Protestas en Gaza

Gaza estalla contra Hamás

Miles de gazatíes perdieron el miedo y se manifestaron contra el régimen de terror del grupo islamista, que en el pasado reprimió con dureza a gazatíes disidentes

Gaza
Palestinos corean consignas contra Hamás mientras se concentran para exigir el fin de la actual guerra entre Israel y Hamás, en Beit Lahia Efe

“¡Por el amor de Dios, que Hamás salga de nuestras vidas!”, exclamaron por segundo día consecutivo miles civiles de la Franja de Gaza, que parecen haber perdido el miedo al régimen de terror y represión del grupo islamista en el enclave costero. Tras 17 meses de guerra contra Israel, que ha dejado el territorio devastado y a sus más de dos millones de habitantes como desplazados internos en su propia tierra, miles de gazatíes atendieron a un llamamiento en redes sociales para protestar contra Hamás, a sabiendas que sus acciones podrían costarles brutales palizas o la muerte.

Las movilizaciones comenzaron el martes en la ciudad de Beit Lahiya, al norte de la franja, uno de los puntos más arrasados por el ejército israelí durante su ofensiva. En la improvisada marcha, miles de personas portaron pancartas con lemas como “parad la guerra”, “no queremos morir” o “la sangre de nuestros hijos no es barata”. En el barrio de Shejaiyah de la ciudad de Gaza, otros reclamos fueron más explícitos: ¡Hamás, Hamás, fuera de aquí!”.

“La gente de Gaza ha hablado”

“La gente de Gaza ha hablado, aunque a algunas narrativas e intereses enquistados no les interese escuchar. Por favor, escuchadlos. La mayoría han malinterpretado al pueblo gazatí”, escribió el analista palestino Ahmed Fouad en redes sociales. Residente en Estados Unidos, Fouad perdió más de 30 miembros de su familia por la guerra, y desde la diáspora fomenta el acercamiento entre israelíes y palestinos, y carga duramente contra el régimen de Hamás. Las marchas multitudinarias contradicen parte de la narrativa proisraelí, que desde el inicio del conflicto insiste en que “toda Gaza apoya a Hamás”.

Como la mayoría de sus compatriotas, Ammar Hassan no sabe como será su futuro en Gaza, ni que comerá el día de mañana. “Estamos hartos de los bombardeos, de la muerte y de los desplazamientos”, contó a la agencia AP. La negativa de Hamás de entregar a los 59 rehenes que todavía mantiene cautivos sirve de coartada para el gobierno de Benjamin Netanyahu, que retomó una ofensiva bélica que agudiza todavía más la paupérrima situación de la franja.

Perder el miedo

Si bien públicamente los gazatíes solamente culpaban a Israel por su tragedia, en privado crece la rabia contra Hamás. Hasta ahora, la dura represión con la que el grupo islamista reprimió marchas en el pasado frenaba el impulso a protestar. Pero el miedo se esfumó: en Gaza ya no tienen nada que perder. “No pararemos hasta que pare este baño de sangre y Hamás abandone la escena política palestina”, contó el palestino Ahmed al Masri.

Miles de palestinos se han manifestado en diferentes puntos de Gaza en unas protestas inéditas contra Hamás

Desde su violenta toma del poder en 2007, cuando milicianos de Hamás asesinaron a cientos de opositores de Fatah en la Franja de Gaza, el grupo islamista ha gobernado con puño de hierro el enclave costero. En el pasado, disolvió manifestaciones con extrema violencia, y documentos gráficos obtenidos por el ejército israelí mostraron brutales palizas y torturas en centros de detención de la franja, donde disidentes eran arrestados sin acusación judicial.

Hamás, debilitado

Hamás, cuyas capacidades civiles y militares están muy afectadas por el golpe militar israelí, no ha desplegado a sus matones para reprimir las marchas. Bassem Naim, alto cargo del grupo, escribió en Facebook  que “la gente tiene derecho a protestar, pero deben poner el foco sobre el agresor criminal”, en referencia a Israel. Asumiendo la incapacidad de frenar la ofensiva hebrea, el palestino Mohammed Abu Saker aclaró: “La protesta no es política, es sobre la vida de la gente. Lo que podemos hacer es presionar a Hamás para que haga concesiones”.

Un joven de 19 años, que prefirió mantener su anonimato, lidia con una madre con cáncer y un hermano hospitalizado por parálisis cerebral. Su familia se ha desplazado en múltiples ocasiones, ya que su casa quedó destruida. “La gente está furiosa con el mundo. Queremos que Hamás resuelva ya la situación, devuelva a los rehenes y termine con esto”, exigió.

La dura vuelta a la guerra

La vuelta a la guerra ha costado centenares de víctimas, así como el corte al acceso de la ayuda humanitaria, comida, y medicinas por parte de Israel. Netanyahu prometió seguir la “presión militar” hasta que Hamás libere a los 59 rehenes que mantiene, de los cuales cerca de la mitad estarían vivos. “Sin la caída de Hamás, la próxima guerra será solo cuestión de tiempo”, lamentó Helal Warshagha desde Beit Lahiya.

Pese a los daños sufridos, Hamás mantiene a miles de milicianos armados en sus túneles, y durante la tregua intentó consolidar su poder en Gaza. Desde Jerusalén, el ministro de defensa hebreo Israel Katz instó a los gazatíes a continuar las protestas hasta lograr derribar el régimen del grupo islamista. “Presionad para que devuelvan a los rehenes, es la única forma de parar la guerra”, consideró.

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