Un tira y afloja que dura desde la velada previa al inicio del G7, este jueves en Italia, y que promete seguir así hasta que a última hora de este viernes se conozca el documento oficial de la cumbre firmado por todos los líderes.
La palabra aborto no estaría presente en el borrador, a pesar de que fuentes italianas insistieron anoche que no se había quitado nada con referencia a este tema y que se confirmaban de nuevo los compromisos asumidos en Hiroshima. Al parecer esta última parte habría permitido en la redacción del borrador una ambigüedad sobre el tema que beneficiaría los intereses de Giorgia Meloni. Se optaría por una fórmula híbrida en la que se confirmarían de nuevo los objetivos de la anterior cumbre con la presidencia japonesa respecto a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, incluido el aborto libre y seguro, pero sin usar esa palabra de forma explícita.
La polémica sobre el término se tradujo también en conflicto diplomático. Según recogía el ‘Corriere della Sera’ a última hora de ayer, Giorgia Meloni estaría molesta con el hecho de que se usase para la campaña electoral un conflicto que, según ella, no existía. La primera ministra se refería al presidente francés Emmanuel Macron que habría dicho a la prensa sentirse “apenado” de que la palabra desapareciese del documento final.
Según otras fuentes europeas el pulso continúa abierto y se estaría intentando conseguir un enfoque más cercano al de Hiroshima, que era específico, pero, de todas formas, el punto garantiza, sin duda, los derechos de reproducción sexual. La cuestión es si a esta hora la palabra estará o no estará.
Antagonismo con Macron
La lucha por escribir o no una palabra que esconde, en realidad, un combate de fuerza entre dos ideologías, la más progresista, que representaría Macron, especialmente tras haber conseguido blindar este derecho de las mujeres en la Constitución, y la conservadora de extrema derecha y soberanista que representa Giorgia Meloni. Este enfrentamiento, que anoche se tradujo en estas declaraciones, muestra el antagonismo político entre el líder del Elíseo y de la presidente italiana, que ya se ha producido en otras ocasiones con temas como el migratorio y que parece que tras las elecciones europeas ha encontrado en el tema del aborto una excusa para reavivar antipatías. Las imágenes de ambos en sus encuentros en las últimas horas y en las fotos de familia muestran este antagonismo.
De esta forma, sin duda, la palabra aborto se ha convertido en protagonista en esta reunión del G7 de manera inesperada. Algunas teorías establecían también que la lucha de la presidencia italiana para eliminar este concepto se debía a que el Papa Francisco era uno de los invitados más esperados, ya que el Pontífice ha demostrado su feroz negativa a la interrupción voluntaria de embarazo en numerosas ocasiones.
La teoría del Papa
De hecho, el ministro de Agricultura italiano, y cuñado de Giorgia Meloni, Francesco Lollobrigida, materializó esta teoría diciendo “no sé si en un G7 en el que participa el Papa sería oportuno, si han elegido no meterlo habrá una razón más que compartida”.
En una cumbre donde no se esperaba dar protagonismo a temas de salud reproductiva y sexual de las mujeres y donde era de esperar simplemente que se replicaran acuerdos ya tomados en en el año precedente, algunos derechos ya adquiridos parecen estar a un paso de un retroceso. Toda la clave está en una palabra.