevista, “sobre el papel, realizar un trabajo importante y demostrar que se pueden criar hijos al mismo tiempo no debería ser una revolución, pero en esta sociedad que habitualmente usa los hijos como impedimento para los objetivos laborales lo es”. Aunque el mensaje es claro, la realidad de las medidas y los datos dejan aún un escenario bastante alejado del discurso de la primera ministra.
En la entrevista para la revista italiana del corazón reivindica también una buena relación con su ex pareja y padre de su hija, Andrea Giambruno, del que se separó en octubre del año pasado tras una enorme polémica. Varios vídeos robados en una pausa de su trabajo en televisión, lo retrataban con comentarios machistas, sexistas y salidos de tono con sus compañeras de trabajo.
Aquellas imágenes que se viralizaron en Italia y en el mundo pusieron fin a su relación, de hecho la misma Meloni solo unas horas después publicaba en la red social Instagram que habían terminado noviazgo. La primera ministra nunca estuvo casada con el padre de sus hijos a pesar de defender, desde el punto de vista político, la familia tradicional. De hecho, ahora responde como madre soltera y dice esforzarse para que su hija no sufra la separación. “Pasaremos algunos días juntos estas vacaciones”, confiesa a Chi!.
Polémicas feministas
La primera ministra italiana reivindica también en esta entrevista su particular visión “feminista” de la realidad. Se dice orgullosa de haber tomado la decisión de llamarse “presidente” y no “presidenta” porque considera la batalla del lenguaje inútil. Algo que muchas asociaciones que luchan por los derechos de las mujeres, pero también voces importantes de la cultura y de la política, han criticado con dureza porque consideran un paso atrás en las luchas feministas por la visibilidad.
De nuevo, además, Giorgia Meloni usa un lenguaje sobre las mujeres casi exclusivamente como madres, evita vincular sus luchas a políticas de género y las centra en políticas sobre la maternidad. “El gran reto es construir un mundo en el que las mujeres no sean discriminadas porque son madres o potenciales madres”, dice en la entrevista justificando la financiación pública para las ayudas a los segundos hijos.